Capítulo 37: ¡Un plan!

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Dos asientos quedaban libres junto a Marco, éste parecía haberlos guardado para que estuvieran juntos. Tomaron asiento y mantuvieron el silencio. Fue entonces, cuando Law se quitó el casco que llevaba ante el asombro de todos, sobre todo, el de Kaido. Para nadie pasó desapercibido el malestar que su rostro reflejaba al verle sentado en su mesa, al fin y al cabo, había sido uno de los responsables de la destrucción de su fábrica en Dressrosa. Quizá no era el mejor de sus negocios, pero odiaba que la gente se metiera en cualquiera de ellos, por insignificante que fuera, porque eso significaba que su reinado de miedo no era tan efectivo si alguien se atrevía a ir contra él.

- Trafalgar Law – casi escupió ese nombre con mala gana – veo que tenían razón mis informes y estabais aliados. Espero que Ace ya te haya contado las novedades.

- No hemos hablado demasiado desde que llegué.

Kaido miró hacia Ace. Éste tenía la mano sobre uno de los tenedores que reposaban a un lado del plato y lo miraba algo cabizbajo, lo que le indicó que ciertamente, no debieron comentar demasiado lo que sucedía.

¡Sonrió! No pudo evitar hacerlo. Le había pedido a Ace que consiguiera un imposible, que Law se uniera a su banda y aunque aún no había aceptado oficialmente, allí estaba. Realmente Ace podía mover a muchos piratas a su antojo. Todos respondían ante él y eso le interesaba a Kaido. Tenerle en su tripulación le quitaría muchos problemas. Como él decía, Ace tenía "don de gentes". Allá donde iba, hacía amigos, conseguía aliados y sobre todo, lograba que le siguieran. Si se convertía en emperador siguiendo los pasos de Barbablanca, sería todo un problema. Muchas bandas se unirían a él casi seguro.

- Me has causando muchos problemas, Law – sonrió Kaido.

- No era nada personal – susurró Law – tenía asuntos que resolver con Doflamingo.

- Ya veo.

Ace, que no había dejado de mirar su plato en todo ese rato, preocupado por lo que ocurriría cuando Law se quitase el casco, sintió entonces cómo algo rozaba la mano que reposaba sobre su propia pierna. Algo metálico se colaba entre sus dedos y una milésima de segundos después, sentía la calidez de los dedos de Law.

No quiso mirarle para no levantar sospechas, pero agarró con firmeza lo que le estaba dando bajo la mesa. Jugó con ese objeto intentando identificar si era lo que habían ido buscando. ¡La llave del calabozo! Law realmente era increíble cuando se trataba de recuperar cosas o de infiltrarse. Con su room era capaz de intercambiar objetos o colarse como si nada en cualquier lugar. Kaido ni siquiera era consciente ahora mismo de que la llave que siempre custodiaba, ahora estaba en la mano de Ace.

- Dime, Law. ¿Cuándo se unirá tu banda a nuestra tripulación? – preguntó Kaido, dando por supuesto que se uniría y sólo debía esperar a que toda su banda volviera junto al capitán.

- ¿Unirme? – preguntó con cierta sonrisa incrédula -. ¿Quién te ha dicho que voy a unirme?

Todas las miradas se posaron en Ace, incluida la de Law. Al ver los ojos de sorpresa del capitán, Kaido sonrió dándose cuenta de que era todo cierto, Ace no le había contado nada todavía.

- ¿Ace no te lo ha dicho? Vaya, déjame aclararte el asunto. La tripulación de Ace se unirá a nosotros y le pedí que te reclutase.

- ¿Estáis de broma? – preguntó con un claro tono de malestar, todavía mirando a un cabizbajo Ace.

- Además... ahora que Ace ha aceptado por fin ser capitán de su tripulación y ocupar el puesto de Barbablanca...

- ¿Qué? – interrumpió Law.

El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora