El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)

Capítulo 6: Fruta Mera Mera

Ni un mísero ruido se escuchaba en aquella habitación. Entre tanto silencio y el agotamiento de la operación y el viaje, simplemente... había cerrado los ojos durante un par de segundos, un par de segundos que se convirtieron en horas. Se repetía que sólo descansaría los ojos unos momentos, pero realmente, había caído completamente rendido ante el cansancio.

El aroma del café fue lo que le despertó. Todavía seguía sentado en esa incómoda silla frente a la camilla de Ace. Los aparatos seguían monitorizando las constantes de ese chico pero no emitían señal alguna de peligro, lo que hizo que se tranquilizase tras darse cuenta de que se había dormido.

- Ey, tranquilo – comentó Garp a su lado, con la taza de café en la mesilla.

Intentaba incorporarse lo más rápido posible, quería comprobar que Ace estaba bien pero Garp apoyó su gran mano sobre su hombro y le impulsó hacia atrás para evitar que se levantase.

- Descansa un rato, él está bien.

- Tengo que... comprobar sus constantes y...

- Cálmate, ¿vale? Tú también necesitas descansar un poco. Por ahora está estable. No ha sufrido ninguna recaída.

- Pero lo hará si la Mera Mera no empieza a reaccionar.

- Dijiste que creías...

- Creía que reaccionaría más rápido y es cierto que vi un poco más de pulmón de lo que tenía la otra vez en las radiografías pero... es tan poco lo que se regeneró que no puedo estar seguro que haya sido la fruta. Tengo que comprobarlo.

- ¿Por qué no te tomas primero el café? Iré a buscar las últimas radiografías que le han hecho. Aunque no sé si ya las tendrán listas.

- Deberían tenerlas, no tenéis tantos pacientes en esta base. Debería ser prioridad.

- Voy a ver si las tienen. Tómate el café al menos. Pasaré a decirles que te preparen algo para desayunar.

Law esperó hasta que Garp salió de la habitación para terminar de incorporarse. Todo su cuerpo estaba entumecido y le dolía por la mala posición en la que se había dormido. Aun así, tras estirarse un poco, se acercó a la cama donde Ace continuaba lleno de cables. La mitad de sus órganos habían sido sustituidos por máquinas que hacían la función y sabía que en algún momento debería volver a pasar por el quirófano para quitárselas, siempre y cuando... su fruta empezase a hacer efecto y le regenerase todos los órganos que le habían calcinado.

Nunca antes había sentido angustia, pero en este momento, viendo a Ace debatiéndose entre la vida y la muerte en esa camilla, sólo le venía a la mente el motivo por el que Ace jamás quiso contarle que fue él el que dio el chivatazo sobre dónde encontrar la fruta que él se comió y por la que acabó abandonando su tripulación inicial y perdiendo a uno de sus más queridos compañeros.

Sin embargo, no podía quitarse de la cabeza que fue Ace quien acabó dando esa información y aunque él no participó puesto que aún era muy joven, siempre estuvo agradecido con lo que hizo. Pero, por algún motivo, nunca hablaron del tema, de hecho, cuando le lanzaba indirectas del asunto, Ace se hacía el indiferente, como si el tema no fuera con él.

Siempre supuso que Ace trabajaba entonces para Barbablanca, pero era posible que ni siquiera estuviera todavía con ellos cuando dio el chivatazo. Ahora tenía sus dudas. Quizá no quiso que nadie supiera que él dio la información para evitar que le persiguieran todavía más piratas de lo que ya lo hacían en aquel entonces. La cabeza de Ace siempre había tenido un alto precio.