Capítulo 18: Lágrimas de hijo.

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Se había dormido como un niño pequeño. Ace siempre tan inocente, acostumbrado a vivir entre las cosas más sencillas. Seguramente si Law ahora le hubiera ofrecido la luna, él la habría rechazado con tal de estar en ese lugar sin comodidades pero a su lado.

Para ser sincero... era la primera vez que dormía con Ace. Normalmente mantenían sexo y alguno de los dos se marchaba de nuevo con su tripulación, un desfogue como lo llamaba Law, pero jamás habían estado una noche entera juntos o al menos... no durmiendo. No pudo evitar sonreír al ver cómo Ace se agarraba con cierta presión a su cuerpo, apoyando su rostro en su pecho sin intención de soltarle. ¡No iba a quejarse! Era una noche fría y aunque la hoguera mantenía aquella zona algo más caldeada, no quería acercarse demasiado por miedo a poder quemarse. ¡Ace era un horno! Todo su cuerpo desprendía un calor abrumador y la verdad... es que lo agradecía.

Apartó uno de los mechones de cabello de su rostro y le observó dormir durante unos segundos. Ace tenía suerte, dormía como un lirón en cualquier lado, era capaz hasta de dormirse mientras comía, pero él no tenía esa facilidad. Cuando cerraba los ojos veía complicaciones. Doflamingo seguía ahí fuera, seguramente buscándoles por todo el archipiélago y para colmo, ahora tendrían a los nobles tras ellos. ¡No era bueno! Y no podía bajar la guardia. Tenía que idear una estrategia, como bien decía Ace... él era eso... un estratega, siempre pensando en los siguientes movimientos de sus rivales y tratando de anticiparse para evitar que le pillasen de sorpresa.

- No vas a dormir, ¿verdad? – escuchó la somnolienta voz de Ace.

- Necesito pensar algo para derrotar a Doflamingo.

- El cuerpo y la mente también necesitan descansar de vez en cuando.

- Lo sé pero... es complicado, Ace.

- No es complicado, es personal y eso lo hace difícil para ti. Sé cuánto le odias por lo que le hizo a Corazón y que deseas matarlo más que a nadie en este mundo, pero para ello necesitarás estar fresco y tener una buena estrategia. Doflamingo no es un pirata normal. Lo bueno... es que ahora me tienes a mí a tu lado – sonrió con cierta arrogancia.

- Eres idiota.

- Pero un idiota que puede utilizar el fuego. ¿Cuál es su habilidad? ¿Crea hilos?

- Sí, algo así, es complejo.

- Es paramecia, ¿no? Crea sustancias. Sería igual que tú. No tengo mucho problema para enfrentarme a los del tipo paramecia.

- Lo sé. Eres más fuerte que yo. Los tipo logia como tú sois... creo que sois los más fuertes. Os convertís en vuestro elemento y sois casi intocables. No puedo cortarte, ni descuartizarte... mi habilidad frente a ti no haría mucho efecto, supongo que Doflamingo tampoco podrá hacerle demasiado.

- ¿Y si me arrancases el corazón del pecho? – preguntó Ace.

- No pienso intentarlo, pero... supongo que si lo apuñalase incluso sacándolo fuera de tu cuerpo, tu fruta ya está en tu torrente sanguíneo, eso haría que no pudiera apuñalarlo, ¿no? – preguntó algo confuso – se convertiría en llamas y se regeneraría. Los tipos logia sois todo un fastidio – resopló Law.

- Entonces es positivo tenerme de tu lado – sonrió Ace como un niño pequeño, lo que hizo que cedieran todas las defensas de Law y sonriera también.

- Supongo... sí.

Los usuarios del tipo logia siempre habían sido un quebradero de cabeza para Law. Los rumores decían que no eran invencibles, que se les podía dañar pillándoles desprevenidos, pero había comprobado que eso no era del todo cierto. Más de una vez en su adolescencia trató de pillar desprevenido a Ace, y el ataque simplemente... le atravesó. Seguramente ese chico estaba tan acostumbrado a utilizar su elemento y convertirse en él, que su cuerpo lo hacía de forma involuntaria ante el peligro, como cuando cayeron del acantilado y su cuerpo regeneró el orificio de la bala.

El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora