Capítulo 20: Los médicos se entienden.

589 77 6
                                    

Se habían quedado atónitos al verlos saltar al vacío como si nada, aunque Doflamingo sonrió al llegar a la cima del acantilado. Esos dos desgraciados se le escapaban por ahora y no podría hacer nada para evitarlo. Uno de sus comandantes llegó a los pocos segundos para ver la escena y al resto de soldados de la marina mirar cómo las olas seguían golpeando con dureza contra la pared del acantilado.

- Se han escapado – susurró Doflamingo con una sonrisa arrogante en su rostro.

- Podemos entrar, no sería difícil seguirles – respondió su comandante.

- ¿Estás loco? No sabemos quiénes les esperarán ahí pero supongo que será parte de la tripulación de Barbablanca, la mayoría de ellos tienen recompensas valoradas entre los trescientos y los seiscientos millones, tienen recompensas más altas a la mía. Y tener a Law y a Ace juntos ya es un problema, no quiero imaginarme tener que hacer frente también a la mitad de la tripulación de Ace.

- Usted podría fácilmente con Law.

- No es Law el que me preocupa – sonrió Doflamingo – es ese chiquillo de fuego que se enfrentó al mismo Barbablanca antes de unirse a él y lucharon parejo durante tres malditos días. Su reputación le precede. Es terco como una mula y si su habilidad está activa, va a ser un gran problema. Retirémonos por ahora, volvamos a Dressrosa. Seguramente ellos vendrán a nosotros, ideemos un plan.

***

Había oscuridad y las gotas se escuchaban cayendo del húmedo techo. Alguna golpeó el sombrero de Law obligándole a alzar la mirada, colocando la palma de la mano frente a él hasta que una gota cayó en ella.

- ¿Estás bien? – preguntó Ace.

- Sí. Pero no vuelvas a hacerme algo como esto.

- Venga, Law... sabía que con tu habilidad podías colarnos dentro de la gruta sin problemas.

- ¿Se puede saber cómo pensabas entrar si yo no hubiera estado?

- No lo sé – sonrió Ace con esa sonrisa de niño pequeño – me las habría ingeniado.

Una sonrisa cómplice apareció entre ambos, antes de que escuchasen unos pasos entre la oscuridad. Law se tensó, agarrando con mayor fuerza la funda de su katana pese a que Ace parecía muy tranquilo y confiado. Las piernas empezaron a salir a la leve luz que venía de una de las salidas al mar, iluminando lentamente su torso y finalmente sus rostros. Reconoció a Marco enseguida.

- Por fin llegáis. Cuando me dijeron que os habíais caído, pensé que vendrías aquí, Ace – sonrió Marco.

- Supuse que vosotros también me esperaríais aquí.

- ¿Qué tal si nos largamos al barco? Seguro que tendréis hambre.

- Me muero de hambre – sonrió Ace.

¡No podía creerse que nadie estuviera preocupado! Marco hablaba de comer, Ace de volver al barco con sus compañeros y nadie parecía haberse dado cuenta de que Doflamingo debía estar allí arriba esperando a que salieran para matarles a todos.

- ¿Qué haréis con Doflamingo? – preguntó Law, captando la atención de todos.

- No hay nada que hacer con él, seguramente se marchará. Ni siquiera un shichibukai es tan idiota como para enfrentarse a toda la tripulación de Barbablanca. Le ganamos en número y la mayoría de los comandantes en poder también. No creo que sea tan insensato como para enfrentarse a todos estando prácticamente solo.

- Esperará a que nosotros vayamos a por él – susurró Ace – es lo más lógico.

- Aunque tú no lo habrías hecho – se quejó Marco conociendo lo impulsivo que era Ace – larguémonos de aquí cuanto antes. Tu hermano Luffy está en el barco también esperando y parece impaciente.

El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora