Capítulo 42: Decisiones que cambian la vida.

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¡Casi se pierde el final de la guerra! Sentado en la camilla, sus piernas se movían con impaciencia. A su lado, en la otra camilla, su hermano Luffy se quejaba. Quería salir rápido de allí para ir a celebrar con los demás al banquete. Lo único que llegaba a los oídos de Ace era la palabra "carne, carne, carne" que repetía incesantemente Luffy.

- Quédate quieto de una vez – le gritó finalmente Law.

Ace sonrió al escuchar todavía las quejas y ver los pucheros que hacía Luffy cuando Law trataba de curarle. Prácticamente le había vendado más de medio cuerpo, pero seguía con esa energía tan habitual en él, deseando subir a cubierta con los demás.

- Lárgate – se quejó finalmente Law, terminando de vendarle la mano para que fuera.

¡No hizo falta repetírselo! Bajó de la camilla de un salto y salió corriendo para disfrutar del banquete. Sin perder de vista la espalda de su hermano, Ace sonrió. Sus piernas aún se movían con impaciencia, al menos, hasta que Law se puso frente a él y presionó con sus manos los muslos del capitán, frenando así todo movimiento.

- ¿Nervioso? – preguntó.

- Estoy... no sé cómo estoy – sonrió Ace tras pensar alguna forma de explicarle lo que sentía en su interior.

- Cuéntamelo –. Con cuidado, Law se sentó al lado de Ace en la misma camilla. Todo estaba tranquilo y calmado, en un silencio casi aterrador. Ace agachó la cabeza hacia sus piernas inmóviles.

- Siento felicidad por una parte. Kaido se ha recluido de nuevo en su guarida gracias a la tripulación de mi hermano y no creo que vaya a enfrentarse a nosotros de nuevo, Barbanegra muerto gracias a ti pero... me siento culpable por todas las bajas que hemos tenido. Muchos han muerto en esta guerra y yo los conduje a ella. Tú casi mueres derrotando a Barbanegra.

- No morí, estoy aquí.

- Pero estás herido. Pude perderte y... – se calló al instante Ace – aunque no hayas muerto, siento que voy a perderte igualmente. Tú eres capitán de barco, vas con tu tripulación a cualquier lugar, eres completamente libre, tomas tus decisiones, haces lo que quieres y yo, yo voy a ser capitán confinado para el resto de mi vida en el Moby Dick. Con Doflamingo atrapado y Barbanegra muerto, ni tú tienes una venganza que cumplir ni yo tampoco, lo que significa que nuestra alianza acaba aquí.

Law suspiró. Era cierto que no eran compatibles siendo dos capitanes. Se prometieron ayuda y sus objetivos habían sido cumplidos. Ahora sus caminos volvían a separarse una vez más.

¿Qué pensó cuando activó su room en aquel momento y elevó a Barbanegra, descuartizándole y tirando sus trozos al mar para que se ahogase? Pensaba en Ace. Él ya no aguantaba más. Sangraba en el suelo junto a Luffy, los dos al borde de desmayarse, pero le dieron tiempo para prepararse. Sufrió daños, graves daños que pudo curarse gracias a su habilidad, pero lo que pensó en ese instante, no fue en su vida, fue en los dos chicos que morían frente a sus ojos, que habían luchado hasta casi desmayarse para poder destrozar a ese tipo. Law sonrió, porque jamás pensó que llegaría a tomar una decisión como la que iba a decir.

- ¿Me aceptarías como tu comandante?

¡Sorprendido! Ace abrió los ojos ante aquello. Jamás pensó que Law diría algo semejante. ¿Por qué iba a querer alguien como él perder su libertad?

- ¿De qué hablas? No hagas esto, Law. Venga, eres capitán, tienes todo el mar para ir donde quieras, eres completamente libre. ¿Por qué te pondrías bajo mi yugo?

- No es un yugo. El único lugar donde quiero estar es contigo. Y estoy convencido de que me dejarías ir por libre algunas veces, o eso espero – sonrió Law.

El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora