Capítulo 33: ¡En falta!

407 58 8
                                    

Ace miró hacia atrás. El hombre de Kaido estaba a cierta distancia pero no le perdía ojo de encima. Aun así, a esa distancia era imposible que escuchase la conversación, sobre todo, porque había bajado su volumen todo lo posible.

Suspiró con frustración. Ese fue el gesto que indicó tanto a Kid como a Oars que algo malo ocurría o al menos, Ace pensaba en algo que no le terminaba de gustar. No hizo falta preguntar cuando el menor expuso las grandes dudas que tenía en referencia a su gran plan.

- La verdad es que aún no sé cómo voy a sacaros de aquí – fue realista, sorprendiendo a Kid que jamás había entablado una conversación con Ace y al que apenas conocía – Oars sin una pierna, tú sin un brazo – susurró hacia Kid – es complicado y no tengo un plan de escape rápido.

- Puedo moverme, Ace – Oars intentó no preocupar a su comandante.

- Estoy seguro que sí, Oars, pero eres enorme y si algo fallase, si por un casual llegase el momento en que no pudieras caminar más, yo no podría cargar contigo. ¿Lo entiendes? – preguntó Ace.

- Sí.

- Tengo que encontrar la mejor oportunidad para que no tengamos problemas en la huida, pero seré sincero, me aterra la posibilidad de que en ese tiempo sigan torturándoos o incluso... lleguen a mataros.

- Yo confío en ti, Ace. Encontrarás un plan.

- No, Oars. Me falta Law. Él ya habría tenido al menos de tres a cinco planes si estuviera aquí, pero yo no sé qué hacer. Kaido mandará buscar a los comandantes y lo único que espero es que mantenga su palabra de que no te hará nada por el momento hasta que decidamos si nos unimos a él o no. El problema es que no aceptará un no por respuesta. Está convencido de que todos vendrán y nos uniremos a su tripulación o... nos matará a todos.

- Seguro que se te ocurrirá algún plan, Ace – intentó relajar Oars, pese a la incertidumbre del chico.

***

¡Un chico interesante! Era lo que Kid pensaba en su mazmorra. Su alianza se había venido abajo. Fue traicionado y juró no volver a confiar en ningún otro pirata, pero los rumores sobre Ace eran tan increíbles que por segundos le hacían querer confiar en él. ¡No era idiota! Ni mucho menos, no es que se fiase de él, pero ahora mismo, era su única escapatoria para huir de esa prisión y de su funesta suerte. Ace podía sacarle de allí o al menos, tendría más probabilidades uniéndose a su tripulación. Una vez fuera, podría largarse y poner distancia o incluso... asesinar a quien fuera.

Lo único que tenía claro en su situación era que él necesitaba a Ace y desde luego, Ace le necesitaba a él, o al mayor número de gente que pudiera reclutar en el poco tiempo disponible para poder llevar a cabo la fuga. Le preocupaba Oars, y por él, Ace haría lo que fuera, pero el resto no estarían tan bien vistos. Contribuirían a la causa pero seguramente, ni Ace ni su tripulación se despeinarían por tratar de salvarles. Eran carne de cañón, pero aún sabiendo eso, era su mejor opción para tener posibilidades de escapar.

- ¿Qué viste en ese chico, Law? – se preguntó a sí mismo antes de mirar hacia Oars. Ese pirata debía conocer bien al comandante –. Ey, tú...

Oars miró a su derecha desde donde le llamaban. En todo el tiempo de su encarcelamiento, jamás había hablado con ese tipo pero ahora que Ace le propuso unirse a su descabellado plan, parecía querer información.

- No pienso hablarte sobre Ace – se dio cuenta Oars con rapidez – yo no soy un chivato y no me fío de ti como para contarte nada. Él es mi comandante.

- Parece un temerario. ¿Por qué se jugaría la vida para venir hasta aquí por un único compañero?

- Para Ace, todos sus compañeros son importantes. Se lanzaría a las fauces del peligro por cualquiera. Así es él. Nunca abandona a nadie atrás. Eso lo hace temible para sus enemigos y un formidable aliado, pero sí... tienes razón en que es un temerario. Siempre ha sido así por la gente que le importa.

El cirujano de la muerte (One piece: Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora