Different [Miss Peregrine]

Capítulo 6 (corregido)

Corrimos hasta llegar a él. Hice una gran ola con el agua para derribar el barco. Seguidamente con agua a presión acorrale a Barrow contra una roca. Mientras tanto Millard agarró a Miss Peregrine, lanzándose al agua sin dudarlo. Vi de reojo cómo abría la jaula y la liberaba. Todo parecía ir bien, Ethan y yo teníamos acorralado a Barrow, mientras yo le aprisionaba con el agua, Ethan generaba una jaula de hielo a su alrededor. Pero de repente un submarino nazi emergió del agua, distrayendonos a todos y generando una corriente que nos vino de sorpresa. La gran ola formada nos engulló a los tres, aprisionandonos hacia dentro del mar. No era problema para mí, pero sí para Millard y Ethan quienes comenzaban a ahogarse. Nadé hacia ellos y los saqué a la superficie del mar.
—Nadad hasta la orilla, Barrow se ha escapado. Yo puedo sola, buscaré a Miss Peregrine—.
—Ten cuidado—suplicó Millard.
Me giré y sumergí de nuevo, en busca de El Pájaro, cuando entonces me tomé frente a frente con el submarino. Observé paralizada como disparaba su torpedo en mi dirección y traté de huir. Pero el impulso de su disparo proyectó una onda que me lanzó contra las rocas haciendome golpear la cabeza.
Todo me daba vueltas, y los párpados me pesaban, pero sabía que no era momento para dramatismos. Reuní todas las fuerzas que me quedaban y me concentré. Me toqué la zona afectada sintiendo el cálido roce de la sagre y volví a sumergirme. Tenía controlada la posición del submarino, solo quedaba encontrar a Miss Peregrine. La divisé junto a las rocas, atrapada y ahogandose. La liberé y nadé hacia la playa. Tenía una sensación rara, algo estaba mal.
Miré hacia atrás y los nazis me perseguían. Me siguieron hasta salir del agua, copiandome en lo último. Al mirar sus ojos presencié el característico color lechoso de los wights. Y me preparé para luchar. Estaba cansada, pero aún podía dar un poco más de mí.
—Es una pena que una chica tan guapa y poderosa tenga que morir. Únete a nosotros y no te pasará nada hermosa—dijo uno de los wights.
—La chica tiene nombre y es "Tu Peor Pesadilla". Así que, ¿últimas palabras?—dije burlona.
—Una niña no podrá conmigo—dijo él apuntándome con la pistola mientras soltaba el gatillo. Rápidamente con un movimiento de cabeza hice que el viento hiciese que la bala se desviara y fuera a parar en su pecho.
Mi corazón latía muy rápidamente, pero traté de conservar la compostura. Acababa de matar a una persona.
—¿Quién es el siguiente?—pregunté con tono vacilón. Los wights retrocedieron hacia el submarino, por lo que huí corriendo de la playa. Ahora debía ir con el resto.
—Joder, joder, joder, ¿Jacob, dónde diablos estáis?—pregunté al aire hiperventilando. Recorrí todo el panoramo con la vista, forzandome lo máximo posible para encontrar a alguien que conociese.
—¡AHHHHHHHHHH!—escuché un grito en lo arriba del faro. Tomé aire y corrí, preocupada a más no poder.
Al llegar vi como un hombre caía por el barranco. Se me aceleró el corazón, ¿sería Mills? O ¿sería mi hermano? Cuando llegué al faro solté un suspiro al ver a Jacob junto a Emma.
—¿Dónde está Millard? Hay que irse, las bombas se acercan—dije preocupada.
—Nosotros nos vamos yendo con los pequeños y a reunirnos con Enoch, Hugh y con Ethan, que nos han dicho que tienen al Pájaro. Millard esta dentro con Browyn. Ha recibido un ba-balazo—explicó Emma agitadamente para irse de la mano de Jake. Estaba llorando. Yo en cambio fui rápidamente adentro del faro, para ver el estado de Millard. Dudaba que fuera grave, al menos no quería creerlo. Todo estaba sucediendo tan rápido que mi cabeza a penas era capaz de procesarlo.
—¡Mills! Menos mal que sigues vivo, hay que irse las bombas comie...—fui interrumpida por el sonido de una bomba explotando casi sobre nosotros. Agarré a Browyn de la mano, quien sostenía con la otra a Millard. Con una dosis de adrenalina, me concentré al máximo y formé una barrera de aire sibre nosotros para impedir que acabaramos aplastados por los derrumbes.
Nos reunimos con los demás en una casa abandonada. Browyn dejó a Millard sobre el sofá. Se estaba desangrando el hombro. Le quité con cuidado la camiseta y le hice un torniquete con ella, apretando al máximo. Pude ver como lágrimas caían de sus ojos.
—Mills, tranquilo, Mills, no llores, todo estará bien. Eres fuerte, lo superarás. Yo te ayudaré—dije abrazándole. Tenía que mantener la calma por él. No podía permitirme mostrar debilidad o preocupación, a pesar de que por dentro me hallaba inestable. Estábamos solos en la habitación, el resto estaban en la entrada.
—Gracias...—susurró como pudo. Agarré su cara y le deposité un beso en la mejilla. Y le di la mano. Él cerró los ojos, pero aún respiraba. Al rato entró Emma juntó con Claire y Olive. Ambas estaban llorando. Sin soltar la mano de Millard, las acurruqué a ambas contra mi pecho.
—Tranquilas pequeñas, dentro de poco todo estará bien, pero de momento hay que ser fuerte, por Miss Peregrine y por Millard. Saldremos de esta. Somos invencibles, nadie puede con nosotros—prometí firmemente, segura de ello. Bueno al menos pretendiendo estarlo.
Emma y las niñas abandonaron la habitación dejándome a solas con Millard de nuevo. Oí como llamaban a la puerta.
—Adelante—dije con la voz quebrada. Tragué saliva. "No, Rylin. Estás aguantando muy bien, demuestra tranquilidad y seguridad" Escuché cómo entraba alguien y me rodeaba con sus brazos. Me sobresalté, y miré hacia trás. Era Enoch.
—Lo siento, Enoch—susurré distante, mientras miraba a Millard.
—Nada es tu culpa, Rylin. Fui yo quien fue un idiota. Hiciste lo correcto. Pero, tenía miedo de que si me elegías a mí en lugar de a Millard, lo arruinase todo.
Me giré para estar frente a frente con él, y le acaricié la mejilla delicadamente.
—Confío en tí, Enoch O'Connor. Y te quiero. Tienes que respetar eso. Yo te quiero, a tí. Y sis las cosas salen mal, no es ni tú culpa ni la mía ni la nuestra—aseguré. Él esbozó una sonrisa y comenzó a acercarse a mí, pero me giré de nuevo.
—No es el momento—dije, sellando una distancia entre los dos. Enoch asintió. Se levantó y se marchó.