Tonta Casualidad • [ Alex Høgh Andersen ] •

•• Capítulo 9: Ángel Sexy ••

Me removí despacio mientras daba una profunda aspiración para despertar. Al moverme, pude sentir como algo chocaba contra la parte trasera de mi cuerpo, logrando un ceño fruncido en mí, aún con mis ojos cerrados.

Los abrí despacio, mientras me ponía boca arriba y giraba mi rostro para mirar donde carajo había dormido.

Y lo ví.

Otra vez el hermoso ángel danés lograba desconcertarme.

Alex se encontraba durmiendo a mi lado, boca abajo con su rostro mirando dónde yo estaba.
Su boca estaba apenas semiabierta, ubicada en el precioso y relajado rostro que poseía.
Se veía incluso más hermoso que de costumbre.
Sus facciones totalmente relajadas, junto a su naturalidad para dormir lograrían que me derrita por él una vez más.

De pronto, comencé a recordar cómo habíamos terminado durmiendo juntos en el mismo lugar.

Habíamos quedado hablando hasta muy tarde, y luego bebimos dos botellas de cervezas que Alex poseía en su barra (Si, también tenía una barra en su apartamento).

Luego, Alex trajo su cámara para mostrarme algunas fotos que había sacado esos días, y me molesto un largo rato para que posará para él, cosa a la que claramente me negué, aunque ahora que me pongo a pensar, logró robarme algunas sin mi consentimiento.

Terminamos acostados uno al otro mirando sus fotos guardadas en la cámara, mientras él me robaba algún que otro beso, pero nunca demasiado.

Aunque... ¡Qué me bese las veces que quiera! Jamás me negaría a semejante boca.

Luego... Luego no sé. No recuerdo en qué momento me quedé dormida, pero estoy segura que a él no lo había visto dormirse.

Traté de levantarme despacio para buscar mis zapatillas que se encontraban desparramadas por el suelo del living.

Di suaves pasos hasta el baño, dónde después de hacer mis necesidades, lavé mi rostro y refresque mi boca con enjuague bucal, y después de colocarme mis zapatillas, salí del baño despacio.
Pero el esfuerzo fue en vano, ya que Alex se encontraba con un solo ojo abierto mirando la pantalla de su celular claramente recién despierto.

Giró hacia mi rostro y ya comenzó a querer enamorarme. Me sonrió y roncamente me dice — Eres muy cómoda para dormir. Sentí enseguida cuando te fuiste.

Sonreí tímida y sólo me apoyé contra la pared de frente a él. — ¿Quieres...desayunar? — pregunté dudosa.

Alex se sentó en el sillón y se estiró perezoso bostezando con fuerza.

Ya no es normal que me parezca hermoso en cualquier momento del día, ¿verdad?

— Desayunamos aquí, ¿te parece?

— Si...— contesté dudosa. — Aunque si quieres podemos desayunar en la cafetería frente al apartamento, y luego ya no tendré que viajar. — contesté subiendo y bajando mis hombros.

— Oh...si, claro. — Creo que no esperaba que me fuera, pero...es lo que debo hacer, ¿verdad?

Se levantó y se dirigió al baño, mientras yo aprovechaba a desbloquear mi móvil y ver msj de Kiara.