•• Capítulo 13: Deseo ••

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Comiéndonos literalmente el uno al otro llegamos entre tropezones y caricias hasta la puerta del apartamento de Alex.

El viaje en taxi fue particularmente incómodo, ya que las manos traviesas de Alex, se colaban entre mi fina blusa en busca de sentir mi piel.
Sentía como sus caricias encendían una llama en mi que rara vez he sentido.

Apenas tomamos el ascensor, me estampó contra uno de sus espejados lados, devorando mis labios sin descanso.
La fuerte presión de su entrepierna chocaba contra mi vientre, provocándome una inmensa necesidad de más.

Aún sin dejar de besarnos, nos dirigimos hacia su habitación, mientras Alex me guía debido a que sigo caminando de espaldas para no dejar de besarlo.

Una vez dentro, Alex cierra la puerta con un ágil movimiento de su pie derecho, y automáticamente se despoja de la remera negra que hoy había decidido llevar.

¡Criaturita hermosa de Dios!

Su abdomen estaba totalmente marcado, siendo imposible que mis manos no imploraran por tocarlo. Sin pudor alguno comencé a acariciarlo de arriba hacia abajo, deleitándome con lo fornido de su cuerpo.

Sin preámbulos, toma desde los términos de mi blusa con sus manos, y me la saca de un sólo movimiento. La arroja por algún lado de la habitación, mirando con deseo el sexy corpiño negro con encaje que había decidido ponerme hoy.

— Por Dios, eres hermosa. — me susurra al mismo tiempo que su boca ataca mi cuello, empujándome hacia la cama logrando que ambos caigamos suavemente en ella.

Nos quitamos los calzados con facilidad, sólo con la ayuda de nuestros propios pies.
Sus manos descienden sobre mi cuerpo, acariciando tímidamente mis pechos por encima de mi brasier, llegando hasta los botones de mi short, desabotonandolos de un sólo movimiento, comenzando a bajar los pliegues de mi pantalón hasta dejarme solo con mi ropa interior frente a él.

Aprovechando que Alex se encuentra sobre sus rodillas en la cama, admirandome semidesnuda frente a él, poso mis manos sobre la cremallera de su jean, para desnudarlo a él también. Me ayuda al momento de sacarselos, y es ahí cuando noto como su ya crecida erección se hace presente en su boxer.

Se tira encima de mi, buscando con desesperación mi boca, mientras sus manos sigue acariciándome con una suavidad tal, que me cuesta creer que éste hombre sea real.

La pasión que enciende en mi con cada beso, se multiplicó al mil al sentir más de su piel sobre la mía.
Acaricio su marcada espalda mientras su boca comienza a descender sobre mi mentón, mi cuello, para llegar tímidamente sobre mis pechos.

Se deshace de mi sostén en cuestión de segundos, mordiéndose el labio inferior al momento que mis pechos son liberados.

Ataca mi pecho derecho, besándolo con suma suavidad, como si tuviera miedo de lastimarme.
El suave roce de su lengua en mi pezón, provoca que un leve arqueo se produzca en mi espalda, chocando provocativamente sobre su erección, haciendo que Alex gruña sobre mi piel al momento del contacto.

Una de sus manos desciende traviesa hasta mi intimidad, tocandome por encima de mis bragas, haciendo que ésta vez , quien gima sea yo.

— Eres perfecta, Emma. — gruñe al momento que ataca mi otro pecho, logrando así, una marea de presiones sobre mi vientre bajo, lujuriosamente deseosa de sentirlo.

Sin aguantar más, Alex comienza a bajar la última prenda que llevo puesta; posa sus manos sobre mis dos piernas, acariciandolas desde mis talones, pasando por mis gemelos, mis rodillas, mis muslos, y finalmente, mi intimidad, a quien toca suavemente, mientras muerde su labio inferior con deseo.

Tonta Casualidad • [ Alex Høgh Andersen ] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora