•• Capítulo 14: Piel a Piel ••

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Sentía como el "click" de una cámara resonaba a lo lejos.

Me removí molesta sobre mi lugar, esperando que solo sea algo exterior.

"Click", otra vez.

Comencé a entreabrir mis ojos algo molesta por el ruido, apenas los abrí el foco de una gran cámara negra posó frente a mí rostro.

¿Qué carajo haces?

"Click" una vez más.

— ¡Alex! — le gruñi molesta, mientras ponía la almohada sobre mi cabeza en busca de esconderme ya de su cámara.

Alex rió sonoramente — ¿Te han dicho que sales bien en las fotos?

— Eso no es verdad. — dije aún con la almohada en sobre mi cara.

— ¿No? Pues... Acá puedo ver que hasta dormida sales preciosa.

— Borra eso.

— ¡Claro que no! Menos ahora que estoy revisandolas y tengo fotos de tí desnuda.

— ¿¡QUÉ!? — Exclamé alarmada, levantándome de golpe.

Alex comenzó a carcajear, dejándose caer a mi lado de la cama. No pude evitar reír, aunque trataba de ponerme seria.

— Esa no es la mejor manera de despertar a una mujer, ¿sabías?

Me encontraba con mis bragas y la remera que Alex estaba usando anoche, en cambio él, tenía puesto un boxer negro.

¡Mierda! ¡Pero que pedazo de Dios griego es éste hombre!

— Buenos días, ¿No? — se acercó hasta mi, y sólo le di un casto beso sobre sus labios.

— No me lavé los dientes — le digo intentando no abrir mi boca.

— ¿Y a mi que? — me contesta, mientras reparte besos por toda mi cara. — ¿Qué desayunas?

Se levanta de la cama, y parece encaminarse a su cocina.

Mate — le contesto sin pensar, mientras me encamino hacia el tocador. Alex vuelve sobre sus pasos y me mira sin encontrar palabras.

¡Es danés, Emma! ¡Y para colmo estamos en Irlanda!

— N-no tengo "nate".

Carcajeé mientras negaba con mi cabeza — Café está bien, gracias.

— Eso sí, café entonces. — hace una mueca graciosa con su rostro y se marcha a la cocina.

Luego de pasar por el tocador, comienzo a hurgar entre las sábanas y el piso de la habitación en busca de mi ropa.

Siento un leve calor sobre mi cara al recordar las cosas que habíamos echo anoche.

Anoche...

Después de que Alex fuese al baño, esta vez voy yo. Me higienizo, lavo mi rostro y salgo de nuevo a la habitación algo tímida, ya que llevo puesta sólo mis bragas y la remera de Alex que encontré por allí.

Apenas salgo del tocador, me chocó con el cuerpo desnudo de Alex (ya que solo llevaba puesto su boxer negro) mirándome de manera fija.

— ¿Qué suc...? —

No termine de preguntar cuando los deliciosos labios de Alex se estamparon contra los míos, en un beso sumamente lujurioso.
Dejándome llevar por el deseo que me provocaba sus labios y la cercanía de su piel contra la mía, crucé mis brazos por detrás de su cuello, intensificando aún más el beso.

Tonta Casualidad • [ Alex Høgh Andersen ] •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora