Tonta Casualidad • [ Alex Høgh Andersen ] •

• Capítulo 2: Lluvia y Accidente •

— ¿Entonces hoy no venís a comer?

La melena rubia despeinada de Kiara era la imagen que me regalaba la videollamada que estábamos haciendo.

Apenas llegamos ayer en la tarde, pasé mi primer noche sola, y hoy siendo las 10 AM, Kiara me estaba avisando que hoy también se quedaría en la casa de sus tíos, volviendo recién para cenar.

— Sabes que podés venir a comer acá. Mi tío se ofreció a ir a buscarte.

Sonreí por la invitación — Decile gracias, pero no. Ellos mismos nos llenaron la heladera al darnos el departamento, de comer no me va a faltar.  — contesté subiendo y bajando mis hombros.

— ¿Segura? Perdón, Em. Sé que no tenía que dejarte sola apenas llegamos, pero hace mil que no los veo, y mi primo Luke está por llegar...

— ¡No seas idiota! Sabes que no me enojo. La única condición es que traigas la cena. O cocines vos. Ése va a ser tu castigo.

Ambas reímos sabiendo que éramos un desastre para cocinar.

Después de unos minutos más, corté la llamada. Decidí tomar un café mientras terminaba de hacer el informe para mi trabajo, dado a que debía enviarlo por mail hoy sí o sí.

***

La tarde se hizo eterna. Serían cerca de las 16hs de la tarde y me encontraba sentada en el balcón con el celular en mis manos, terminando de leer una hermosa historia a través de Wattpad.

La vista que poseía de Dublín era simplemente perfecta. De verdad tenía muchas ganas de conocer un poco más de ésta ciudad pero ¿que me detenía?

¡Era un país completamente diferente al mio! Y si bien hablaba fluidamente inglés, no todo era tan fácil.
Me sentía insegura salir en mi segundo día aquí, sola, sin Kiara, quien era la persona más segura de sí misma que conocía.

Algunas personas se veían tranquilas caminando por la calle de nuestro apartamento, charlando como si no hubiera una chismosa desde su balcón tratando de adivinar de que hablan, dado a que mi irlandés no era exactamente perfecto.

¿Y si salgo sólo a dar la vuelta manzana? ¡Ay por favor Emma!
Si sales, sales a explorar, ¿Porque debería de rodear solo la cuadra de nuestro apartamento?

Quizás podría seguir en línea recta unas cuántas cuadras y volver, o si me alejo un poco tomar un taxi, todo volviendo antes del anochecer. No tendría nada de malo, ¿No?

¡Dah! ¿Qué más da?

Decidí sacarme las pantuflas de garras de oso que poseía, y ponerme algo más decente.

Un simple jean, con unos borsegos negro, y una campera del mismo color por si refrescaba un poco. El clima parecía agradable pero nadie sabía.

Tomé el elevador hasta llegar al lobby, di unos cuantos pasos, y ahí estaba.

¡Libertad al fin!

Comencé a caminar en línea recta, como tenía planeado, cuando al cruzar la quinta cuadra, a una calle en diagonal se veía un parque.

Sin pensarlo, mis pies me llevaron hasta allí. Varias parejas se encontraban paseando de la mano, o jóvenes padres con sus hijos. Decidí tomar una foto para enviársela a mi mamá.
Le diría que había venido con Kiara porque seguramente se enojaría si le dijese que vine sola.

No sabía bien cuanto había estado en el parque. Me senté en una banca a simplemente ver la gente pasear y hablar en ese idioma tan extraño.

No entendía nada. Definitivamente mis clases de irlandés tenían que ser intensivas.