Cotidiano o el principio del cambio

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Tom se aliso de nueva cuenta el uniforme- kimono de color casi dorado de la escuela, peino su cabello y volteo a su hermano que acomodaba su mochila asegurándose que no faltaba nada, las plumas, pincel, tintero, papel, libros, todo listo, la túnica de Harry era más dorada que rosa, un rasgo único de las tunicas de Mahotokoro, entre más experiencia, conocimiento obtenidas el uniforme se volvía dorado, había algunos que aunque eran de segundo año ya tenían un tono dorado otras que a pesar de ser casi de último año tenían un tono rosado, dependía más del alumno que de la enseñanza en si, había alumnos que no eran buenos académicamente, pero eran magistrales en duelo, domar o incluso en pinturas mágicas, era tan diferentes que buscaban muchas veces el talento que no era solo en lo académico, los talentos en deportes eran tan importantes como las notas, cuando vio a su hermano sus ojos se llenaron de orgullo, al ver a Harry su hermanito mover la varita creando una sencilla barrera sobre sus puertas, Harry por fin podría estudiar las barreras y curación, al menos lo básico de la última, ya llevaban allí dos meses, suspiro cuando deslizó la puerta y ya había regalos en el suelo.
De nuevo
Suspiro y con su (reciente) varita levito los paquetes, diferentes cajas de almuerzos (Bentos recordaba se llamaban) envueltos en telas de colores y diseños distintos, cajas de dulces, algún que otro arreglo floral o peluche, chocolates e incluso pequeñas joyas, decidió revisar en busca de hechizos, pociones o encantamientos, si era paranoico, pero realmente quién le culpaba? Con su historia tenía para serlo y más ser el triple de cauteloso, al ver que solo un par de cajas con chocolate tenían unas simples tarjetas encantadas comestibles, le dió parte de los regalos a Hadrian, su hermano solo suspiro, empezando a separar entre los que podía quedarse y los que debía devolver con una nota de disculpas, tomando lo que era comestible, se lo llevaban en cajas para compartir con sus amigos, curiosamente Hadrian se hizo amigo de una chica de nombre Kurenai María, la chica de cabellos gris, le sonreía y cuidaba de todo, ella era un vampiro noble, si, pero las criaturas mágicas eran más comunes dentro de Mahotokoro, ella le había dicho que su abuelo era o había sido un mago, bueno de allí su magia, de parte de Tom se ganó de amigo a un chico de la asociación de cazadores, el chico se llamaba Takamiya Kaito, el estaba solo por los últimos dos años para manejar mejor su magia, el chico era agradable aunque algo serio, Tom supo que el ya había visto bastante ante la mirada vieja y llena de astucia, una que se obtiene al pelear por tu vida, una que compartía con él y Hadrian.
Ambos cursaban magia curativa, duelo y defensa.
Harry tenía todas sus clases con su nueva amiga, a ella le contó sobre Yuuki y sobre el lindo bebé de Remus, María pregunto si podría ir a tomar el té para conocer a todos, habían aceptado y a pesar de que un vampiro sangre pura estuviera allí ella se había sentido cómoda, incluso Kaito fue invitado aceptando de inmediato, fue cortés e incluso amable con ambos vampiros, tomando nota de que Kurenai tenía un primo en estudio de criaturas mágicas, joven casi de la misma edad  que Hadrian.
Le pidieron conocer al chico, saliendo  rumbo al desayuno, caminaron por los pasillos de madera, en vez de piedra, ventanas abiertas se veían por el recorrido regalando una vista asombrosa de los árboles y áreas verdes de la escuela, muchos les saludaron, entrando por una enorme puerta roja decorada con dragones dorados el comedor principal les recibió, mesas pequeñas de patas cortas muy cerca del suelo en vez de sillas mullidos cojines sobre un suelo de tatami, aquí y  allá, muchos comían sentados sobre sus piernas o cruzando las piernas, algunos solo platicában, las enormes ventanas estaban abiertas regalando una visión de la isla con gaviotas volando a lo lejos, María les saludo desde la mesa que tenía dos lugares más, al lado de ella un chico de cabellos plata y ojos amatista les miró tímido, se acercaron y Kaito llegó, bufo dejándose caer al suelo y soltando lo que parecía un paquete de Bentos, miró la caja de Tom y le dió una sonrisa burlona.
- Así será hasta que nos graduarnos- le dijo con algo de burla Tom solo suspiro y Hadrian solo se resigno, notando al joven de apariencia peculiar dieron su atención al nuevo integrante de la mesa.
- Chicos les presento a Ichiru Kiryuu mi primo- la sonrisa del chico hizo a Kaito verlo con más intensidad, Tom enarco una ceja ante el repentino interés de su amigo al joven ojiamatista.
-Tienes 14?- Pregunto Tom, el chico asintió- vaya eres un año más grande que mi hermano, soy Thomas Peverell y mi hermanito es.... - El oji verde le sonrió.
-Hadrian Peverell- Se presentó mientras sonreía.
-Takamiya Kaito- Kaito no le quitaba la mirada de encima al chico haciéndole ruborizarse.
Tom solo enarco la ceja guardándose el comentario respecto a la edad, comieron el desayuno en base de pescado, arroz, algas marinas, sopa de miso, un poco de verduras encurtidas y una gelatina dulce, todos usaban los palillos, Ichiru observó a los dos Peverell tomar con increíbles modales la comida, como si toda su vida hubieran usado los utensilios; ambos eran extranjeros se notaba a leguas, sin embargo.....
Volteo cuando escuchó la risa de un profesor, en la mesa de docentes Remus Lupin le enseñaba a su hijo a usar la cucharita de entrenamiento, Isaya Shoto ( vampiro profesor de apoyo en DCAO) se contenía de soltar carcajadas mientras Teddy Lupin hacia un desastre en la cara de Orión Noir profesor de Animagia, el profesor reía mientras el bebé le daba de su cucharita su papilla, en intento de alimentar al adulto, muchos alumnos también reían enternecidos por la escena, el director en especial se veía muy alegre.
Remus limpio con la varita a su hijo y al profesor, Isaya le acerco el biberón con jugo de manzana, parecían una pareja, sin embargo todos sabían que eran como hermanos, Teddy aplaudió al ver el biberón, muchas chicas se rieron y pronto la campana sonó todos dejaron sus platos, se levantaron y dando una reverencia agradeciendo la comida se retiraron antes de la segunda campana sonara.
Tom se despidió de los más jóvenes poniéndose de acuerdo para verse en la comida, muchos susurros acompañaron a los más grandes durante su trayecto, Kaito se veía fastidiado y Tom claramente huraño pero dejo eso oculto tras una máscara de cordialidad y encanto.
- Si sigues así tendrás más propuestas a tu puerta- le dijo Kaito.
- Pero así conoces más gente para futuros contactos- contrataco el ojiazul.
-Touche- Kaito y Tom fueron directamente a sus asientos ignorando los coqueteos o miradas llenas de emoción de las chicas.
...........
Hadrian solo suspiro mientras una tensa sonrisa se deslizó por su rostro.
- No gracias Lee - llamo por su apellido al joven chino de cabellos y ojos negros, el chico solo apretó los labios.
- No se disculpe joven Peverell, tenía una esperanza de que correspondiera mi cirtejo, pero no, no quédese con el obsequio -con la barbilla en alto como alguien que se marcha digno de dar una buena batalla se alejó del pelinegro y su amiga.
- Un día de estos podrás abrir una joyería - le dijo María mientras sostenía la caja de regalo con un ostentoso collar.
- Haaaa- suspiro Hadrian- si Tom es popular con las chicas yo lo soy con los chicos- refunfuñaba mientras su amiga le ayudaba a guardar la caja de terciopelo, ambos suspiraron de alivio cuando la campana sonó.
Les tocaba Animagia.
Solo los que tenían las aptitudes podían cursar la materia y ser instruidos.
Ambos tenían lo necesario.
Los dos amigos entraron sentándose juntos.
Orión Noir se hallaba en su enorme forma de perro negro, solo siendo reconocido por sus ahijados, ningún otro estudiante que entro noto al enorme perro negro, era la primera vez que se transformaba en clase.....
Bueno eso debía servir de experiencia

Rosa de Terciopelo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora