Consortes

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Siento haber tardado mi internet murió y actualmente utilizo el de mi tía....además .........estoy escribiendo varias historias a parte! Agradezco a mi beta por esto .... disfruten!
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Hadrian nervioso cómo estaba, suspiraba y jugueteaba con sus cuencas, las cuales brillaban con fuerza mientras que, las plumas le daban un aire exótico, él quería dejar de verse en el espejo con ese kimono de color rojo con mariposas negras bordadas.
- No está mal. -. Zero escupió la frase al ver la mirada de Yuuki sobre ellos llena de estrellas.
Hadrian estaba lleno de nervios, sentía que podía vomitar en cualquier momento.
Palideció de golpe al ver a Shizuka con una sonrisa.
Zero trato de huir discretamente por las puertas, pero María estaba allí bloqueando la salida.
- Chicos~ -. Shizuka no se detuvo, revelando ciertas prendas.
Ambos trataron de huir.
La verdad, si la puerta y ventanas no tuvieran hechizos para evitar abrirse, habrían corrido muy lejos de las lunáticas que tenían como familia, los hechizos tenían el nombre de Narcissa y Luna en todos lados.
Zero maldijo cuando Yuuki sonrió junto con María.
***
La fiesta estaba en el apogeo, las muchachitas de buena familia se sonrojaban al ver al rey Vampiro.
Kaname trataba de no usar sus poderes para apartarlas, fastidiado por el aroma de sus perfumes y maquillaje, Tom más allá, trataba de soltarse de las chicas que revoloteaban sus pestañas y movían sus cabellos, los perfumes le mareaban, Kaito tenía una mirada de fastidio por la atención excesiva de las féminas.
- ¿Dónde están? - Severus tomaba una copa de jugo de arándano, miró a Isaya, que nervioso se escudaba en su esposo para evitar cualquier vampiresa casadera.
- No lo sé. -. Severus mataba con la mirada a algunas idiotas, Lucius hablaba con Narcissa, que sonreía de una manera que daba miedo, más allá Sirius coqueteaba con Yagari, que mantenía una expresión estoica, pero mantenía su brazo en la cintura del ojigris, Remus se mantenía al lado de Lucius, su traje de color menta suave iluminaba sus ojos dorados, Lucius usaba un traje negro, la sonrisa de Teddy en brazos de Lucius buscaba con la mirada a alguien.
- Deben estar…-. Se calló, Severus lo miro confuso y un chillido ahogado se escuchó en dirección de Narcissa.
Zero usaba el kimono de rosa con tonos cafés, rosas de diferentes tonos rosas y rojos, la parte trasera tenía rosas de telas, un cordón de color perla amarraba al Obi.
Su largo cabello estaba trenzado en una rosa al costado de su nuca algunos mechones enmarcaban su rostro, sus labios fueron pintados de rosa suave.
Hadrian estaba a su lado bajando las escaleras, su cabello con plumas y cuencas estaba bellamente trenzado dejando de lado una coleta donde su cabello se ondulaba suavemente, las cuencas brillaban y las plumas de colores daban un aire de majestuosa rebeldía salvaje.
Pero lo que llamó la atención a todos, era la bella y exquisita figura debajo de sus kimonos, dando a entender su naturaleza como portadores, de inmediato, Tom y Kaname se alejaron de las acosadoras y se dirigieron a su respectiva pareja.
Tom tomo la mano de Zero y la besó.
Zero se sonrojo delicadamente.
Hadrian fue sostenido por Kaname que le dio un beso en su mano, pero le abrazo por la cintura llevándole a la pista central.
- Bienvenidos. -. La voz de Kaname fue alta y clara que tenía un comando de orden en su voz.
Los vampiros y cazadores prestaron atención, los ojos de todos en la delicada figura del joven de cabellos negros. - Él es mi futuro rey consorte, Hadrian Peverell. -. Las vampiras se fijaron en el joven con ira en los ojos. - Desde hoy el será tratado con el respeto que le corresponde, al mismo tiempo que mi hermano ha encontrado a su alma gemela el joven Thomas Peverell. -. Los vampiros que habían cortejado a Zero fulminaron a Tom con la mirada. - Ante ustedes se hallan los futuros miembros de la realeza, su lealtad a nosotros debe ser dada de nueva cuenta, por nuestros consortes. -. Los vampiros se inclinaron ante él, los de su círculo interno con una rodilla en el suelo.
- ¡Larga vida a los reyes! ¡Larga vida a los príncipes! -. La multitud hizo vibrar sus voces con el juramento.
Habían jurado ante sus gobernantes, un juramento de lealtad.
Kaname sintió a su consorte tensarse, abrazo su cintura con seguridad, miró los ojos esmeraldas que le miraban con algo de miedo en ellos.
La mirada de Kaname era segura.
Te protegeré.
Beso los labios ligeramente rosas de Hadrian con dulzura.
Te amo.
Hadrian se sonrojo, Kaname lo amaba incluso después de saber su pasado, su carga, su verdad, el enemigo que le perseguía y los que se había hecho al huir.
Él amaba a ese vampiro tan solo, tan triste, con la carga de ver a los que ama pasar, pelear por el futuro.
Zero se abrazó a Tom mientras ambos daban su reverencia ante los próximos reyes.
Tom se irguió y vio la mejilla de Zero la besó dulcemente, Zero se sonrojo aún más, pero lo suficiente para pasar desapercibido, Tom sonrió a su prometido.
Ese joven fuerte e independiente, frágil de apariencia, pero poderoso por su sangre.
El que lo cautivó por su fortaleza y, ¿por qué no? Su fiereza y rudeza.
Tom no dejo su mano, ni siquiera cuando muchas familias les lanzaron a sus herederos a Zero, ni mucho menos cuando una cazadora se acercó demasiado, la apartó con frialdad.
- Aléjate, Marissa. -. Zero prácticamente le gruñó a la regalada joven que se exhibía ante él o ante Tom, él que fuera el primero le daba asco, él segundo la hacía querer arrancar la cabeza a la tipa, su vestido muy apretado no útil en la batalla, era muy revelador, dejando muy poco a la imaginación, aunque Tom no estuviera comprometido habría desdeñado a este tipo de mujer con rapidez.
- Vamos~. -. Ella se burló, si bien sus ojos eran codiciosos a Zero, Tom le llamaba más con su marcado físico alto y elegante, como vampiro mordido, Zero podría caer al nivel E así que alguien debía estar allí para consolar a su devastado y atractivo consorte.
O eso pensaba ella.
Se mordió el labio al detallar al hombre.
- Marissa cambia tu ropa de inmediato. -. Yagari llegó con un hombre de cabellos ondulados negros y tormentosos ojos grises, su piel pálida, suave y libre de vello.
La mujer presto demasiada atención a Yagari, poniendo sus brazos bajo el pecho relleno destacando vulgarmente los atributos.
- Yagari~ sensei~. -. Yagari contuvo sus ganas de vomitar, Sirius alzó una ceja y puso en alerta a Narcissa al otro lado del salón.
Era por esto que la asociación no aceptaba cazadores sin línea de sangre fuerte o con demasiada sangre de cazadores diluida en sangre humana.
Dejaban de lado sus raíces, se volvían más y más humanos, los instintos vampíricos que aumentaban su longevidad, los sentidos más agudos en la caza, sus almas gemelas y la capacidad de enamorarse una vez.
Yagari lo sabía.
Esta mujer solo buscaba un marido que la mantuviera, que la tratará de reina y ella dejará de cazar, obtener un patrocinador.
Pero su madre la llevo a entrenar, aunque no fuera destacada era seductora, así que... Era fácil atraer a los maestros a sus encantos.
Aunque aun así veía sus miradas de burla.
- No soy tu sensei. -. Yagari saco una bocanada de humo al rostro de la…. Señorita. - Esa no es la ropa que deberías usar en misión. -. La voz llena de burla fría llegó a la mujer. - Deberías ser profesional, estamos en una gala para proteger, no buscar un revolcón de una noche.
La mujer se enderezó, pero....
De improviso y con un grito se cubrió la parte trasera de su ajustado vestido rojo, que parecía pintado más que una tela y, corrió lejos de la multitud.
- ¿Escuché...? -. Tom vio a Sirius que parecía muy distraído. - ¿Tela rompiéndose?
- ¿De verdad? -. Sirius le quitó importancia. - Con un vestido tan pegado incluso respirar debe ser difícil. -. Sirius sonrió y se fue, Yagari sonrió con suficiencia y fue tras el mago.
- Blacks. -. Tom suspiro conocía los apasionados que eran y como tomaban venganza.
Bellatrix era prueba de los extremos.
- Vamos, el olor a ofrecida sigue en el aire. -. Zero lo jalo directo al jardín.

Rosa de Terciopelo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora