La guardiana. cap 9

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4 días llevaban encerrados nuestros queridos amigos, por suerte allí había comida para parar un tren.
Se hacía cada vez más incómodo el echo de hacer sus necesidades, cosa que a Eli ya le sobrepasa.
Aiden solo estaba pendiente de los movimientos de aquella niña, recopilando los casi 3 años de apocalipsis, ninguno de los dos había visto niños zombi, al parecer estos eran espectacularmente rápidos e incansables.
Los podridos normales en ocasiones se quedaban en un estado de letargo, como si se quedarán dormidos y reaccionarán al sonido, lo de la niña era demasiado para ellos, pero tenían que pensar un plan y desacerse de ella.
- Si la matamos y registramos bien la casa, puede que sea mejor sitio que el otro, hay mucho espacio, todo está blindado y joder fíjate en la cantidad de comida!!. -dijo Aiden señalando los varios estantes de aquella enorme despensa.
Al elevar la voz, un grito se escucho de muy lejos y al instante un correteo que se dirigía a la puerta y empezaba a golpearla con rabia, con gruñidos desesperados e incesantes.
Eli estalló vomitando en una esquina de la estancia y con evidentes sudores fríos, sudada y cansada grito a Aiden:
-Mira yo no sé qué cojones pretendes pensando tantísimo las cosas joder tenemos que salir de aquí de una puta vez o a mí me va a coger algo, prefiero que esa puta zombi de mierda me muerda, que pudrirnos aquí dentro!!!. -Acabo con un suspiro y se dejó caer ante la atónita mirada de Aiden.
-Eli... Cielo tranquila, tienes razón vale? Pero no quiero que nos muerda ok? Relájate ya he pensado algo. - se acercó despacio para abrazar a Eli y le explicó el plan.
Estaba todo lo mejor calculado posible solo tenían que actuar rápido, Eli esperaba al fondo de la despensa con su apreciada ballesta y Aiden tenía un extintor, en el momento que eso entrara tendría que reventarle la cabeza y listo.
-Preparada?. -susurro a Eli k esperaba en guardia con la ballesta en mano, abrió lentamente la puerta y ambos les retumbaba el corazón contra las sienes, desde algún lugar de la casa resonó el chillido alocado de la niña que se dirigía a toda velocidad a la despensa, cada vez sus pasos eran más y más cercanos, Eli cerro un ojo para apuntar mejor, estaba dispuesta para acabar con aquella hija de puta.
El zombi entro a la despensa como alma que lleva al diablo con las manos extendidas hacia Eli, pero antes de que pudiera llegar a ella Aiden le había acertado con el extintor cayendo al suelo con los sesos fuera. Eli salio a vomitar sin mirar atrás dejando aquella escena horrenda, mientras vomitaba sin control, pudo divisar una enorme sombra que se dirigía hacia ella a toda velocidad, cuando se incorporó solo vio como Kenny se lanzaba a la cara descompuesta del terrible perro gigantesco que había vuelto a la vida como su dueña, todo paso tan rápido que Eli solo pudo ver cómo aquel enorme perro zombi segaba la vida de Kenny, mientras escuchaba un aterrador grito de Aiden golpeando y machacando la cabeza de la enorme bestia.
Mientras se aseguraba de que estaba muerto dándole una y otra vez.
Eli se arrastró con el estómago en un puño hacia el cuerpo inerte de su amigo Kenny, un enorme bocado ocupaba todo su cuerpecito, de esta manera había partido su columna en dos.
Los ojos se le llenaron de lágrimas e impotencia acariciando a su fiel amigo que le había salvado la vida.
Aiden destrozado por la terrible escena solo se aseguró de que nada más saliera de improvisto.
Llena de amargura y con el alma desgarrada cogio una de las flechas que llevaba encima y con un grito de dolor que retumbo en los oído de ambos atravesó la cabezita de este para que no se transformará.
Pasadas las hora Eli no artículo palabra, solo se aferraba a la manta con la que envolvía el cadáver de su fiel mascota, una vez en casa Aiden se dispuso a cavar una digna tumba para el pequeño héroe.
Cuando estuvo lista dejó con cuidado al animal en su descanso eterno y ella mismo lo enterró con los ojos totalmente empañados, luego clavó una pequeña cruz que ella había fabricado, y de dejó caer allí durante horas.
Aiden estaba frente el fuego pues aquella noche parecía fría, cuando se dispuso a llamar a Eli para que no se resfriara, está entro miro a Aiden y le dijo con un tono muy cambiado:
-Nada volverá a ser lo mismo, el... el no..nos ayudaba y ahora no está, ahora que le necesitamos más que nunca...

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