Habían pasado 5 meses de aquel terrible acontecimiento, Eli pensó que había perdido a su bebé, Aiden pensó que jamás volvería a ver el amor de su vida y por su puesto ver nacer a su hijo o hija, por suerte la herida de Eli quedo muy arriba de dónde el feto se encontraba y todo quedo en un susto agónico.
Con paciencia y mimo Eli curo el muñón de Aiden y se las ingeniaron para proporcionarle una prótesis, que ya no era ningún impedimento para su movilidad.
Ambos salieron de aquel pueblo del diablo sin mirar atrás, con el tiempo recolectaron provisiones nuevas. Se pasaban los días en la furgoneta que habían conseguido conduciendo por aquellas carreteras, que en ocasiones se abarrotaban de podridos, Aiden había construido una especie de dormitorio en la parte trasera de la furgoneta, el miedo a parar en cualquier pueblo, todavía estaba muy presente en nuestros protagonistas, pues solo había que ver el hierro en forma de pie de Aiden y la enorme cicatriz de la barriga de embarazada de Eli.
-Aiden, sé que no te gusta hablar del tema pero, tenemos que buscar una casa, tarde o temprano no voy a poder seguir este ritmo, mi barriga es muy grande ni siquiera me veo los pies. -
Aiden dejo su lata de albóndigas y miró la barriga de Eli, -Tienes razón, para estar de 5 meses, tienes barriga de Obélix...- este soltó una risotada, mientras Eli le daba un puñetazo en el hombro. - Aiden!! Necesito una cama, un sitio donde descansar, me duele la espalda y no me voy a quitar en la puta vida ese olor repugnante de muerto de la nariz, tengo mucha hambre y además ya hace calor y...- Aiden le tapó la boca y la abrazó, mientras a esta le caían enormes lagrimones.
- Ya? Mi niña no te preocupes vale?, Buscaremos una casa, pero una casa segura, cada vez hay más podridos, buscaré algo alejado pero cercano de algún pueblo o ciudad para conseguir provisiones, me aseguraré que sus habitantes estén todos muertos.- Eli se secó las lágrimas y se tendió en el colchón resoplando. De repente empezó a reír, Aiden se giro y vio como unos pequeños bultos, se removian por la barriga de Eli.
-Lo ves? Mira como se mueve, la sensación es increíble. - dijo ella llorando y riendo a la vez.
Aiden se recostó con cuidado a su lado y observaba atónito la maravilla de la vida, apoyo suavemente la oreja en la agitada barriga, un agetreado corazón resonaba por encima del latido de Eli.
Ella empezó a acariciar su pelo que caía ya largo y ondulado, se puso a la altura de sus ojos y lo miro con deseo.
-Aiden cuánto hace que no echamos un buen polvo?- este levanto la cabeza extrañado sin saber que decir. -Pero Eli le podemos hacer daño no?- Eli se incorporó y se quitó la camiseta, se acercó a él y lo besó con muchas ganas y riendo le dijo:
-Pero como eres tan antiguo Aiden!! Al bebé no le va a pasar nada, no tienes ni idea de la dureza y protección que tiene eso, además creo que estás de acuerdo conmigo! -dijo esto con una risotada mirando la entrepierna de su chico.
Pasaron como 4 horas, Eli sonreía feliz mientras dormía, y como siempre Aiden la observaba, la cubrió con una manta pues por las noches refrescaba, paso a la parte de delante de la furgoneta para echar un vistazo, pues no era buena idea llevar tanto tiempo parados aunque había valido la pena muchísimo.
Puso la furgoneta en marcha y Eli ni tan siquiera se había inmutado, se puso a conducir a baja velocidad, por el momento todo parecía tranquilo, pero los podridos nunca duermen.
Como no, estaba en lo cierto, un pequeña horda de podridos cruzaba la carretera, Aiden detuvo la furgoneta sin parar el motor, pues apagarlo y encenderlo podría llamar más la atención, bajo con cuidado y se subió al tejado para observar mejor.
Qué poco duro lo bueno, una oleada de terror inundó a Aiden y lo dejo apenas sin respiración, hordas de zombis venían en todas direcciones, todavía estaban lejos, pero era inevitable que se iban a topar con ellos.
Bajó como un rayo y apagó el motor cerró todo bien y tapó las ventanillas con prendas de ropa, se acurrucó junto a Eli y la despertó y le dijo en voz muy baja: -Eli cariño, estamos rodeados, pero si no hacemos ruido pasarán de largo vale? Tenemos que quedarnos muy quietos. -Eli lo miro con pánico, pero sabía que si esa era su decisión era porque la cosa estaba realmente jodida ahí fuera, así que solo se digno a asentir con la cabeza.
Ambos permanecían abrazados muy quietos, solo apreciaban el aliento que salía de sus bocas por el frío de la noche. Los lamentos de los podridos cada vez estaban más cerca de la furgoneta, el ambiente era terrorífico y sin duda el miedo en sus cuerpos les paralizaba. Pronto empezaron a chocar contra la furgoneta, pero todos pasaban de largo o al menos eso les parecía a ellos, pero eran muchos, Eli se tapó los oídos con espanto y se apretó contra él pecho de Aiden.
Fue larga la cabalgata de cientos de zombis, que gorgogeaban, chasqueban los dientes y se lamentan, mientras daban fuertes golpes contra la furgoneta.
Aiden abrió los ojos y la luz del sol entraba por una pequeña rendija de una de las ventas, Eli al contrario que él no se habían dormido y sus ojos estaba hinchados de llorar en silencio, pero ya había pasado todo.
-Hace horas que no se les oie. - dijo Eli mirando a Aiden con una cara de terror y alivio a la vez. -Joder me he quedado dormido!. -exclamo Aiden con algo de enfado, -Tranquilo cielo, ya pasó todo, y ademas siempre me duermo yo no? Para una vez que descansas tú. -se incorporó algo entumecida y beso la frente de su chico. Este le tocó su barriga con delicadeza, -Tienes razón buscaremos un lugar seguro para los tres, te quiero. -y beso su frente con ternura.
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Quedate conmigo
HorrorUna historia apocalíptica, en la que sufrirás por nuestros protagonistas, emoción, miedo, amor, tristeza. Déjate llevar por todo tipo de sentimientos, los zombis no siempre son el peligro.