Más muertos que vivos... cap 17

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-Aiden.. conduce más despacio por favor, parezco una bomba de relojería.. aiii- dijo Eli sujetando su panza de tan apenas 6 meses.
-Eli la horda a crecido y tú no estás para correr precisamente, tenemos que escondernos ya, donde sea.-.
Aiden conducía nervioso por las carreteras repletas de zombis, parecía que eran los únicos supervivientes de el puto planeta. Las tormentas y la niebla no ayudaba, por no hablar su punzante pierna mutilada, que a pesar de estar completamente cicatrizada, en ocasiones un dolor espantoso que recorría cada centímetro del muñón.
Pasaron por el letrero de una ciudad y no lo pensó más, tal vez un edificio alto sería buena idea, vista suficiente para avistar cualquier cosa, y más cómodo que una casa en el campo.
Busco uno lo suficiente alto y que no estuviera muy rodeado de podridos.
-Eli cariño, se que no te gusta, pero el lo alto de un edificio estaremos seguros, vale?- echo una mirada de soslayo a su amada compañera.
-Esta bien Aiden, de todas formas está "mochila" durará aún unos meses más, y debemos preparar todo lo que necesitemos-. Una sonrisa satisfactoria salió de la boca de Aiden.
Al fin vio un edificio bastante decente y tranquilo. Se acercó lo más despacio posible y sin luces al portal de este, tan solo un par de podridos paseaban.
Bajó con cautela y clavo un machete en la cabeza en cada uno de ellos dejándolos caer con el menor ruido. Miro a Eli, haciendo un gesto con la cabeza, ella sabiendo el protocolo, cogió la manta negra qué tenían, cerró la furgoneta y se camufló por completo. Armado con un machete y un hacha de mano, que colgaba de su cinturón, Aiden entro con cautela al portal del edificio. Miró poniendo atención a todos sus sentidos, acostumbrando su visión a la penumbra. El edificio disponía de 8 plantas, su intención era alcanzar la 7 o la 8 sin riesgo y que una de las dos tuviera un piso seguro y decente. Cada planta contenía 3 pisos el A,B y C, cosa que ampliaba posibilidades de dar con un buen hogar.
Un 7 color dorado, roñoso y descolorido por el tiempo, parecía dar una amenazante bienvenida a Aiden, en la planta que tenía pensada inspeccionar. Los latidos de su corazón golpeaban fuertemente su garganta y sus sienes. El silencio era absoluto y demasiado inquietante. Miro y las puertas del A y el C, permanecían cerradas, de este modo por no hacer ruido de momento se adentro en el B, con la punta de la prótesis de su pierna, abrió lentamente la puerta. Cómo era de esperar unos chirridos sonaron en las bisagras. Un polvoriento salón apareció ante Aiden,parte de los muebles habían sido quemados en una hoguera central, que había sido consumida hacía mucho tiempo. Un arco comunicaba con la cocina, de la entraba que una luz tenue del exterior que iluminaba muy poco el lugar. Un pequeño pasillo daba a un puerta que permanecía cerrada, Aiden paso de largo girando por el pasillo, formado por un zig zag, llevaba a las siguientes tres puertas. Otra de ellas estaba cerrada, la segunda no había puerta y la tercera estaba entornada ,sin pomo con unos agujeros astillados. La que no tenía puerta era una simple despensa, donde alguna vez guardaron electrodomésticos, algunos botes, cosas de limpieza.... La puerta con agujeros estremeció a Aiden, pues caian manchas de sangre reseca, que dibujaban unas líneas desiguales que en algún tiempo atrás, brotaron de manos vivas o quizás muertas. Fue entonces cuando miro el suelo del pasillo que lucían incontables pasos de sangre seca, que iban en todas direcciones. Miro por uno de los agujeros y vislumbró una cama de matrimonio rota con el colchón en el suelo. Varias velas de todos los tamaños y botes vacíos estaban esparcidos por la habitación. También la habitación estaba llena de pasos resecos y una enorme mancha hundía un trozo del colchón. La peste de aquella habitación, todavía se apoderaba del ambiente, Aiden horrorizado imaginó, como alguien murió desangrado en aquel lugar o quizás devorado por los podridos. Dio dos pasos hacia atrás, pensando que aquella casa no era el lugar adecuado para Eli, entonces noto algo frío y duro que tocaba su espalda.
-No des ni un paso más, o formarás parte de la decoración. - una voz sonó detrás de Aiden, parecía que una pistola se apoyaba en su espalda y que quizás un movimiento en falso lo arruinaría todo.
Aiden levanto sus manos.
-Por favor solo busco un lugar para mí y mi mujer, si molestamos nos vamos, pero no quiero más muertes. -antes de que el atacante pudiera mediar palabra, Aiden dio un giro brusco y hundió su machete en el hombro del desconocido.
Este cayó al suelo gritando de dolor.
-Joder!!! Me cago en tu puta madre tío, menos mal que no querías violencia.- en el suelo se encontraba un chico de unos 17 años, intentaba sacarse el machete y Aiden vio en el suelo un trozo de tubería, que por la espalda simuló muy bien el cañón de una pistola.
- Hostia puta, pero estás tonto o que chaval, casi me cago en los pantalones, deja que te ayude. - Aiden se agachó y miró como de grave era la herida y qué tan profundo le había clavado el machete.
- Aaahhh me duele no tires cabron. -gimoteo el muchacho.
-No grites o te aseguro que lo que te puede pasar te dolería mucho más, voy a sacartelo vale? Y taponaremos la herida. -el sonido del mecanismo de una escopeta al recargarla, congelo la acción de Aiden y miró con temor hacia arriba, está vez dos cañones de una recortada estaban frente a su cara, un sudor frío recorrió su cuerpo, un dolor pesado invadio en su cabeza y todo se volvió oscuro.

Quedate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora