Riesgo. cap 20

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Aiden dio salto al notar una mano agarrando su hombro.
- Shhh... Tranquilo tío, que haces, tenías que vigilar... - Juan miro a través de la terrorífica cristalera, como aquellos pequeños cadáveres se retorcían, en aquellas cunitas de recién nacido.
Juan cogió a Aiden apartando su mirada de allí.
- Cunas Aiden, otra cosa que nos hace falta vale?, Ahora vamos abajo a quirófano, todavía me faltan algunas cosas, de momento está saliendo bien, pero no podemos bajar la guardia vale amigo?. - Aiden asintió y siguió Juan por los tenebroso pasillos de aquel hospital.
Un podrido vestido de médico, se arrastraba por el suelo, gruñendo y avanzando lentamente sin ningún rumbo, Juan hundió su machete y continuaron hacia quirófano. Antes de abrir la puerta, Aiden detuvo a Juan y con un gesto le pidió que escuchara en el interior.
Unos pasos pesados se oían del otro lado de la puerta y un estruendoso vómito, les hizo estremecerse.
Aiden cogió a Juan del brazo y se escondieron en una consulta.
- Juan lo que has oído ahí dentro es un hinchado, esos zombis son como mutaciones, yo he visto unos cuantos y créeme no son como el resto. - Juan frunció el ceño.
-Y que tienen de diferente? - Aiden limpio con la manga su frente sudorosa por el pánico y dijo:
- Pues son enormes, están llenos de granos o sacos de pus, que se yo, son rápidos y vomitan una sustancia ácida, que marea mucho solo el inhalarla, no quiero pensar que puede pasar si te entra por algún poro del cuerpo. Eli y yo vimos unos pocos.- Juan hizo un retrato robot en su cabeza y no pudo evitar una arcada.
-Pero esas cosas se matan no?- dijo histérico- Si sí se matan, el problema es hacerlo antes que el, es decir hay que reventarle la cabeza y esto es literal Juan, no vale un tiró en la frente, su cabeza tiene que destrozarse del todo. - Juan se llevó la mano al pecho y pensó durante unos segundos.
- Vale mira, tenemos que hacerle caer de alguna forma al suelo y luego machacarle el cráneo con un éxtintor, tenemos que guardar las balas para agrupaciones grandes, si ese bicho está solo, lo podremos hacer sin gastar munición.- Aiden recordó haber visto una silla de ruedas no muy lejos de allí. Intentarían hacerle caer con la silla e inmediatamente le machacarian el cráneo, tenía que ser rápido y por supuesto salirles a la primera.
A Juan no le pareció mal plan, así que sin pensar mucho más se pusieron manos a la obra.

- Aaaaiiii, ufff como a dolido eso. -dijo Eli agarrándose la tremenda barriga. María río - Cielo paciencia, es normal tener contracciones el último mes, son dos dándote patadas ahí dentro y estás muy delgada. - Eli miro a Susi jugar con unos muñecos de papel, que ella misma se había fabricado. -Maria tengo miedo, el parto me tiene aterrada, y si no lo hago bien? Y les hago daño empujando? Y si...- María levanto la mano para hacerla callar.
- No pienses en eso vale? Todos haremos que salga bien y los bebés estarán bien, no te preocupes mujer. -Eli miro su barriga preocupada. -Hace días que noto menos movimiento, no sé, es como si uno de los dos haya dejado de moverse, me preocupa un poco.- se puso a llorar descontroladamente, efecto sin duda del propio embarazo. - Oh eso es normal no te preocupes, a veces están un tiempo sin moverse y luego vuelven a la carga. - Dijo esto con una risa graciosa.
Las horas pasaban y los chicos no volvían, habían salido de buena mañana y ya empezaba a oscurecer, las horas eran eternas para Eli postrada en aquella cama, pero debía de estar así para que todo saliera bien.
La noche ya vencía el cielo y ellos no habían regresado, mantenían la calma porque con los muertos vivientes nunca se sabía y podías permanecer horas oculto en algún lugar hasta que se despejará el camino.
-Eli!! Qué haces de pie?, Tienes que guardar reposo cielo. - Eli estaba mirando por la ventana hacia el vacío de la noche.
- Tranquila María, solo estoy mirando si regresan, estoy muy nerviosa y además me tengo que mover, se me duermen las piernas. - mientras Eli decía todo esto, permanecía con la mirada perdida en algún lugar de la calle.
-Eli vendrán cuando amanezca, ahora es peligroso, así que porfavor vuelve a la cama, vale?- Eli se dio la vuelta y volvió a su cama.

Aiden y Juan, se preparaban para vencer al hinchado. Juan sujetaba la silla y Aiden tenía en sus manos un extintor del hospital. Ambos se miraron, con la mente realizaron una cuenta atrás, entonces Juan empezó a golpear la puerta. Los pasos se detuvieron, para reanudar de nuevo hacia la puerta, los corazones se aceleraron y Aiden dio una patada en la puerta para que se abriera del todo.
Allí estaba aquel enorme hinchado, para su sorpresa los ojos le habían estallado, por las cuencas chorreaba un líquido espeso y repugnante. Ambos supieron que aquello les daba un poco de ventaja. Juan avanzo con la silla hacia el, dejandola en su camino, ambos hicieron ruido para que tropezara con ella. Se prepararon para la caída, pero en aquel instante un zombie apareció tras ellos, distrayendo a ambos y al hinchado. Aiden golpeó con el extintor en la cabeza instintivamente al zombi, dejando los sesos al aire y cayendo al suelo, cuando se volteó el hinchado había lanzado un puñetazo al aire que dio a Juan de pleno, el crujido de unas costillas rotas hizo a Aiden estremecerse. Rodeo al hinchado y cogió la silla de ruedas, haciendo ruido para despistarlo y decidió llevarlo a la puerta y que saliera por su propio pie y se perdiera por el hospital. Atranco la silla entre las dos puertas y en hinchado fue como alma que lleva al diablo, saliendo bien la estrategia de Aiden. El hinchado tropezó con la silla y quedo fuera del quirófano, Aiden busco algo para bloquear la puerta. En silencio se acercó a Juan que no se movía en el suelo, sangraba por la nariz y la boca, tenía un tremendo moretón en el costado y respiraban muy levemente.

Quedate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora