Quedate conmigo

El principio del fin. cap 22

María se asomo a la habitación donde Eli reposaba, Aiden permanecía estático a su lado.
Llevaba varias horas así.
-Aiden cielo... Quieres comer o beber algo?
Este se giró como si no hablaran el mismo idioma. Solo miraba a María con cara de pocos amigos mientas se aferraba a la mano inerte de Eli.
María con lágrimas en los ojos retrocedió y entorno la puerta, comprendió que aquel muchacho necesitaba algo más de tiempo para asimilar todo aquello.
Una canción olvidada empezó a sonar en la cabeza de Aiden, Eli parecía la más hermosa del mundo a pesar de su aspecto huesudo y sin vida, recordó los días de invierno al lado de la chimenea de aquella casita acogedora junto con Eli y Kenny, a pesar de los tiempos que corrían, todavía habían momentos inolvidables.
Una lágrima recorría la sonrisa apagada de Aiden mientras recordaba la primera vez que vio a Eli, el miedo que sintió cuando aquella vieja lo secuestro para hacerlo pedacitos, pensando que jamás volvería ver a Eli.
La oscuridad invadía su mente y su corazón, sentía que su vida se había apagado junto con la de ella.
Un llanto de bebé lo saco de sus mundos, su hija... Tenía una hija que proteger y cuidar, contarle como era su mamá, juntos tenían que seguir adelante.

Juan andaba de un lado a otro nervioso.
-Donde cojones se a metido este niñato, cuando lo coja se va a enterar!!!
-Juan por favor, solo han pasado unas horas, seguro que vuelve, ahora tenemos que convencer a Aiden para que.. Bueno Eli se va a despertar... Y.. Y...
-Ya lo se María joder, putos podridos de mierda, tal vez yo la hubiera salvado, tal vez....
Juan estalló a llorar y se dejó caer derrotado en el suelo.
En ese momento Aiden salió de la habitación, estaba destrozado andaba arrastrando los pies, Juan y María enmudecieron al verle. Este se dirigió hacia la cestita que contenía a la pequeña que dormía profundamente. Su padre la observaba atónito, como algo tan pequeño podía quererse tanto, Aiden la cogió en brazos y con mucho cuidado la apoyo en su pecho, pudo sentir su cálida piel y la paz que desprendía.

Todos se paralizaron al oír unos quejidos pesados que provenían de la habitación de Eli, Juan miro a Aiden.
-Yo lo haré chico, no es necesario que pases por esto.
Aiden le entregó la bebé a Juan y sin mediar palabra se dirigió a la habitación, sabia muy bien que tenía que hacer, no sabía cómo pero su pequeña le había armado del valor suficiente, aquello ya no era Eli, Eli ya no estaba.
Abrió la puerta muy despacio armado con un cuchillo, un nudo enorme se le hiba formando en la garganta, el corazón parecía que se le iba a salir por la boca. Por un momento se detuvo, respiro hondo y abrió la puerta muy despacio.
Unas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos al ver a Eli, moverse muy despacio y emitiendo gemidos dignos de aquellas cosas.
Su Eli, pensó Aiden, se acercó a ella que a penas se movía aún, pero podía mirar con aquellos ojos blanquecinos, que en tantas ocasiones había visto en desconocidos, ahora eran los de Eli.

-Lo siento Eli...
Dijo mientras se acercaba a ella cuchillo en mano, pero todo se paralizó cuando de la boca mortecina de Eli salieron las siguientes palabras.
- Aiden... Y... Bebés... Que estas..
Aiden?....

Aiden retrocedió a toda velocidad al contemplar aquella escena, no podía ser los podridos no hablan, solo intentan matarte, un mar de ideas explosivas pasaban por la cabeza se Aiden. Y si resulta que los podridos si recuerdan y jamas les han dado la oportunidad de...
No no, se decía Aiden a si mismo es imposible, quizás su subconsciente le había jugado una mala pasada, respiro hondo y volvió a entrar.

- Aiden cielo, al fin... Los bebés..
María me ayudó... Que extraño... No.. No me duele nada. Aiden?

Este no salía de su asombró, Eli era un podrido, pero tenía la capacidad de recordar? No era posible, esto era una pesadilla, no era real, quizás se había vuelto loco por la situación, eso era posible si, se había vuelto loco por la pérdida de Eli y su hijo, todo esto hizo que perdiera el conocimiento.

Un batiburrillo de pensamientos fugaces pasaban por la cabeza de Eli, dolor, mucho dolor, María llorando, una luz cegadora, el llanto de un bebé, y una película de su vida proyectándose marcha atrás, otra vez una luz cegadora y finalmente la figura de Aiden apuntándole con un cuchillo.
Quería hablar deprisa pero sentía que no podía, no sentía el más mínimo dolor o entumecimiento, pero su lengua no la obedecía, por un largo tiempo sintió impotencia.
Poco a poco noto como pequeñas descargas eléctricas que recorrían todas sus extremidades.
Se incorporó como pudo y vio como de reojo que Aiden caía al suelo, se había desmayado?

María y Juan entraron a la habitación al oír un buen golpe, ambos se agarraron al marco de la puerta, aquella escena sobrepasaba lo realista, Eli echa un zombi, con su piel color gris azulado, estaba sentada en la cama y los miraba sorprendida, mientras que Aiden yacía en el suelo sin conocimiento.

-Eli?
Dijo María con temor y sorpresa al mismo tiempo.

-Que os pasa? Que le pasa a Aiden? Y mis bebés? Porque me mirais así?
Hablo en otro idioma o que?

Juan y María cruzaron las miradas atónitos, de sus bocas solo salían palabras sin sentido. Eli que parecía tener mejor aspecto incluso que viva, ahora se levantaba de la cama para socorrer a Aiden, se movía con naturalidad.

-Ayudarme!! Yo sola no puedo con el!!!
Juan se acercó a Aiden sin apartar la vista de la misteriosa Eli, lo incorporó y lo llevaron al salón.

-Se a golpeado la cabeza, traer vendas o algo!! Que os pasa??
Eli se desesperaba sin saber porque Juan y María estaban tan extraños, estos empezaron a actuar, siempre guardando las distancias con Eli, pues mas surrealista que los zombis volvieran a la "vida" Ahora allí mismo delante de todos Eli que no se había dado cuenta de su nuevo aspecto, actuaba como un ser humano.
-Eli...
Dijo María.
-Deja que Juan cure a Aiden y acompañame al baño.
-Vale pero que?...
María había puesto a Eli frente al espejo.
Un zombi le devolvía la mirada atonita, se tocó la cara, el pelo, sus ojos sin vida se humedecieron pero no brotó ninguna lágrima.