Juan y Aiden salieron bien preparados para llegar hasta el hospital. Moisés se empeñó en ir con ellos, pero su padre le dijo que mejor cuidara de las chicas, Eli no estaba para batallones y si ocurría algo en el edificio les haría falta ayuda.
Trazando varios caminos para llegar al hospital, tomaron la primera opción. Las calles en un principio estaban solitarias, pero eso era demasiado bonito y no duró mucho.
Iban en silencio con las armas de mano bien preparadas, dejando las de distancia para una situación más complicada.
Cada vez que tenían que girar una calle, primero asomaban la cabeza por la esquina, entonces ocurrió, allí en una de las calles, una enorme marabunta de podridos esperaban de pie, tambaleándose de un lado a otro y gimiendo. Con las miradas perdidas en alguna parte, no se habían percatado de la presencia de éstos. Aiden reculó y se llevó la mano al pecho, para calmarse después de presenciar la escena, habrían como 300 zombis ocupando toda la calle, sus gemidos ponían los pelos de punta y la peste era insoportable.
-Bueno, tenemos que cambiar de dirección Aiden, es un putada, ya que el hospital está un poco más allá del final de esta calle, pero si se dan cuenta de que estamos aquí, nos van a perseguir y no ahora si no ya hasta que nos pierdan de vista y es peligroso, ya que podrían llegar a casa, es mejor no activarlos.- se rezagaron para consultar el mapa, pero a Aiden le rondaba en la cabeza muchas cosas y si cambiaban de dirección tardarían como 2 horas más.
-Oye Juan, yo he visto en una serie que cubriéndose de la sangre de los podridos, ellos no te huelen y no se... Podríamos pasar entre ellos, tal vez funcione.- Juan miro a Aiden con incredulidad y bufo de impaciencia.
- Aiden te parece esa calle, una serie de televisión o una puta película? Chico estás loco o que, estamos en la vida real y esos hijo putas te huelen a kilómetros, de verdad te quieres jugar el culo de esa manera? No es ficción Aiden, es la vida real, espabila!!!.-
Juan indignado se puso a revisar el mapa de nuevo, gruñendo para sus adentros.
- Juan, escúchame, hasta el momento esos seres son tal y como salen en la ficción, quitado de algún detalle, pero podría funcionar, yo por Eli y mis hijos estoy dispuesto a probarlo. -Juan bufo y en el ambiente empiezo a crearse tensión, se acercó mucho a la cara de Aiden y con un tono más fuerte de lo que estaban manteniendo dijo:
-Mira tu puedes arriesgar tu vida, pero yo no, me entiendes? Llevo 3 años protegiendo a mi familia y ahora somos más, ¡Por dios Aiden, que está en riesgo la vida de tu mujer embarazadisima y tú piensas en hacer de Indiana Jones!! No me toques los cojones que estoy muy nervioso, vamos a dar la puta vuelta vale?. -como por un impulso Aiden empujó a Juan, que paro en un lateral de un coche rompiendo la ventana del piloto. Un zombie desorientado asomó la cara por la ventana rota, dando mordiscos intentando alcanzar a Juan. Aiden ya había atravesado su cráneo con una flecha, incluso antes de que Juan se incorporará.
- Juan lo siento, no soporta que me chillen a la cara, estás bien? Se me fue de las manos.... - Juan miro su brazo con el que rompió la ventana, que sangraba levemente.
- Estoy bien chico, yo también lo siento, me puso muy nervioso la idea de cruzar entre tanto muerto, debemos movernos el ruido les va atraer hasta aquí. - ambos corrieron por la calle opcional.
Les llevo más de dos horas dar la vuelta, pero llegaron al hospital. Se quedaron rezagados en el edificio que estaba enfrente, ahora tenían que ver la forma de entrar y estar preparados.
Aiden miro el brazo lastimado de Juan, su manga estaba empapada de sangre y empezaba a secarse, mezclado con el sudor olía realmente mal y Aiden le aconsejo parar a limpiar un poco el brazo y venderlo.
-Bueno lo primero es ver dónde está maternidad y quirófano, también cogería unas cuantas sábanas y ya que estamos aquí, medicinas de todo tipo.- Aiden asintió y siguió de cerca a Juan.
El recibidor del hospital, les dio la bienvenida, con una imagen aterradora típica de videojuego. Todo estaba en silencio. Las lluvias habían causado humedades, las máquinas de snack estaban rotas, camillas sangrientas y sucias daban el toque siniestro a la sala. Una silla de ruedas volcada en el suelo, parecía algo fantasmal.
-Ju... Juan... Yo no sé tú, pero yo sin zombis ya estoy acojonado. - Juan no contesto, pues estaba igual de paralizado que Aiden, su frente sudorosa y su respiración entrecortada, daba a entender que también tenía bastante miedo.
-Bueno, vamos a guardar la calma, no nos dejemos llevar por el ambiente, lo raro es que no hayan podridos a la vista, eso me inquieta bastante, veamos donde esta lo que buscamos y no perdamos más tiempo.- los dos muy juntos y con las armas listas para cualquier sorpresa, se dirigieron a los carteles que señalaban donde se situaba cada cosa.
Se dirigieron primero a la segunda planta, maternidad, ambos apenas respiraban, en ocasiones parecía que el palpitar de sus corazones retumbaba en todo el hospital.
Juan le hizo con señas a Aiden que entraría en paritorio, que se quedará vigilando.
Aiden respiro profundamente y mantuvo la ballesta pegada a su pecho. A través de la puerta entornada podía ver a Juan moverse con rapidez por aquella sala, entonces algo le llamó la atención.
Un sonido leve provenía de algún lugar de aquella planta, Aiden se dejó llevar y siguió el sonido. Cada vez estaba más cerca, ahora parecía como el maullido lastimero de gatos hambrientos, entonces Aiden se dio de bruces con la grotesca imagen. Allí estaban detrás de la enorme cristalera, todas las cunitas alineadas y dentro unos bebés ya prácticamente calavericos, aún gemían y gorgogeaban a la nada, solo tres de los 12 bebés se movían, aquello afecto tanto a Aiden, que quedo petrificado y solo la imagen de Eli vino a su atormentada mente.
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Quedate conmigo
رعبUna historia apocalíptica, en la que sufrirás por nuestros protagonistas, emoción, miedo, amor, tristeza. Déjate llevar por todo tipo de sentimientos, los zombis no siempre son el peligro.