Eli cogió la ballesta y la escondió en su espalda, vio como la vieja se dirigía al patio, ella la siguió de cerca y se quedó en silencio observando. Llevaba en sus manos un cuchillo de cocina y una piedra para afilar, se paró enfrente del cobertizo y a pocos centímetros de abrir la puerta, se quedó quieta y escucho.
-Lastima... Otro que no sirve.- murmuró entre dientes, preparo su cuchillo y abrió la puerta, el zombi del chico cayó como un fardo dando bocados al aire, para nada pasó lo que Eli esperaba, la vieja esquivo al zombi y le dio una patada partiéndole el cuello. Observo que su boca estaba descosida, está levanto la vista malévolamente y se dirigía a Eli con toda la furia del mundo, pero se dio de narices contra ella apuntandola directamente con la ballesta.
-Ui hija, siento que tengas que ver esto pero no es lo que parece, yo solo..- dijo poniendo las manos en el aire
-Callate!! Donde esta Aiden!!! Contesta o hago una brocheta con tu ojo, hija de puta!!!- Eli no podía evitar llorar.
-Oh tu novio? Pues no lo sé, hmmm la última vez que lo vi lo estaban haciendo filetes para ti, aunque está algo desnutrido.- Eli avanzó hacia la vieja y le apoyo la ballesta en la frente.
-Dime la puta verdad!!! No estoy de bro...- un sonido sordo rompió el ambiente, la vieja había ensartado el cuchillo en el abdomen de Eli, la cual disparo por la reacción y atravesó la cabeza de la vieja con una flecha, cayendo al suelo sin vida, la vieja aún sujetaba el cuchillo, que llevaba la sangre de Eli.
Está entro en pánico su barriga sangraba, un mundo de cosas se le pasó por la mente pero todo se reducido a una el bebé.
-El bebé...- repetía una y otra vez.Un sonido metálico saco a Aiden de su aturdido desmayo, inmediatamente miro si le faltaban más partes de su cuerpo, por suerte solo le faltaba el pie, pero si no hacía algo, el monstruoso señor de dos metros lo haría filetes. Deducio que era pariente de la vieja por los ojos azules, la imagen agónica de los descuartizados, la sangre por el suelo no había cambiado, tenía que pensar, pensar cómo escapar, rescatar a Eli y salir pitando de aquella pesadilla infame.
Se incorporó como pudo y de arrastro a un lado de la jaula, a cada centímetro le ardía el muñón, se echó un vistazo al vendaje que sangraba y luego miro sus manos esposadas. El carnicero parecía manipular un enormes bidón lleno de sangre, estaba distraído y Aiden tenía que pensar rápido. Miro a ambos lados, a su lado izquierdo una jaula vacía con restos espantosos y a su derecha una chica en sus mismas condiciones. Volvió a mirar la jaula de restos, repto lo más silenciosamente posible y pego su cuerpo a la jaula. Entre los restos podía apreciar un dedo, de una manera horrenda pero que podría funcionar, pensó que dejando el hueso del dedo al aire y con algo de paciencia podría pulirlo rascandolo contra el suelo y obtener de alguna manera un tipo de ganzúa. Metió la pierna y con su único pie intento agarrar el dedo, lo hizo en el momento justo, poco le faltó que le pillara el carnicero, pues este se dio la vuelta al oír los grilletes de Aiden.
Este se replegó sobre sí mismo y escondió el dedo tras el. El gigantesco hombre se dirijo hacia a él con pasos trepidantes, golpeó la reja con el cuchillo más enorme que Aiden había visto y dijo:
-Vaya vaya si se a despertado la bella durmiente, sabes? Estás vivo porque queremos saber cómo le sabes a tu novia, una vez te de esa noticia, veremos si te mantengo con vida o te hago puré, no creo que mamá tarde en llegar. -dicho esto se dio la vuelta y siguió manipulando el tanque de sangre.
Cómo tenía pensado, empezó a sacar algo de hueso de la falange, todo aquello era espantoso a niveles que nadie puede imaginar, consiguió un buen trozo de hueso que no tardó en rascar contra el suelo y la pared para pulirlo e intentar liberarse primero de los grilletes, en medio del pulido un escalofrío récorrio su cuerpo desnudo, alzó la vista y una pestilente carcajada azotó a Aiden en la cara, tenía enfrente aquel gorila macabro, observando como pulía aquel hueso.
- Te has pasado de listo chaval.- este abrió la jaula y cogió a Aiden por la pierna que tenía amputada haciéndole gritar de dolor, lo llevo arrastras al enorme tanque de sangre que llevaba rato manipulando, Aiden se retorcía sobre sí mismo sin resultado alguno. Echo un breve vistazo la intención del grotesco señor era colgarlo de un sangriento gancho que estaba justo encima del tanque y desangrarlo cual cerdo en una matanza. Aiden sacudía sus brazos y su pierna sin éxito y entonces miro su mano, allí seguía el dedo con el hueso al aire y sin pensarlo dos veces lo clavó en el ojo del enemigo.
Este grito de dolor y dejó caer a Aiden golpeando el tanque y volcando toda la sangre de su interior. Este se tambaleaba y resbaló con la sangre del piso cayendo de bruces clavándose aún más el afilado hueso. En un visión borrosa Aiden pudo distinguir la sangrienta silueta de Eli, sujetando firme su ballesta, la cantidad de sangre que se había derramado estrepitosamente, cubría a Eli prácticamente de la cabeza a los pies, dando una imagen eroica y gore a la vez, un grito ensordecedor resonó en el matadero, cuando Eli disparo a la cabeza del gigante que yacía en el suelo retorciéndose de dolor, este dejo de moverse dejando su cara petrificada por la muerte instantánea de la flecha, Eli miro a su alrededor cubierta de sangre y dejó caer la ballesta y grito, ni siquiera reconoció a Aiden solo grito:
-Joderos!!! Putos locos hijos de puta!!!
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Quedate conmigo
HorrorUna historia apocalíptica, en la que sufrirás por nuestros protagonistas, emoción, miedo, amor, tristeza. Déjate llevar por todo tipo de sentimientos, los zombis no siempre son el peligro.