Una voz conocida, retumbaba en la cabeza entumecida de Aiden.
-Eii tío, estás bien?.- escuchaba al muchacho al que le había clavado el machete, pero una voz mucho más aliviante sonó más fuerte.
-Aiden!!! Cielo despierta, por favor despierta, estoy aquí contigo.
La voz de su querida Eli llegó a su cerebro, dándole una gran estimulación y ganas de abrir sus pesados párpados.
Lo primero que vio fue la cara del muchacho mirándolo con cara de preocupación, con la visión borrosa, pudo ver a más personas.
-Aiden lo siento, solo vi que le hacías daño a mi hijo y da gracias a Dios que no te pegue un tiro. -una voz grave sonó de una de las tres figuras borrosas del fondo.
-Me llamo Juan, esta es mi esposa María, mi hijo Moisés y mi hija pequeña Susi.- una niña se escondía detrás de su padre al mismo tiempo que agarraba la mano de su madre.
-Llevamos mucho tiempo escondidos y evitamos contacto con la gente, si la humanidad ya era terrible, lo que es ahora no tiene nombre, hay miles de ladrones y asesinos, por no hablar del aumento de canibalismo, sinceramente iba a pegarte un tiró, pero mi esposa me detuvo a tiempo, vio a tu mujer buscándote, por el edificio.-
Aiden dio un bufido mirando a Eli, su visión se volvió más clara y pudo observar a la familia, que a simple vista, parecía temerosa y asustada, pero buena gente.
El hombre de unos 45 años, alto, moreno y con algunas canas, que asomaban por su cabeza y poblada barba, se acercó a Aiden.
Levanto la venda, que este ni siquiera había notado y la acomodo de nuevo. Aiden sintió un pinchazo, se llevó la mano al lado dolorido de su cabeza.
Observo al matrimonio que se alejó un poco y parecía discutir algo en voz baja, Eli seguía a su lado, dando besos a su mano.
-Lo... Lo siento chico.. me asustaste de veras, podría haber clavado el machete en la cabeza, tienes que tener más cuidado, la próxima vez, podría ser alguien más certero que yo.- Aiden se incorporó llevándose la mano a la cabeza, le dio un beso a Eli un abrazo a su gran barriga. Se dirigió al matrimonio, estos dejaron de hablar al ver que Aiden se acercaba a ellos.
-Mirad, siento mucho lo de vuestro hijo, pero yo y Eli hemos pasado cosas muy desagradables.- la mujer miro con tristeza la prótesis de Aiden, no imagina como podía haber ocurrido aquello.
-Si molestamos nos vamos, pero como podéis ver Eli está embarazada y no tengo intención de que este corriendo de un lugar a otro, cada vez es más peligroso.- ambos miraron la barriga de Eli, María se acercó y dijo: -Eres una mamá muy guapa y por lo que veo bastante avanzada en el embarazo, de cuánto estás?- Eli sonrió y llevándose la mano a la barriga dijo muy emocionada.
-De 6 meses, ya queda menos jeje.- la cara de Juan reflejo de repente una seriedad pasmosa ,mirando a su mujer, que evidentemente era una mirada, que solo ellos sabían que significaba.
-Que? Qué pasa?- dijo Aiden nervioso, al notar aquellas miradas de preocupación.
-Bueno no te mentiré Aiden, no soy médico, pero se algo de anatomía, he trabajado mucho tiempo como forense y si no te habías dado cuenta, pero lo de Eli no es lo normal. - Aiden se sobresalto y con nerviosismo pregunto.
-Como que no es normal?, Qué pasa? Ella está bien?- sin darse cuenta zarandeaba el brazo de Juan.
-Cielo tranquilo, todo está bien, lo que mi marido quiere decir es que... Bueno que...- lo miro pidiendo ayuda.
-Que Eli lleva gemelos o mellizos- dijo esto soltándose del brazo de Aiden, que su boca se había descolgado por el asombro.
-Pe pero que tiene eso de preocupante?- miro a Eli con mucho temor a la respuesta del forense.
-Pues lo más probable es que necesite una cesárea y bueno, yo soy forense algo entiendo, pero solo he trabajado con muertos.- la noticia parecía haber enmudecido a todo el mundo, Eli estaba en silencio mirando, tal y como habían dicho que su barriga era más grande de lo normal. Aiden se puso a toda velocidad al lado de ella y mirándola con preocupación.
-Tranquilo mi amor, todo saldrá muy bien, ya verás, no me lo esperaba pero ahora hay que seguir luchando y que estos dos salgan sanos y salvos. - dijo esto mientras acariciaba con ternura la cara de su chico.
Eli y Aiden se instalaron en el piso contiguo a la familia, se ayudaron unos a otros y poco a poco empezaron a aflorar buenas amistades.
María, aconsejó a Eli cómo prepararse para el día del parto, mientras ellas hablaban alegremente, Susi la hija pequeña de estos, pregunta curiosa sobre el embarazo y los bebés.
Aiden y Juan se hicieron muy amigos, pues ya se habían salvado la vida en varias ocasiones, pues la tarea de recolectar víveres y proteger el edificio de esos muertos vivientes era una tarea diaria, constante y en ocasiones muy peligrosa. Moisés que de vez en cuando se ausentaba, le echaba una mano siempre y cuando no corriera peligro alguno, además todo juntos aprendieron a usar las armas de las que disponían, el joven tenía una tremenda curiosidad por manejar la llamativa ballesta de Eli, pero esta no estaba permitida usarla, puesto que para Aiden era un objeto muy apreciado para que se perdiera.
-Bueno...- dijo Juan con tono pesado- falta un mes para que Eli tenga a los bebés, necesitamos algunas cosas para el parto, la excursión esta vez será más peligrosa de lo que pensamos, el hospital más cercano está a unos 8 kilómetros de aquí, dicho así parece fácil, pero esos malditos muertos, pueden acechar de cualquier esquina.- Aiden miro con los ojos muy abiertos, aquel mapa desgastado, en el habían varios trazos de lápiz de excursiones anteriores, en esta ocasión un trazo de un rojo vivo de un pintalabios, señalaba la próxima ruta.
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Quedate conmigo
УжасыUna historia apocalíptica, en la que sufrirás por nuestros protagonistas, emoción, miedo, amor, tristeza. Déjate llevar por todo tipo de sentimientos, los zombis no siempre son el peligro.