El parto cap 21

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Un grito desgarrador, saco a María de su sueño. Salió corriendo hacia Eli y la visión que tuvo jamás se borraría de sus retinas. Susi miraba aquella escena escondida detrás del sofá con profundos sollozos.
-Moises!!- grito María con desesperación, pero no obtuvo respuesta.
-Moises por favor!!!. -nada todo se reducía a los gritos de Eli.
Eli se retorcía como si de una posesión se tratase, había roto aguas y también sangraba. Por la oscuridad, la hedor y los gritos de Eli, como si se fuera a partir por la mitad, aquello era una auténtica escena de puro gore.
María sé lanzó a Eli tapándole la boca e intentando calmar sus gritos.
-Eli!! Eli cariño se que duele, pero por favor no grites así, nos vas a matar a todos, tienes que aguantar, vale campeona? - la mirada de Eli se clavó en los ojos de María, tenía prácticamente todas las venas rojas de sus ojos, respiraba como un caballo desbocado y le sangraba la nariz. En un acto rápido mordió la mano de María que sujetaba un pañuelo, y lo hundió en su boca para ahogar sus chillidos sin ni siquiera darse cuenta de la herida que había provocado en la mano de María. Atónita a esta reacción cayó hacia atrás, la barriga de Eli se movía y daba fuertes contracciones, aquello parecía pura ciencia ficción, María solo deseaba estar soñando pero no era así.
Con algo de miedo volvió a acercarse a Eli, que la miraba pidiendo ayuda apretando fuertemente el pañuelo que tenía en la boca.
- Vale Eli cielo, tranquila, respira todo lo profundo que puedas, yo estoy aquí, pero procura no gritar.- Eli daba auténtico miedo, su aspecto delgado, los ojos enrojecidos, la manera en que se retorcía cada vez que tenía una contracción, aquello era demasiado para María, pero le tocaba ayudarla.
- Vale, Susi tu vas a ayudar a mamá ok? Te necesito, vamos a limpiar a Eli para que podamos ver con claridad cuando salen los bebés, de acuerdo?. - la niña asintió temblorosa y fue a por el barreño de agua que tenían preparado y todas los trozos de tela que guardaban para la ocasión.
María estaba realmente asustada, ella había pasado por aquello en dos ocasiones, pero rodeada de médicos, suero y los objetos necesarios para la ocasión. Con un poco de esperanza esperaba que asomará la cabecita del bebé para poder indicar a Eli que empujara.
Los minutos parecían horas, Eli apenas dilatada y sangraba fuera de lo normal.
Susi iba y venía con el barreño, para ser una niña pequeña estaba controlando la situación y se dedicaba a obedecer a su madre al pie de la letra.
Los primeros rayos de sol asomaban por la ventana, Eli había dejado de gritar y apenas le quedaban fuerzas y aliento para seguir.
-Eli cielo, mirame no te duermas, por favor no te duermas, ya queda poco has dilatado bastante, lo estas haciendo muy bien campeona.
María miro desesperada a su alrededor, ya no sabía ni lo que estaba haciendo, Susi a pesar del sueño y el horror de la situación aguantaba el tipo y por fin una cabecita empezó a asomar.
-Eli!!! Eli!!! Por favor tienes que empujar vale?, ya está aquí uno de tus bebés, ya queda lo más fácil solo empuja.
Eli a penas podía gesticular palabra, solo unos gorgogeos emanaban de su garganta destrozada, empujar le era imposible, Eli se apagaba lentamente.
María con mucho cuidado cogió aquella cabecita y tiro del bebé lo más cuidadosamente posible, como si de una reliquia de porcelana se tratara saco al bebé y lo envolvió en una toalla.
-Eli cielo es un niño!!! Vamos cariño mira es un...
María miro al bebé, su piel no era normal, un montón de venas cubría al recién nacido, no lloraba solo emitía ligeros gruñidos y sus ojos estaban cubiertos de humor vítreo.
Era uno de ellos, había nacido sin "vida".
A María la saco de su terror un gritó de Susi, que le decía que el segundo bebé asomaba la cabecita, de un respingo dejó al otro bebé en el sofá, envuelto sin que se le viera la carita y pidió a Susi que la siguiera ayudando.

Con la pierna a rastras, Juan junto con Aiden y todo lo necesario para el parto llegaban al edificio, que por suerte estaba bastante despejado de podridos, Juan se apoyo en la puerta recuperando fuerzas.
-Bueno... A sido un reto el puto monstruo de los cojones, pero al final hemos podido con el, eso si, nos a retrasado un huevo, espero que las chicas estén bién, anda ves subiendo que a mí me va a costar bastante, creo que tengo alguna costilla rota.
Decía esto mientras se sujetaba el costado con caras de auténtico dolor.
-Juan estas seguro?.
- Si cojones!! Ves subiendo que ya estamos fuera de peligro.
Aiden cargo con todo lo posible y subió como alma que lleva el diablo. La escena que le esperaba arriba jamás se borraría de sus retinas.
Abrió la puerta lentamente, un tufo espantoso inundaba toda la habitación, María estaba de pie al lado de la ventana, y sujetaba algo mientras se balanceaba con suavidad.
Aiden se acercó con cautela y vio el colchón donde reposaba Eli cubierto de sangre seca y otros fluidos, Susi dormía en el sofá grande de la esquina.
María se volteó y su cara reflejaba dolor y angustia.
-María que?....
-Mira Aiden, esta es tu hija, es una niña preciosa y sana.
Aiden cogió al bebé, fue la sensación más maravillosa del mundo, aquel pedacito rosado y tierno lo miraba fijamente, no sabía describir la sensación que sentía en aquel instante, como si todo lo malo hubiera desaparecido para siempre, pero sólo duró unos segundos cuando su amada Eli le vino a la cabeza.
-Donde esta Eli? Y el otro bebé? Venían dos? María?!?!...
María cogió a la bebé y la depósito en una cestita, que anteriormente habían decorado ella, Eli y Susi.
-Aiden, el primer bebé, es un niño pero.. Pero... Creo... Que no es normal...
María parecía en shock, y señalaba al otro bebé que seguía en el sofá donde lo había dejado.
Aiden se acercó y descubrió al niño, este le recibió como un zombi, sin color en los ojos, piel azulada, todas sus venitas se marcaban y solo gruñia, Aiden se levantó descompuesto, miro a María con lágrimas en los ojos.
-Donde esta Eli?
María se tapó la boca dejando salir un sollozo y señaló una de las habitaciones.

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