Hera se despide

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Hera, la imponente y poderosa reina del Olimpo, contemplaba la reunión con una mirada reflexiva que delataba la desconcertante incertidumbre que albergaba su corazón, ella guardaba un secreto a los demás dioses que la estaba consumiendo. A pesar de que su rostro irradiaba la inconfundible fortaleza y gracia por las que era venerada, en su interior se cernía un dolor ancestral y profundamente arraigado. Los recuerdos de su complicada relación con Zeus, con sus episodios de amor y tormento, se revolvían como olas tumultuosas en las profundidades de su ser.

Se sintió como un ser desgarrado, incapaz de discernir cuál sería su lugar en todo ese entramado emocional. La incertidumbre sobre el devenir de su relación con su esposo, después de haber vivido innumerables vidas como mortal, la incertidumbre de no saber si realmente aun la amaba, la sumía en una profunda perplejidad. Dudaba si el amor que compartían seguiría siendo el mismo que el que floreció en los albores de su encuentro.

En la travesía de su existencia, se encontró con un mortal que le brindó plenitud durante unos cuantos años. Juntos vivieron momentos intensos, e incluso llegaron a tener un hijo en aquella efímera época mortal. Ahora, sin embargo, su amado esposo se encontró frente a ella, desatando una explosión de emociones que consumían su corazón en un amargo amor que la perseguía a lo largo de milenios, se sentía una completa fracasada al violar lo que representaba su dominio en la ausencia de su esposo, pues compartió votos matrimoniales con el mortal

Aunque realmente amaba a Zeus y lo había buscado fervientemente durante años, los recuerdos de aquellos años compartidos con su humano afloraban, complicando sus sentimientos. Entre la lealtad hacia su esposo divino y la intensidad de aquel amor humano, Hera se debatía en la encrucijada de un dilema emocional, preguntándose si había sido correcto enamorarse en esa época y si acaso podría desentrañar el enigma de su corazón.

Había sido ella quien amó a Zeus con una intensidad que pocas palabras podrían describir. Sus sentimientos habían sido genuinos, un fuego ardiente que ardió en su pecho durante eones. Sin embargo, los celos, esa sombra oscura que a menudo se apodera de los corazones, habían comenzado a erosionar su amor. Hera no pudo evitar sentirse eclipsada por la devoción que Zeus mostraba por otros, una inseguridad que creció con el tiempo y distorsionó sus sentimientos más puros, hasta el punto en que deseo que su esposo estuviera muerto para que terminara con el dolor.

En ese momento crucial, Athena, la hija favorita de Zeus, había tejido sus palabras hábiles alrededor de su corazón herido. Le habló de engaños y traiciones, alimentando las semillas de duda que ya habían sido sembradas por los celos. Hera escuchó las historias de las infidelidades de Zeus y comenzó a ver a su esposo con una nueva luz, una teñida por la desconfianza y la amargura, lo que lo llevo a en realidad perpetrar engaños de los que nacieron niños que no eran suyos, la llenaron de una amargura que destruyó la vida de sus hijos, solo deseaba que su esposo fuera el mismo de su primer encuentro, su brillante caballero en armadura que la salvo de la oscuridad.

Los años que siguieron estuvieron marcados por un conflicto interno incesante. Hera luchó con sus emociones encontradas, navegando por las tormentas de celos y desilusión. Aunque odiaba lo que Zeus parecía haberse convertido, no podía negar la presencia constante de su amor, un amor que había sido teñido por la tristeza y el resentimiento, quería ser la que estuviera en los brazos de su esposo no otra mujer, su dominio resonaba con sus deseos cegando su mente.

Sin embargo, hoy, al contemplar a Zeus sosteniendo a Dionisio en sus brazos, las palabras de su esposo resonaron de nuevo en la mente de Hera. Los recuerdos de los momentos compartidos, de la ternura y la auténtica conexión, regresaron con una nitidez sorprendente. Hera revivió los días de esplendor y pasión que habían compartido, y su corazón se llenó de arrepentimiento, pero también de cierto alivio al recordar que, a pesar de los pesares, amaba a Zeus y quizás siempre lo haría.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2023 ⏰

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