Capítulo 2

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La pantalla de televisión entonó las notas introductorias características de las noticias. 

—Les informamos de un triple homicidio que ha ocurrido en la localidad de Utiel el pasado día.—gesticulaba el atractivo presentador de televisión.—Pueblo de menos de 10.000 habitantes pero tres de ellos han sido asesinados hoy. Se piensa que ha sido la misma persona y se ruega que tengan cuidado. Pasamos ahora con nuestra enviada especial en Utiel que nos va a contar los detalles. Iliana Guerrero, díganos.

El hombre sentado delante del televisor de incorpora y pasa de estar super dormido a solo parcialmente empanado. 

—Ayer fue un fatídico día para el pueblo de Utiel. Lo que estaba considerado un tranquilo pueblecito aislado se ha convertido ahora en un hervidero de movimiento por la gente que busca respuesta a sus preguntas. El primero de los asesinatos ha ocurrido cerca de las 8 según nos comentaban los primeros policías que se han acercado a investigar. El segundo, algo más lejos pero aún dentro de la localidad. Debajo de un puente se ha encontrado otro cuerpo de las 3 de la tarde junto con otro abandonado en medio de las calle principal, abandonado allí a las 12 de la noche.

El hombre finalmente salió de su letargo y cogió el mando de la mesita de cristal para subir el volumen.  

—Hablamos ahora con los vecinos, veamos que tienen que decir.—la mujer pasaba el micrófono a un grupo de señoras mayores que se amontaban unas encima de otras ocupando todo el campo de visión de la cámara e intentando ser las primeras en hablar. 

—Fue su hija.—consiguió gritar la que llevaba un fular verde tras una pequeña pelea con su gemela del fular azul—Esa joven nunca le ha tenido respeto y no la ha querido tampoco nunca. La vimos llegar por la mañana y después se fue corriendo.

—Huía para que no descubrieran su crimen.

—Siempre ha sido muy violenta, seguro que la mató con una pistola.

Fueron los otros comentarios que se oyeron en directo cuando el micrófono círculo, satisfaciendo las necesidades de las cotorras.

La noticia acabó con una detallada charla con la policía pero que no aportó nada de valor. El asesino no había dejado ninguna huella ni resto detrás por lo que pudiera ser perseguido. Era inteligente.

Al darse cuenta de que no iba a recopilar más información de la que ya tenía el hombre se levantó y se vistió con su uniforme para dirigirse a la oficina. 
Era un gran policía y sabía que le llamarían para que investigara este caso. Primero, al ser el jefe de la zona a la que pertenecía Utiel, era su deber. Segundo, algo le llamaba extremadamente la atención.

¿Porqué perpetrar tres crímenes tan separados uno de otro? Mientras se hacía el segundo el primero probablemente ya habría salido a la luz y la gente estaría más prevenida. Sin embargo el asesino había tenido suerte y nadie había sido puesto sobre aviso pero no debería haber sido así. Parecía casi como si hubiera sido un poco improvisado, como si el asesino no hubiera tenido otra opción que mata a esas tres personas. 

Además, estaba la aparición de esa chica. Era la hija de la primera víctima y las vecinas aseguraban que había vuelto a ver a su madre, tras muchos años, la misma mañana del delito. Desde luego era la única sospechosa, sobre todo teniendo en cuenta que había huído y no se sabía nada de ella ni siquiera había podido contactar a su domicilio.

La caza había comenzado.

Fumar mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora