Capítulo 20.

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Kris alejó su frente de la de Tao a la vez que abría sus ojos, así, rompiendo el vínculo, que le permitió ver las memorias de Tao. Tras excavar lo suficiente en los recuerdos ajenos podía estar casi 100% seguro de la razón y propósito que tenían aquellas imágenes. Separó sus manos de las suaves mejillas de Tao y se alejó un poco, dándole espacio  a Zi.

—Son imágenes premonitorias — le explicó.

—¿Qué?— preguntó Tao, no por ser ignorante del significado de la palabra, sino porque le parecía extraña la conclusión a la que había llegado Kris.

—Una visión, una escena futura, como quieras llamarlo. Alguien introdujo esas imágenes en tu cabeza, con el fin de que supieras que eso va a pasar— Tao suspiró pesadamente, mientras una de sus manos pasaba por su cabello, moviendolo hacia atrás. Su rostro tenía una rara expresión que no decía mucho, mientras que en su interior las emociones se arremolinaban y colisionaban entre ellas, alguien había implantado esas imágenes en su cabeza con turbias intenciones lo más probable, porque de querer ayudar a que ello no ocurriera no serían tan grotescas y perturbadoras.

—Pero me parece realmente extraño— dijo Kris.

—¿Que cosa?— preguntó Tao mirando al demonio frente a él.

—El como hizo para introducirlas en tu cabeza— Kris se llevó una mano a la nuca y se rasco con algo de fuerza. Nada encajaba, Tao era un vampiro de primera generación, descendiente directo de Drácula, técnicamente era el Príncipe vampiro, era el tercero más poderoso después de su padre y su madre, Tao debió haber sentido al ente antes de que lograra colarse en su cabeza y dejar esas escenas, pero al parecer no lo hizo.— ¿No sentiste ninguna presencia antes de todo?— preguntó Kris, no estando tan seguro, prefería que Tao se lo asegurara, después de todo, el era la criatura afectada.

—No — contestó y siguió mirando a Kris y las extrañas muecas que hacía en algunas ocasiones mientras pasaba una y otra idea pasaban por su mente.

—Las imágenes, ¿Las has visto antes?, No tal cual, pero algo similar, ¿Son de algo familiar para ti?— preguntó Kris, mirando el semblante de Tao.

Tao tragó saliva, nunca en su vida había visto aquellas grotescas imágenes y tampoco alguna similar, odiaba las películas de terror por lo cual su repertorio de mutilaciones era escaso, sin embargo, antes de conocer a SuHo y Lay si mató a humanos, pero jamás hizo de ellos un rompecabezas, por lo cual, era aún menos probable de que haya visto algo similar. Por otra parte, habían cosas en las imágenes que parecía reconocer, eran un poco rebuscadas pero tal vez si coincidían, algunas de ellas perteneciendo a la casa en donde vivía con sus padres Lay y SuHo actualmente.

—Precisamente esas imágenes no las he visto y algo similar tampoco— contestó, prefiriendo omitir información.

Kris se mantuvo callado y pensativo un par de segundos antes de mirar a Tao y por coincidencia sus ojos se conectaron con los de Tao, que tenían atisbos de ansiedad y miedo.

—¿Qué pasa?— preguntó Tao, suponiendo que algo no muy bueno había surcado la mente de Kris.

—Tengo una suposición de la razón por la cual pudieron ser implantadas esas imágenes— Kris miró con cuidado las expresiones y gestos de Tao.— Pero solo es una suposición, deberíamos consultar con alguien que sepa más— Kris se pone de pie y camina hacia una cajonera, urgetiando en uno de sus compartimentos.

—¿Con quién?— pregunta Tao, siguiendo a Kris con la mirada.

—A tus padres. — contestó Kris. Si el ambiente antes era algo tenso, con la respuesta de Kris se duplicó. Tao sabía que Kris no se refería a Lay y SuHo, si no a sus padres reales, con los cuales no habla desde que lo desterro su padre.

—No es una buena idea—dijo Tao con un toque de nostalgia en su voz.

Tao no pensaba mucho en sus padres reales, ya que el pensar en ellos hacía que los extrañars, ¿Y cómo no hacerlo? Después de todo eran sus padres, los que lo engendraron, los que le dieron la vida.

Kris se volteó ante la respuesta de Tao, iba a preguntar sobre ello pero, al notar la incomodidad de Tao prefirió no hacerlo y en su lugar dijo:

—Buscaré otra forma de encontrar datos que nos ayuden— se volteó y siguio buscando algo en los cajones, mientras  Tao lideaba con la oscura nube de recuerdos que se vieron desencadenados en su cabeza.

—Ya debo irme— dijo Tao poniéndose de pie y planchandose las ropas, tratando de que los recuerdos no lo consumieran. Kris se volteó y observó a Tao de pies a cabeza,  estaba más pálido de lo que ya por sí era; se volvió a voltear y le extendió una bolsa de sangre.

—Solo puedo darte un consejo. Si esto es lo que creo, tienes que mantener tu estado anímico equilibrado y positivo, no pienses en cosas negativas o malos recuerdos, el pensar cosas positivas ahuyentara al ente, necesita que estés deprimido para realizar su cometido, no le abras una brecha— le dijo a Tao, sin que este pasara desapercibida esa preocupación en su voz. Tao asintió con la cabeza y Kris lo guió a la salida, ya que ahora vivía en una casa diferente a la cuál se conocieron.

Todo el recorrido a su hogar Tao se fue vagando en sus pensamientos, saltaba de uno a otro, tenía preguntas sin contestar, tenía recuerdos y preocupaciones que se entremezclaban y anteponian una a la otra, pero entre aquello, habían tres preguntas que se repetían más entre el cúmulo desastroso de pensamientos:
¿Cuándo sucederían esas escenas en su cabeza? ¿Sería él el causante de ellas? y ¿Cuándo había dejado a Kris adentrarse tanto en su vida?

Las visiones aún eran un misterio y  nisiquiera era totalmente que fueran visiones, podrían ser parte de una pesadilla que Tao no recordase, pero a el, le parecia prácticamente imposible, si fuera algo del pasado, debería al menos poder recordar aunque sea un poco de ella, pero no había nada, ni siquiera una sensación, para su cabeza era primera vez registrando aquellas imágenes tan grotescas que aun le mantenían alerta y asustado.

Tao en su interior rogaba que realmente no fueran visiones, que solo eran simples malas pasadas de su cabeza y que si llegasen a ser visiones que nunca se cumplieran, no quería ser testigo de tan devastador acto, no quería ni pensarlo; no le preocupaba el hecho de tal vez tener que sustentar la casa solo, lo que más le asustaba, le preocupaba y hacía que se sintiera inseguro de si mismo, era el hecho de volver a estar en soledad...ellos, realmente habían sido unos verdaderos padres para el, su verdadero sustento y apoyo incondicional, a pesar de el ser diferente a ellos.

No quería y ni estaba dispuesto a experimentar ese sentimiento de soledad, era tan ahogador, le hacía sentir tan miserable. El había encontrado algo parecido a lo que los humanos llamaban "sentido de la vida" y según el, era estar ahí para aquellos que estuvieron para el cuando aún no era totalmente apto para enfrentar el mundo humano, ahora debería no solo devolverles el favor, sino que también desmostrarles que era todo un adulto, una "persona" madura, con la cuál se puede confiar en situaciones difíciles.

A mitad de camino sus pensamientos fueron interrumpidos por aquella presencia que captaron sus sentidos, era la misma que había entrado a su casa y había ido directamente a la habitación de sus padres. Sus ojos buscaron cualquier anormalidad en el ambiente, sin detectar nada, aquella criatura tenía un camuflaje perfecto ante sus ojos, pero no a sus sentidos. Gruño sonoramente y eso pareció alertar a la criatura, pero no lo suficiente como para que se fuera.

Siguió su camino, a sabiendas que estaba llegando temprano a casa, sin sus cosas y que la criatura lo tenía bajo la mira...

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