Capítulo 21.

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La presencia comenzó a volverse  casi imperceptible a sus sentidos mientras más se acercaba a su casa, y no sabía si era porque el ente se estaba alejando o porque se distrajo pensando en como fue que Kris pudo romper su coraza y adentrarse en su entumido corazón.

Ese chico, o mejor dicho demonio, sabía como romper esas barreras que el mismo creo y deslizarse por su vida sin que el lo sintiera, se parecía mucho a como el ente se había deslizado por su vida... Tao paró en seco su caminata, recordando su vida antes de la llegada de aquel demonio; antes de que Kris llegara a su vida nada extraño había ocurrido, el estaba llevando una vida tan ordinaria como la del resto de los humanos, con la única diferencia que a veces se encontraba con uno que otro vampiro u otra criatura.

Los problemas habían comenzado con Kris.

Esa fue la conclusión de Tao. Por eso se le hizo tan fácil invadir su vida, ya venía con un objetivo desde el infierno y venía con las herramientas necesarias para hacerlo caer...

Tao apretó la bolsa de sangre en uno de los bolsillos de su poleron, se sentía tan estúpido, ¿Cómo había podido llegar a confiar en él?¿Era por sus ojos avellana?¿Era su sonrisa?¿ O era esa extraña preocupación que presentaba hacía el?. Tao estaba molesto, se sentía manipulado, y nadie usaba al Príncipe de las Tinieblas y salía vivo de ello, no si querías mantener tu cabeza en su lugar...

Un líquido le incomodó la mano en el bolsillo y al sacarla se dio cuenta que había reventado la bolsa de sangre que Kris le había dado, suspiró, o más bien bufo y cambió la dirección de su caminata.

Por otro lado, Kris estaba sentado en el borde de la cama, pensando que hacer, era todo tan complicado, y esta vez realmente lo era; el ente que estaba acosando a Tao y su familia era su hermano, su hermano se había enrrollado en ese juego sucio de su padre, Lucifer se veía envuelto en la venganza de su padre y al parecer se había tomado su trabajo muy enserio. Kris se pasó las manos por el cabello, hace tiempo había descubierto el plan de su padre, pero no sabía que hacer para interferir en el de una manera permanente y que que por ningún medio pudiera seguir ejecutandolo.

Escuchó la puerta de su casa y se levanto a abrir, viendo a un azabache mirarlo molesto, sus ojos oscuros, parecían haber bajado un tono más y su ceño estaba fruncido en clara señal de enfado.

—¿Qué pasa?— preguntó con cautela.

—Por un momento, realmente creí que podríamos haber encajado uno con el otro, haber sido más que solo criaturas que compartes solo su anormalidad, pero, de camino a mi casa me puse a pesar y comprendí el por qué de todo lo que esta pasando a mi alrededor— expresó, actuando más relajado de lo que realmente aparentaba, confundiendo un poco a Kris.

—¿Lo comprendiste?— preguntó Kris, aunque fue más una autopregunta.

—Sí, lo hice— contestó, tomándose la pregunta de Kris como una subestimacion a su capacidad de pensar las cosas.

—Yo no qui- — Kris comenzó a sentir el veneno en las palabras de Tao y el repentido crecimiento de carga negativa a su alrededor.

—Todo comenzó contigo— la voz de Tao sonaba distorsionada, una octava más baja, y Kris supo que algo había hecho enojar a Tao de sobremanera.

—No entiendo— confesó Kris. De repente creyó entender de que era lo que Tao hablaba, pero después del cambio de ambiente, se dio cuenta de que hablaban de cosas completamente distintas.

—Tú y tu infernal presencia tienen la culpa de que haya un ente siguiendome 24/7. Tú tienes la culpa de esas premoniciones en mi cabeza y si no me equivoco, también tienes la culpa del divorcio de mis padres— gruño mostrando los dientes, entre ellos resaltando sus caninos que están peligrosamente largos.

Tal vez en otra ocasión Kris se hubiera alagado con lo de: "Infernal presencia." Pero este no era el caso, Tao parecía una verdadera bomba de tiempo y Kris debía cortar los cables correctos o esperar que le explotara en la cara.

—Me estás dando mucho crédito— cortó el cable incorrecto. El iris y córnea de Tao se volvió completamente negro y se abalanzó sobre Kris, llevando amabas manos a su cuello. Kris gruño sonoramente, no esperaba eso.

Ambos se adentraron a la casa de Kris entre forcejeos de ambos lados, Kris tratando de sacarse las manos de Tao del cuello para poder hablarle y Tao tratando de desquitarse con el.

Kris chocó con un sillón golpeandose la espalda baja, mientras seguía tratando de sacarse las manos de Tao del cuello sin tener que recurrir a la violencia necesariamente. No se consideraba una persona pasiva en ese aspecto, realmente era muy violento, pero en ese momento, no quería serlo, no con Tao, no con quién comparte el mismo sentimiento de soledad detrás de sus ojos...

—Mgk! T...tao, no quiero...golpearte— habló Kris, mientras Tao seguía mostrándole los dientes y sus ojos seguían tan oscuros que Kris podía ver su reflejo en esos oscuros pozos, se estaba quedando sin aire, una de sus manos soltó un brazo de Tao y lo golpeó en las costillas, pero no tan fuerte como para lastimarlo; Zi ni se inmutó, kris lo golpeó un poco más fuerte y Tao lo soltó, solo para tomar impulso y darle una patada tras la rodilla, haciéndolo caer al suelo.

Kris se quejó audiblemente al sentir el duro suelo en su coxis, que fuera un demonio no le impedía no experimentar dolor, o comenzar a enojarse, como era en ese momento. Se puso de pie mirando a Tao que le observaba de pies a cabeza con ira en sus ojos, y una pisca de decepción.

—Creí que eras distinto— dijo de la nada con un ligero quiebre en ls voz, casi imperceptible, haciendo que esa pequeña llamita de enojo en el pecho de Kris, fuera menguando.

—Tao...—

—¿Por qué apareciste?¿Por qué justo a mi vida?¿Por qué me sacaste de mi monotonía?, y-yo estaba bien...—

—Tao escuchame por favor, yo quiero ayudarte- — fue cortado por una risa tan ácida, Tao se estaba burlando de sus palabras.

—Creo que ya ayudaste bastante, ayudaste a adelantar el proceso Kris, ayudaste a matar lo único que me mantenía con las manos lejos de una estaca de madera—

—Tao, hablemos de esto ¿Si?, pero no aquí— pidió Kris o más bien rogó, por primera vez estaba rogando.

—No. No quiero volver a verte o sentirte cerca Kris, solucinare esto, en lo que me metiste yo solo, como debí haberlo hecho desde un principio— los ojos de Tao, habían vuelto a su estado habitual y expresaban  solo decepción y dolor, algo dentro de Tao se había roto, algo que creyó no tener para alguien más que no fuera su familia mortal. Cariño, aprecio, amor, inocentemente se había encariñado con el demonio, y esas habían sido las consecuencias.

Kris también sintió algo removerse dentro de el, de una forma violenta, y luego un dolor frío le invadio el pecho, acaso, ¿Las palabras de Tao habían desencadenado esa reacción en su cuerpo?. Lo vio irse, con Lucifer de acompañate, Tao no lo sintió, entre esa ira y decepción que se arremolinaba en su interior no pudo sentir la cercanía del demonio.

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