9. ¿Solo por espinas desechar la flor?

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Después de recorrer bastante la ciudad junto a mis amigas, decidimos sentarnos a almorzar en unas mesas ubicadas en la calle. Es un bar al que ya había ido con Paulo en alguna que otra ocasión así que aconsejo quedarnos. Son sus últimos días aquí así que intento aprovecharlas al máximo. Sé que mi amigo Santiago también tiene planes para venir a verme pero eso recién sería en vacaciones de verano en Argentina, para lo cual falta bastante.

— El bombón que te estás moviendo, Justina. — Dice Milagros mostrando una foto de Jaco en Instagram. A decir verdad, es un chico increíble. Todas le dan la razón.

— Aunque Paulo es más simpático. — Dice Julieta. Mora bufa.

— Team Jaco. — Aporta. Me río antes de responder un mensaje del recién nombrado. Le digo a Jaco que podríamos vernos a la noche y también me dice que ya es hora de empezar a buscar departamento.

— Pero entonces... ¿son novios?

— Jaco no cree en los títulos. — Respondo. — Y yo tampoco quiero un novio.

— Pero si un Paulo. — Dice Mora. Las tres ríen.

— Empiezo a tener dudas sobre eso. — Digo. — Sobre todo desde que me di cuenta lo mucho que quiere a Oriana. Es mi amigo, debería ponerme feliz por él. Así que voy a enfocarme en Jaco así dejo de creer que estoy enamorada de Paulo Dybala por el simple hecho de que fue mi primer amigo aquí.

Winter is coming... — Dice Mili y me río.

(...)

Tengo a Jaco y su figura escultural parado en calzoncillos frente a mí. Lo observo como si quisiera guardar esa imagen en mi memoria para siempre. Es tan lindo que no me alcanzan las palabras para describirlo. Agarra el celular que habia dejado en algún lugar de la habitación y vuelve a su lugar en la cama. Me envuelve en sus brazos y cierra los ojos.

— Sos tan espectacular. — Me dice y sonrío.

Que no podes ser mía nada más. — Digo citando una canción. Él me mira insistente y me río antes de darle un beso. — Es una canción, tonto.

— ¿Que sentís por Paulo? — Me pregunta después de unos minutos de silencio total.

— Cariño. — Respondo. — Nos hicimos muy amigos desde que estoy acá. Además soy su abogada.

— Quien pudiera tener una abogada tan sexy como vos. — Dice. — Él siente cosas por vos.

— ¿Cómo?

— Eso que escuchaste, Juti. — Me dice. — Está enamorado de vos.

— Ay, Jaco, por favor no digas pavadas. Conociste a su novia, ¿no viste lo que es? — Se encoge de hombros.

— Una cosa no quita la otra. — No sé que decir. — Lo nuestro funciona, ¿no?

— Claramente si, lindo. — Le digo. Él sonríe gustoso y deja un beso en mi cabeza.

— Entonces veni a vivir conmigo. — Dice sin más. Lo primero que siento es miedo. Me asusta apurar tanto las cosas. Nos conocemos hace menos de un mes, y aunque fueron semanas intensas, yo no llego a sentir tanto en tan poco tiempo. A causa de mi silencio y, seguramente, mi cara de terror, Jaco sigue hablando. — Vos queres mudarte de la casa de Corina así que mi departamento es una buena opción. Estás cordialmente invitada.

— Gracias. — Le digo. No sé qué más decir. Él ríe.

— Te asustaste. — Afirma. — Espero que no salgas corriendo después de esto.

— ¿Debería? — Le pregunto y él achina los ojos. — ¿No te parece demasiado rápido?

— ¿Por qué? — Pregunta restándole importancia. — Juti, vos haces de las cosas más chicas un mundo. Nos conocemos hace poco, sí, pero nos llevamos bien, confiamos uno en el otro y la pasamos bien en la cama, ¿se necesita algo más para querer vivir juntos?

Me voy de su departamento con la idea de meditar su propuesta. Nunca había estado en mis planes su idea entonces no sé qué responder. Lo consulto con Corina, que es una de las personas más cercanas a mí. Me dice que soy la única que puede tomar esa decisión y entiendo que la idea no le gusta demasiado. A decir verdad, a mí tampoco. Por la noche, recibo la llamada de Paulo y sé que es hora de consultarlo con él. Al fin y al cabo, se podría decir que es mi mejor amigo.

— Jaco me invitó a quedarme con él. — Digo con nervios. Él se queda en silencio y sé que está frunciendo el ceño. — Te vas a arrugar.

— Es que me parece una pelotudez. — Responde.

— Ya se.

— Si me lo estás contando es porque está entre tus posibilidades aceptar. ¿O me equivoco?

— No sé. Todavía no sé qué decirle.

— De verdad no puedo creer que dudes de esto. Justina, ni lo conoces... Puede ser un violador, psicopata, ladron o estafador. — Me río. — Estoy hablando en serio. — Me dice.

— Bueno, cambiemos de tema.

— ¿Te gusta en serio?

— Ay, Paulo, ¿que carajo es esa pregunta?

— Nada, deja. — Me dice.

— ¿Como esta Oriana?

— Bien. — Contesta. — ¿Y tus amigas?

— Bien, hoy fuimos al Museo Egipcio y después cenamos en el hotel. — Le cuento. — Se van en un par de días y ya las estoy extrañando.

— Por suerte todavía me tenes a mí. — Dice. — Y a Jaco. — Pronuncia entre dientes.

— ¿Por qué no te cae bien?

— Ningún chico que esté con vos me va a caer bien nunca. — Me dice.

— ¿Entonces que hacías buscándome novio? — Paulo bufa.

— Todo fue un intento en vano de aceptar que podía verte con alguien más. Pero fue un error. Cada vez que aparecía alguien que podía ser indicado para vos, me enfocaba en encontrar un impedimento y me agarraba algo que decía "no, no se lo presentes". Así evité presentarte a cada chico que me pregunto por vos. Sos más especial para mí de lo que crees. — Suspira y se queda en silencio.

— Desde que te conozco estás con alguien más, así que me tuve que acostumbrar. — Confieso. — Era esto o nada.

— ¿"Esto" sería nuestra amistad?

— Sí.

— ¿Y te arrepentís de algo?

— ¿De ser tu amiga? No. — Respondo con una sonrisa. — Me gusta conocerte un poquito más todos los días.

— Yo tampoco me arrepiento, Juti. De nada. Ni siquiera de sentir lo que sea que siento por vos...

Nota!!

ARRIBAAAA QUE MAÑANA ES JUEVES 🕺🏼💃🏻 a pesar de que curso todo el día y rindo un parcial para el cual estoy cagada en las patas, intento ponerle buena onda a la vida porque mañana es jueves y se recibe la primavera festejando!
Les dejo este capítulo que espero les guste y me retiro a terminar de estudiar.
Ah, dato: estoy pensando una nueva novela de Gian, Mauro o Nahuel. Ayudenme a decidir quien
Besos de colores

JUSTINA | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora