12. ¿Como no me iba a enamorar de vos?

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Salgo del trabajo y allí está Jaco esperándome. Nuestra pequeña escapada durante el fin de semana se hace realidad y entonces emprendemos viaje. En el camino, lo hago escuchar canciones de Fito Páez y sé que le encantan. Paulo me llama cuando estoy en el auto.

— ¿Cuanto tiempo se puede pasar sin tener sexo? — Pregunta apenas contesto y me río. — Esto es tu culpa, no te das una idea las ganas que tengo de estar con vos. — Miro a Jaco quien va concentrado tarareando 11 y 6. Sonrío.

— ¿Como hacías todo el tiempo que Oriana estuvo en Argentina?

— Manuela. — Responde y me río. — Asumo que ya te estás yendo. — Me dice.

— Asumis bien. — Contesto. Cuando le conté a Paulo de la pequeña propuesta de Jaco me pidió que no fuera. Le pedí razones y no supo dármelas, entonces aquí estoy. Y él, al parecer, ya no está enojado.

— Lo odio tanto.

— Sos un exagerado. — Paulo bufa.

— Y vos sos mala, porque no puedo dejar de pensar en vos, quiero que estés acá, hacer el amor... pero estás ahí con él. La suerte que manejo es una cosa increíble.

— Ya lo hablamos a esto, amigo. — Le digo.

— Me volves a decir amigo una vez más en tu vida y me suicido. — Me río fuerte y él también lo hace.

— Perdón, es automático.

— Sacate el amigo de la boca cuando hables conmigo, Justina, porque te juro que me revienta tanto como tu noviesito.

— Calmado.

— Si cambias de opinión sobre esta locura que estás haciendo avisame y te voy a buscar.

— Gracias, Paulo. Cualquier cosa te llamo.

— Chau, pasala bien pero no tanto. Después hablamos.

Y en realidad no lo hacemos. No hablamos durante todo el fin de semana porque quizás Paulo está enojado. O quizás yo estoy pasándola muy bien.

Los días con Jaco son increíbles. Y Almafi lo es aún más. Entonces todo es más hermoso porque Jaco se encarga de hacer que todo fuese como un sueño. Hasta que pienso en Paulo y quiero dejar de hacerlo porque sé que me gustaría mucho más estar con él en estos momentos.

Veo a Jaco concentrado en su celular y me río por sus muecas.

— Yo sé que no le caigo bien a tu amiguito Paulo pero creo que un poco más y me mata. — Niego entre risas mientras me acomodo en la reposera. Me lee el comentario de Paulo en la foto que había subido y luego me dice su respuesta. — Amo molestarlo.

— Cual peor que el otro. — Digo rodando los ojos. — Dos nenes. — Jaco se encoge de hombros.

— ¿Viste la cantidad de gente que comenta tus fotos? — Pregunta.

— La verdad no. — Contesto. — Desde que soy amiga de Paulo me sigue mucha más gente así que desactivé las notificaciones. — Él asiente.

— Y desde que salgo con vos me sigue mucha más gente a mí. — Dice riendo. — Te están poniendo me gusta muchos jugadores de fútbol. ¿Me tengo que preocupar?

— Depende. — Digo y él me mira elevando una ceja. Me río mientras él se pasa a mi reposera y se acomoda por encima de mí, sin aplastarme del todo. Deja besos en mi cuello y me estremezco.

— ¿Depende de qué? — Dice mientras sigue el camino de besos llegando a lugares que me ponen los pelos de punta. No resisto. Ni siquiera puedo responder. Él ríe ante el efecto que me causa. — ¿Seguís pensando lo mismo? — Niego y vuelve a reír. Me encuentro en un gran dilema mientras caminamos apurados hacia la habitación. Disfruto mucho de Jaco pero Paulo logra cosas en mí que nadie más puede. Entonces no sé qué pensar. Y no lo hago.

Por la mañana, no me aguanto y llamo a Paulo. Contesta con voz ronca, es temprano y sé que le gusta dormir hasta tarde cuando no tiene obligaciones.

— ¿Qué pasa? — Pregunta.

— Buen día, mi sol. — Le digo divertida. Bufa.

— ¿Que queres? — Dice en tono enojado.

— Qué humor, che. — Le digo.

— ¿Y a vos que te parece? ¿La estás pasando bien con tu noviesito?

— Si, bastante. — Le digo. — ¿Vos cómo estás?

— ¿Te importa? Digo, porque jamás subiste una foto conmigo y con él, que lo conoces hace un mes ya tenes un book. — Dice. Su enojo me causa gracia pero no me río porque eso lo va a enfurecer más.

— Te extraño. — Paulo suspira.

— No me importa. — Dice.

— Sos insoportable. — Digo riendo. — ¿Queres que suba una foto con vos?

— Ya no quiero nada.

— ¡Paulo! — Lo reto pero no es lo mismo que siempre.

— Cuando vuelvas hablamos. — Dice. — Ahora no tengo ganas.

Cuando corta me quedo con un nudo atravesado en la garganta. Vuelvo a la habitación donde Jaco duerme en la cama y lo miro. Tengo que decirle la verdad y atenerme a las consecuencias. No sé cuál va a ser su reacción entonces no espero nada.

Mientras desayunamos en nuestras horas en la costa almafitana pienso dos veces lo que voy a decirle.

— Tengo que contarte algo. — Hablo nerviosa. Asiente sonriente invitándome a hablar. — Es... complicado.

— ¿Por qué? — Pregunta calmo. Se me seca la garganta y me siento apenada. — Dale, Juti, ¿qué pasa? ¿Vamos a ser papás? — Me río y niego. Él sobreactúa un suspiro de alivio y me besa la mano. — Era muy pronto. — Dice. Es tan bueno que no sé cómo decirle lo que quiero contarle porque no se lo merece.

— La semana pasada Paulo fue a casa borracho. Su novia lo había dejado y estaba súper triste. — Cuento. — Entonces me puse a tomar whisky con él y terminamos en una situación... rara. — Él me mira frunciendo el ceño. Junta sus manos y me analiza con la mirada. Como no me salen más palabras, habla.

— ¿Sexo entre amigos? — Pregunta divertido. Me sorprende a cada segundo. — Sabía que tenía que ver con Paulo. Ninguna otra persona causa este efecto en vos. Y, a decir verdad, estaba esperando que pasara algo así. Se siente mucho fuego entre ustedes... por lo menos de su parte. — Agacho la cabeza y miro un punto fijo en la mesa. — Agradezco que me lo cuentes porque me gusta la sinceridad entre nosotros, entonces quiero saber que es lo que queres hacer...

— No fue nada importante para ninguno de los dos. — Digo. Y miento. No se por que lo hago. Creo que no quiero ver a Jaco decepcionado. — Perdóname, de verdad. — Él ríe.

— Juti, no me pidas perdón. Yo entiendo todo. — Dice. — Nunca acordamos ninguna exclusividad, tampoco somos novios. Entonces vos podes estar con quien quieras...

— Quiero estar con vos. — Lo interrumpo.

— Y yo también puedo estar con quien quiera pero te elijo a vos. — Concluye. — Y no me arrepiento. No voy a pretender que no te veas con Paulo porque es tu amigo y te juro que entiendo que se haya enamorado de vos. La pregunta es, ¿vos estás enamorada de él?

Lo miro. Tiene unos ojos penetrantes y pienso que el chico frente a mí es el sueño de cualquier chica. Incluso hubiese sido mi sueño años atrás. Por lo menos antes de conocer a Paulo. Sin embargo, vuelvo a mentirme a mí misma y a convencerme de que Jaco es mi mejor opción y que Paulo es mi mejor amigo.

— Quiero enamorarme de vos. — Le contesto.

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Lárgalo cuando quieras, Florencia no hay drama!! Me reporto desde mi cama, 1:50 de la mañana del domingo, no salgo y tengo el club de la pelea en la tele mientras escucho de fondo la fiesta que se está mandando mi vecina. QUIEN PUDIERA.
Basta para mí. Espero les guste aunque Juti es cada vez más imbecil e histérica. Para mí necesita terapia, ojo, yo también necesito.
Besos de colores a las más lindas del amor💚

JUSTINA | Paulo DybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora