XIII

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¿Héroe?, ¿volverse a ver?

Realmente no entendía absolutamente nada de lo que me estaba diciendo ese chico bajito y con las mejillas rosadas por las altas temperaturas de la noche.

Sostuve sus hombros un tanto cohibido. Estaba confuso de que él, un chico al que no conocía de absolutamente nada, me estuviese abrazando como si fuésemos amigos de toda la vida.

― Umh, perdona, pero... ¿nos conocemos de alguna cosa?

El pequeño me observó un tanto desilusionado, inflando sus cachetes como todo un niño pequeño mientras fruncía el ceño.

― ¡Claro que nos conocemos! ―habló seguro, volviendo a sonreír como antes―. Soy el chico de anoche, el de ese callejón.

Negué, sin poder acordarme de nada porqué, justamente, anoche estaba muy borracho como para poder recordar su carita. Él bufó y volvió a fruncir notoriamente el ceño.

― Soy Jimin, el chico que salvaste de esos matones, ¿me recuerdas ahora?

Volví a negar con una mueca en mi rostro mientras me alejaba unos centímetros de él.

― No logro recordarte, lo siento.

Iba a irme, lo juro, no obstante, una de sus manitas se aferró fuertemente a mi brazo. Giré sobre mis talones, encarándolo una vez más, viendo el desilusionado rostro de un niñito.

― ¿De verdad que no te acuerdas? ―susurró dolido―. Mi propio héroe no me recuerda.

Creo que iba a llorar el tal Jimin por lo que decidí mentir.

― ¡Oh! ―grité tan fuerte que tuvo que levantar la cabecita―. Eras tú, ¿cómo no podía recordarte?

Él se alegró intensamente, mostrando ahora la misma sonrisa que antes llena de inocencia, sin ningún rastro de maldad en ella.

― ¡Sí, soy yo! Me recordaste al fin, héroe ―se volvió a apegar a mi otra vez como el buen koala que era―. Por cierto, ¿qué estás haciendo tan tarde en este barrio?

― ¿No debería preguntarte yo eso? Yo fui quién te rescató de esos temibles matones.

Él me observó con un ápice de molestia al recordarle lo sucedido, frunciendo el ceño otra vez más.

― Estaba en casa y te vi aquí tan solo que decidí comprobar si recordabas a alguien como yo.

Asentí.

― Que bueno ―mentí, no me importaba mucho que hacía él aquí, pues tampoco es que lo recordara mucho, pero sí me interesó saber que vivía cerca de aquí.

― ¿Y tú, héroe mío? No es bueno que estés aquí a estas horas.

― No puedo mentirle a alguien a quien le salvé la vida... ―quería hacerme el interesante, pero la noche empezaba a calar hasta el interior de mis huesos y, aun si no quería reconocerlo, mi estomago gruñía por comida―. Por unos problemillas en mi casa he querido salir por unas horas, pero ahora no tengo ni dinero ni sé cómo poder volver, realmente soy un desastre.

Hubiera revuleto mi propio cabello por la terrible frustración que tenía en mi interior si las manos del pequeño Jimin no se hubiesen interpuesto, agarrando con fuerza mi antebrazo.

― ¡Puedes quedarte en mi casa!, es lo mínimo que podría hacer para devolver el gran favor que me hiciste al protegerme.

Fue así que, con su tierna mirada y sonrisa que no dudé en responder afirmativamente, después de todo, él debía ser buena persona.

.

.

.

¡HOLAAAA! 

Hace como siglo imedio que no actualizo por aquí porque como a la mitad de haberla planificado toda me comenzaron a entrar las dudas de si escribia bien o era simple basura (un poco de las dos supongo :v) y las ganas de continuarla c fueron a la berga total :'( realmente me siento fatal por haberla abandonado tantisimo, no era mi intención la vdd, pero iugh, horrible bloqueo que traigo.

PERO BUENO, eso es agua pasada (i guess) :D, de ahora en adelante intentaré ser más constante y sin todas las mierda faltas que hacía uwu

Espero que os esté gustando esta kk :'c ❤❤❤

La teoría del color ➸ VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora