19. Never Enough.

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"Quiero pasar toda la noche despierto y vivir algo que nunca olvidáremos.

Quiero estar despierto y festejar todo el fin de semana sin saber como parar.

Quiero despertar contigo y decir:
Nene hagámoslo todo de nuevo.

Tus labios son tan buenos que olvidé mi nombre.

Juro que podría dártelo todo.

No necesito mi amor,
Puedes tomarlo.

No necesito mi corazón,
Puedes romperlo.

Simplemente no puedo obtener lo suficiente de ti, cariño.

Nunca es suficiente..."


Estos días aquí en Miami han sido geniales, llenos de emociones abrumantes, desde decepción y tristeza hasta euforia, alegría e incluso amor, sí, mi relación con Harry ha sobrepasado un poco los límites amistosos y no quiero adelantarme a los hechos ni hacerme ilusiones en vano porque me da miedo lo que pueda pasar cuando regresemos a Los Ángeles.

¿Qué tal si se arrepiente de todo y decide que volvamos a ser simplemente amigos?

Moriría, mi corazón terminaría por romperse de nuevo.

Maldición.

Y es que, no quiero pinches hacerme dependiente de él pero es estúpidamente inevitable, odio esto que soy, el como siempre nace ese sentimiento de dependencia hacia alguien, porque luego simplemente puede romperse la relación y dejarme totalmente hecho una puta mierda llorona.

Lo odio, demasiado.

Pero no dejaré que estos torturosos pensamientos me consuman mientras nos dirigimos al campo para presentar nuestro último juego.

La final ha llegado por fin y la tensión y estrés es más fuerte que logra densar el ambiente en el reducido espacio del vehículo, no es tan reducido pero así se siente con aproximadamente más de veinticinco personas dentro.

Por fin se estaciona y puedo jurar que puedo sentir mi corazón latiendo tras mis oídos, mi sangre baja hasta mis tobillos y las piernas me tiemblan.

Mi estómago se ha revuelto y en la boca se ha enredado un nudo.

Todos comienzan a bajar con sus respectivas mochilas siendo Harry y yo casi de los últimos en hacerlo.

—No mames —suspiro el chico a mi lado con fuerza mientras se tallaba la cara con ambas manos.

Me giré a verlo, aún estábamos sentados en nuestros lugares mientras todos bajaban.

—Lo vamos a hacer bien, nosotros podemos —animé poniendo mi mano en su rodilla mientras le sonreía con esperanza e ilusión sintiéndola en el pecho.

Pusó su mano sobre la mía dando un apretón y sonriendo de vuelta.

Se paró y salió al pasillo, tomamos nuestras mochilas de la parte de arriba del asiento, me dio la espalda para dirigirse a la puerta pero antes de bajar se giró.

Confundido iba a preguntarle si se le olvidaba algo pero sólo me envolvió por el cuello con fuerza.

Mi pecho se infló con emoción haciéndome suspirar, sonreír y de inmediato lo abracé de la cintura.

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