29. Wolves.

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"En tus ojos hay un verde intenso,
Uno para amar y uno para perder.

Quiero sentirme como aquella noche,
Embriagados en un sentimiento,

Solos,
Con las estrellas en el cielo.

He estado corriendo por la jungla,
He estado corriendo con los lobos para llegar a ti.

He estado en los callejones más oscuros,
Vi el lado oscuro de la luna para llegar a ti.

He buscado el amor en cada extraño,
Me tomó demasiado tiempo aliviar la ira,
Todo por ti.

He estado corriendo por la jungla,
He estado llorando con los lobos para llegar a ti..."


El brillo del sol por la mañana inundó la bella ciudad con sus rayos, todas y cada una de las casas y edificios reflejaban su esplendor con sus colores iluminados por él, colándose por las ventanas despertando a cada inquilino de cada lugar, exceptuando a nuestro querido Louis y Zayn, quienes aún tenían las ventanas cubiertas por las oscuras cortinas mientras yacían plácidamente dormidos sobre la blanda superficie de la cama.

Eran pasadas de las once de la mañana cuando el cuerpo de Louis por fin reaccionó, la conciencia cayendo sobre sí de golpe, abrió los ojos, asustandose cuando no reconoció el lugar en el que se encontraba.

Su razonamiento tratando de trabajar pero pesándole tanto, todo su cuerpo dolía en demasía, la cabeza era el dolor más insoportable de todos, le punzaba tanto que sentía que cualquier ruido podía hacerla explotar en mil pedazos, la necesidad de levantarse y averiguar sobre donde estaba ahora invadió su sistema, con quién y por qué, pero le era imposible con el dolor que sentía.

Uno que otro recuerdo disparandose cual bala por su mente pero por más que trataba de procesarlo menos conseguía, quedándose sólo con ese picoteo incesante en su cabeza.

Luego de pensarlo un poco decidió por fin levantarse, removió la sábana que lo cubría sintiendo lo que menos hubiese preferido sentir en ese momento; no traía absolutamente ninguna prenda que lo cubriera, sólo la manta la cual ahora gracias a él mismo sólo alcanzaba a cubrirle de la cadera para abajo.

Gruñó golpeandose la frente con la palma, sentándose con las piernas estiradas, rezando porque no haya cometido alguna pendejada la noche anterior, un nombre, que inicia con H y termina con Arry le llegó a la ya lastimada mente, la culpa llenándolo y pesando más que su propio cuerpo adolorido y cansado.

Se dejó caer de espaldas pensando desesperado qué hacer, quería llorar, salir corriendo y golpear a la persona que lo dejó allí, quería devolver el tiempo y no asistir a ese lugar con Zayn, pero lastimosamente nada podía hacer ya, era demasiado tarde, lo mínimo que podría hacer era lamentarse por lo ocurrido y atormentarse por no saber de quién se trata.

Juntando valor —de quién sabe donde— se levantó dispuesto a largarse de allí, tomó su celular que se encontró tirado en el suelo en su camino por encontrar su ropa, la cual estaba esparcida por la habitación, lo único que ahora agradecía era que si algo pasó, el no fue el de abajo. Con pena y miedo que alguien entrase y lo viese así se puso el bóxer y el pantalón, su playera no estaba en ningún punto del sitio y eso comenzaba a irritarlo más, aumentando e intensificando su punzante molestia en la cabeza, revisó la hora en su aparato electrónico viendo que tenía tan solo 15% de carga y 20 llamadas perdidas de su mamá, aún más asustado e irritado desbloqueó aquello entrando a WhatsApp, encendiendo los datos en el proceso, varios mensajes de mamá llegaron hasta sus notificaciones, el más importante decía que tenía que irse a casa porque debía cuidar de Félicité ya que ambos de sus padres trabajarían hasta tarde, suspiró exasperado.

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