Ya ha pasado una semana desde lo que paso con Ben, estaba contenta porque ya me iba a ir con mi madre a España.
Estaba haciendo las maletas y me sentí como alguien subía las escaleras despacio, abrió la puerta y dijo mi nombre con un tono muy dulce, me di la vuelta y la vi a mi madre con una sonrisa muy grande.- ¿Contenta?- dije cerrando la maleta.
- Claro. Espero no ver a tu padre.- estaba muy pensativa cuando dijo lo ultimo.
- No te preocupes lo vamos a denunciar.
- No te atrevas. Que no se te vuelva a pasar eso por la cabeza.- dijo demasiado enfadada.
- Espera un momento.- la mire fijamente.- Creo que casi te mata, a mi me ha violado y maltratado! Esta loco,te has casado con un psicópata!
-Ya lo sé!!! Pe.....
- Déjalo! Haz lo que quieras, pero si te toca un pelo se las va a ver el cabrón.- mi madre sabía que era la verdad.
Así que salí de la habitación, agarré mi maleta y la baje a la sala.Al bajar las escaleras me encontré a Lui. Él estaba con un hombre que no reconocía.
- ¡Hola!- dije con una sonrisa.
- Hola _______, ¿qué tal estás?- dijo con el mismo gesto.
- Muy bien la verdad.
- Me alegro. Bueno... Él es Marcos y os va a llevar al aeropuerto, que está bastante lejos de aquí.- dijo agarrando mi maleta y entregándola al hombre.
- Buenas señorita.- dijo muy amable el hombre.
- Buenas. Lui, ¿y mi hijo?
- Está con la empleada. Ya le ha preparado toda ropita.
- Ayy gracias, de verdad no sé cómo de volverte este favor.
- No digas eso, tu sabes que si necesitas algo aquí estoy.
- No sé qué he hecho para merecer esto.
- No digas eso, tu te mereces el mundo.
- Gracias.- dije bastante avergonzada.
- Os extrañaré.
- Igualmente, la verdad que nunca en mi vida me había sentido tan bien, no tenía preocupaciones ni nada.
- La verdad que he visto un cambio en tu actitud y tú cara, el primer día estabas muy pálida y flaca, pero ahora te ves hermosa.
- Ya, antes estaba muerta, pero ahora me veo aceptable.
- No vosotros seguid hablando que el vuelo os va esperar, si queréis os traigo algo para comer de mientras.- dijo mi madre bastante irónica.
- ¡Ay perdón!- dijimos a la vez.
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Al llegar al aeropuerto y ver cómo se iba el coche sentí como si algo iba a suceder.
- ¿Mamá?- dije mirándola fijamente- ¿Qué te pasa?
- Hija.....- esa fue la última palabra que dijo.
- !Mamá!- en ese momento caí de rodillas al ver lo que sucedió.
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Me encontraba en el hospital con mi hijo. Tenía miedo en ese momento, no sabía que le había pasado a mí madre.
- Hola, ¿usted es familiar de la paciente?- dijo el doctor