Danos hoy nuestro pan de cada día

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- Gracias por traerme a casa Dy

Dylan me abrazó suavemente y me dio un beso corto en los labios

- Te quiero bonita

- Te quiero a ti

Cerré la puerta y me tapé la cara ¿qué había hecho? Sé que era un beso, que no me estaba casando con él, pero...

Dylan era al chico que quería, finalmente había cambiado, no sé si por completo, pero si un poco, eso era algo bueno ¿no?

Subí al cuarto y me tumbé en mi cama, cuidar a Sara era hermoso, pero también era agotador, sobre todo porque Becca llegó tarde y la niña tenía hambre y ya no era suficiente con compotas o cosas por el estilo, era bastante tarde igual, por eso y también por cuidarnos de no caer, Dylan había decidido pasar la noche en su casa.

Estaba muy asombrada por eso, él me sentó en sus piernas y me dijo

- Lo único que voy a extrañar es verte dormir todas las noches

- ¿De qué hablas?

- No voy a condenar la relación a muerte, tanta soledad puede ser peligrosa

De repente me había sentido como si fuera yo la niña del mundo y Dylan el cristiano de toda la vida- Mis pensamientos entonces fueron interrumpidos por el sonido de mi celular

- ¿Pastora?

- Eh... sí, con ella

- Pastora, soy Claudia, la asistente de contabilidad de la iglesia

- Claudia, buenas... noches

- Sé que esta tarde Pastora, pero hay algo que no me deja dormir

- Si claro cuéntame

- Pastora... la jefe de contabilidad está haciendo algo malo... muy malo

- ¿De qué hablas? Ten cuidado con lo que vayas a decir, porque me sería necesario ir a comprobar la verdad

- Pastora, yo misma puedo mostrarle, resulta que hace mucho tiempo ella no me dejaba ver los libros contables de la iglesia, sin embargo, ella hoy no estaba y yo tenía que registrar el pago de la madre de la señorita Rebecca

- Si...- Dije sin prestar mucha atención, afuera de mi cuarto estaba segura de que había escuchado algo, me senté en la cama y traté de prestar atención

- Entonces me di cuenta de algo y era que, desde hace dos meses, que es la fecha en que su madre... se fue a la presencia del Señor... los libros no se estaban registrando

- ¿Es posible que sea un descuido? - Ahora estaba segura de que la tabla que siempre rechina en la escalera había sonado, con mucho cuidado me empecé a acercar a la escalera

- Lo mismo pensé yo... entonces me fui a la página del banco de la iglesia... yo no tenía problema con registrar las cosas, pero entonces me di cuenta de algo terrible... Pastora, hay mucho dinero, muchísimo dinero, que se ha empezado a consignar sin motivo aparente a la cuenta de la contadora... yo creo que ella nos está robando, porque el sueldo es el mismo para todos

- ¿Has hablado con ella?

- Quería hablarlo con usted primero ¿qué piensa que debería hacer?

Con cuidado de hacer ruido abrí la puerta del cuarto, al asomarme vi a tres hombres, dos de ellos estaban bajando el televisor de mis padres, y uno de ellos tenía la caja de joyas de mamá, empecé a temblar... no sabía si ellos estaban enterados que yo estaba en casa, no sabía quiénes eran, pero sabía que nadie los había invitado

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