Perdona nuestras ofensas

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Dormía tranquilamente hasta que un ruido me puso alerta

- ¿Papá?- Al sentarme en la cama vi hacia mi puerta abierta y note que había una caja allí, me acerqué lentamente y vi una pequeña tarjeta

"¡Buenos días princesa! ¡He soñado toda la noche contigo, íbamos al cine y tu llevabas aquel vestido rosa que me gusta tanto, solo pienso en ti princesa, pienso siempre en ti!"

Inmediatamente sonreí, además de ser la cita de mi película favorita venía de Dylan, decidí abrir la caja después, salí del cuarto, papá estaba tomando café cerca a la mesa del comedor, ayer junto a Dy con muchísima dificultad habíamos bajado la cama de mis padres al primer piso, en el cuarto de oración, lo habíamos acomodado con cuidado para que todo fuera de fácil acceso para papá y tuviera más independencia.

- Buenos días pequeña

- Papi ¿cómo te has cocinado tu solo?

- No lo he hecho yo... Dylan me ayudo

- Oh

- No sabía que tenía llaves de la casa

- Esto...

Papá sonrió mientras negaba con la cabeza

- Dylan se ha convertido en un buen chico... por cierto ¿ya viste que había en la caja?

- No

- Ábrela que me muero de curiosidad

Me reí un poco pero subí a la habitación y bajé con la caja entre las manos, le leí la cita y papá sonrió también, al abrir la caja un papel translucido cubría una tela, que al sacarla descubrí un hermoso vestido palo de rosa y un pequeño saco tejido azul marino

"Mi dulce ángel de la Luna, te espero a las 3 de la tarde en el edificio donde te encanta ir a danzar, no llegues tarde"

- ¿El edificio donde te encanta danzar?

- Es una larga historia

Ayude un poco a papá con las cosas de la casa, estaba contenta de no tener que cocinar solo para mí, así que para mí era una felicidad poder estar haciendo un almuerzo para los dos, papá mientras tanto se acostumbraba a su silla de ruedas, se movía con dificultad y me indicaba los puntos que eran imposibles para él, así yo poder arreglar la casa para él

- Amor... toma

Papá me acercó un rollo con billetes

- Papi esto es muchísimo dinero

- Ve, ponte hermosa, hoy tienes un gran día por delante

- Pa este dinero...

- Lu... por favor

Le di un beso a mi padre y salí, tenía mi lugar favorito dónde siempre iba a arreglarme así que sin dudarlo fui allá. Tras los cuidados básicos y estar lista me puse el vestido y salí, camine de vuelta a la casa y deje lo que me estorbaba.

Salí entonces caminando al edificio mis pies conocían el camino de memoria así que no demoré mucho en llegar, al entrar me escabullí como tantas veces lo había hecho en el pasado y me metí al asensor, no estaba segura de a qué lugar debía ir, si a su lugar de grabación de canciones o si a la terraza, elegí esta última, era ir a lo seguro

- Lunita- Dijo la secretaria con una sonrisa que apenas pude reconocer

- Hola

- Sigue... creo que vas tarde

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