Cerrar ciclos

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Dylan acomodó a mi padre en el asiento delantero del coche y se subió al puesto de conductor, yo iba en la parte de atrás aferrándome a un pañuelo con fuerza, como si de eso dependiera mi vida, entendía y a la vez no entendía que quería papá con esto, pero no era mi deber cuestionarlo, mi deber era acompañarlo.

El recorrido lo hacíamos en silencio, yo recordaba lo que ya había pasado, si de algo me servía consolarme el tener a papá en cierta medida era más fácil

- Para el coche Dylan

El coche frenó frente a una florería

- Lu, compra por favor el ramo más bello que haya en la tienda

- Papi, ahí cerca también venden flores

- No es lo mismo Lu, no es lo mismo

Inspire tranquilamente y salí del coche, tarde un poco escogiendo el ramo porque sentía que jamás habría uno lo suficientemente bonito, elegí sin embargo el que a mi gusto representaba más la felicidad y espontaneidad de mi madre.

- Buena elección pequeña

Asentí con un nudo en la garganta, Dylan se adentró al cementerio que yo conocía ya hace tiempo, solo que la primera vez que lo conocí iba a ver una película en un pic nick con Dy, ahora nuestro propósito era totalmente diferente, el coche frenó y sentía que si seguía apretando la tela diminuta del pañuelo se iba a romper.

Ayudé a sacar la silla de ruedas de papá y la cerqué a la puerta del coche, Dy sacaba con cuidado a papá y lo sentó, puse el ramo de flores en sus piernas mientras mi novio me ayudaba a empujar la silla sobre el césped.

- Aquí es

" Todo lo que hice durante mi vida ha sido para Glorificar a Dios, si tuve aciertos fue la victoria de Él y si tuve fracasos, era Él manifestándose en mi debilidad"

Papá sonrió mientras repasaba con sus dedos la inscripción en mármol de la tumba de mamá

- Pueden darme unos minutos chicos

Dylan tomó mi mano libre y caminamos unos cuantos metros atrás, entonces el dolor que tenía represado en mi pecho desde que papá quiso venir a despedirse de mi madre empezó a salir, me di la vuelta y hundiendo mi rostro en el cuello de mi novio empecé a llorar

Antonio

Tomé las flores y con esfuerzo me bajé de la silla y las tendí junto a la sonriente foto de mi esposa, era consiente que ella no estaba allí, lo había predicado en cada funeral que me invitaban, yo siempre cerraba suavemente la tapa del ataúd y decía lo mismo, esta persona ya no está aquí, sino en sus corazones. Era consiente que unos metros bajo el suelo mi esposa no estaba ahí, solo estaba una caja con una cantidad de huesos, pero la vida no nos permitió despedirnos

- Hola mi bella rosa... no sé cómo funcionan las cosas en el cielo, muchas veces hablamos de si las personas que se morían verdaderamente nos cuidaban desde el cielo o si al llegar a la eternidad; solo eternidad había y ya las cosas terrenales dejaban de cobrar sentido. Pero no podía dejarte ir sin decirte adiós una sola vez, tú sabes que no soy de visitar tumbas, pero mi bella flor, tu mereces esto... mira las flores que te traje ¿te acuerdas cuando éramos novios y me pedías flores y yo te decía que no las necesitabas? En ese entonces no supe por qué había dicho eso, pero a lo largo del tiempo descubrí que no necesitabas flores porque tú ya eras una... y la más hermosa de todas.

>> Amor, no puedo someter más a Luna a este sufrimiento, ella no lo dice, se calla su dolor así como tú, pero sé que la idea de venir no le ha gustado ni siquiera un poco, necesito encontrar un nuevo lugar, sé que amabas la casa en la que estamos, pero ahora mismo no puedo estar tan cómodo en ella, te prometo esforzarme mucho en las terapias para poder volver a caminar y recuperar nuestro hogar... esa casa fue un sueño que Dios te puso, prometo cuidar de las personas que estén allí sean dignas de ella, que tengan la misma mirada que tuviste tu cuando entraste por primera vez.

>> Amada mía, esta es la última vez que me verás por aquí, pero jamás te olvidaré, no podría buscar a nadie más, no hay nadie, ninguna mujer en el universo, que pueda darme ni la mitad de felicidad que me diste tú, fuiste la mejor amiga, novia, esposa y amante que todo hombre desearía tener, hoy te dejo libre mi alma, disfruta de tu tiempo en la eternidad, disfruta de cada cosa que yo ahora mismo solo puedo imaginar, pero espérame, que cuando el Señor lo disponga, iré al cielo, tomaré tu brazo y caminaremos juntos por aquellas calles de oro, espérame que no tardo.

Volví a subirme a la silla, apenas intenté moverme vi a Dylan corriendo hacia mí, Luna como lo sospechaba tenía los ojos rojos

- Lo siento mi amor- le dije tomando su mano con fuerza

- Tranquilo papi

Nos subimos nuevamente al carro, vi a Luna apoyada contra la ventana por el espejo retrovisor del auto

- Luna... ¿has pensado en cambiar de casa?

- ¿Qué?

- Si amor, cambiar de casa... mientras yo puedo volver a caminar

- Papi, pero es la casa en la que crecí, la que mamá vio cuando...

- Te iba a tener, lo sé... la casa significa mucho también para mí, pero en este momento no es apta para mi

- ¿La quieres vender?

- No.... quiero dejarla en arriendo, con todo y nuestras cosas allí, Lu, poco a poco he vuelto a tener sensibilidad en las piernas, no mucha, pero si hay momentos en que siento las cosas, solo será unos meses mientras puedo volver a caminar, después regresamos ¿estás de acuerdo?

- Pues papi, que sea Dios quien decida eso

- Claro que si princesa

- Lu- Dijo Dylan- Javier Blesa está en la iglesia, dice que quiere hablar contigo

- ¿Te dijo de qué?

- No, mira

Dylan estiró su celular y yo lo tome

" Dylan soy Javier Blesa y quisiera poder hablar con Luna, he perdido mi celular y el nuevo registró muy pocos números, agradecería si le puedes hacer llegar mi mensaje ya que estoy en la iglesia"

Abrí el número del mensaje y llamé

- Dylan, espero no haber interrumpido

- Javier, hola soy Luna

- ¡Luna! Qué bueno saludarte, me gustaría mucho verte

- Claro, yo ahora estoy con mi padre, pero ya salgo para allá

- No te preocupes, hoy tengo el día libre ¿te molestaría si me quedo en las oficinas de la iglesia mientras espero?

- Para nada, ya mando un mensaje para que te permitan entrar

- Perfecto, muchas gracias

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