Camino al cielo

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Era la cuarta caja que tenía y ya no quería empacar nuevo, uno pensaría que, al quedar tu casa destruida por un atentado, no tendrías cosas personales, pero gracias a la generosidad de la gente ahora tenía de más.

Además de las cosas que ya tenía que preocuparme como papeles de la iglesia, los folios necesarios, en fin, todo se nos estaba haciendo imposible, Dylan había llegado con un pequeño camión de mudanzas y empezamos a meter todo allí, papá ya había sido llevado hasta la casa para acomodar ciertas cosas, así que después de acomodar las cajas nos subimos juntos. Teníamos cara de haber dormido poco los últimos días, yo llevaba unas pintas que gritaban descuido, casi me avergonzaba llegar así donde mi muy siempre perfecta suegra, pero cualquiera en mi lugar me entendería.

Al llegar a la casa mis suegros nos ayudaron, la habitación principal que era la que estaba llena de nuestras fotos el día que Dy me pidió ser su esposa se había quedado con unos cuantos portarretratos y una gran foto nuestra en la cabecera, pasamos al vestidor del cuarto y poco a poco guaramos las cosas en los estantes.

El cuarto en donde estaban las fotos de mis padres la habíamos adecuado como un estudio, la cama que había allí era un sofá cama así que habíamos decidido llenar el espacio con unas almohadas y el resto estaba dispuesto con diferentes libros y Biblias de estudio que Dylan tenía guardadas y unas cuantas que estaban en la oficina.

También el cuarto en el que había fotos mías le habíamos acomodado un sofá, pero estábamos acomodándolo como un cuarto de huéspedes, sobre todo al gusto de Nana, Dylan me había propuesto esto hace mucho tiempo, pero ahora iba a ser una realidad, cuando Nana cumpliera la mayoría de edad iba a vivir con nosotros, los padres de Dylan estaban de acuerdo con eso, siempre y cuando estudiara "una carrera de verdad" Dy tenía sus opiniones encontradas pero aún no era tiempo de pensar en ello.

Al terminar metimos a mi padre al coche y me lo lleve de nuevo al apartamento, lo dejé un rato en la habitación descansando mientras yo preparaba algo rico para ambos, en estos momentos extrañaba más a mi madre, sobre todo al pensar en que iba a hacer mi papá solo en un apartamento tan grande, él me había asegurado de que no me preocupara porque siempre venían personas de la iglesia, pero me preocupaba de todas formas.

Le había propuesto a él hace tiempo que se fuera a vivir con nosotros a la casa, que esta era lo suficientemente grande para todos, pero mi papá fue el primero en oponerse, dijo que si quería tener un matrimonio saludable lo mejor era vivir en otro lugar.

Al servir fui a llamarlo y cuando abrí la puerta noté que había llevado de la casa varias de las fotos en donde salíamos los tres con mamá

- ¿Qué haces papi?

Papá se frotó los ojos, pero cuando él lloraba se le notaba en toda la cara

- Viendo unas fotos hijita

- Papi no estés triste- Me acerqué un poco y vi que sostenía una foto en la que mamá sonreía en todo su esplendor, fue el día en que me presentaron en el altar de la iglesia- ¿La extrañas?

- No sabes cuánto Lu, sobre todo en este momento

- Yo también la extraño

Entonces papá abrió los ojos como si se hubiera dado cuenta de algo que jamás había notado antes, antes que pudiera preguntarle algo se dirigió a la mesa de noche y sacó su billetera, comenzó a buscar algo y de pronto sacó un papel que se notaba que había estado allí desde hace mucho tiempo

- No sé cómo pude olvidarme de esto

- ¿De qué papi?

- Tú sabes que tu mamá pensaba más allá que acá y siempre tuvo la idea de ser mamá

- Si, lo sé

- Bueno, resulta que entre las cosas que planeo fue esta... cuando nos enteramos de que ibas a ser niña empezamos a hablar sobre muchas cosas y entre oraciones y alabanzas empezamos a orar por tu esposo, ahí fue cuando a ella se le ocurrió hacer esto. Amor, tu mamá y yo te escribimos una carta para este día

Inmediatamente mis ojos se empezaron a humedecer mientras papá se acercaba, iba a tener un mensaje de mi mamá finalmente, esto era más allá de lo que podía imaginar, tomé el papel con cuidado y empecé a leerlo en voz alta

" Mi amada princesa:

Hoy es un día muy especial para ti, hoy vas a empezar un camino junto a una persona que Dios ha diseñado especialmente para ti, mi corazón estalla de emoción al pensar como serás, si saldrás con mis ojos o con los de tu padre, si serás una niña feliz o no, solo quiero asegurarte de que eres infinitamente amada y esperada, eres la niña que Dios me prometió, el regalo más bello del cielo.

Amor de mis ojos, asegúrate que el hombre que te va a llevar al altar sea un hombre temeroso de Dios, la añadidura viene del cielo, guárdate para él, recuerda las enseñanzas y regaños de tus padres, pero sobre todo Luna, se feliz, recuerda que para pelear se necesitan dos, los hombres son muy distintas a nosotras, siempre pídele al Espíritu Santo que te guíe antes de hablar en una pelea y recuerda que el matrimonio es uno y para siempre.

Mi dulce hija, tu Padre te entregará en un altar, pero tú siempre serás nuestra

Te ama: Mamá"

Limpié las lágrimas de mis ojos y ahí mi papá me pasó la otra carta, la de él

" Mi Ángel

Que curiosa que es la vida a veces, al momento que te escribo esta carta no te he tenido ni una sola vez en mis brazos y ahora que la lees ya te vas a ir de casa. Pero la vida es así, Dios nos enseña que los hijos no son de los padres sino de él, es por eso por lo que él te ha pensado un hombre conforme a su corazón para ti.

Mi dulce hijita, eres la muestra del amor más sincero que he tenido en mi vida, cuando llegó tu mamá a mi vida pensé que jamás iba a amar a otra mujer en mi vida, y aquí estoy derretido de amor por ti, porque aunque dicen que padre puede ser cualquiera, yo quiero ser el primer amor de tu vida, día a día te amaré tanto que sabrás el modelo perfecto de hombre para ti, amaré a tu mamá de tal manera que no busques patrones equivocados de amor, que sepas que a ti te deben amar si no igual aún mucho más que yo, aunque siendo sincero, dudo mucho que eso sea posible.

Princesa, gracias por llenar mis días de felicidad, eres mi mayor tesoro, y no eres afortunada de encontrar a alguien, él afortunado es él de merecer tu corazón.

Te amo mi Luna amada, que nadie apague la luz que hay en tu interior

Tu papá"

Me senté con cuidado en el regazo de mi padre que me arrulló como si fuera aún una niña

- Te amo papi

- Te amo mi amor, tu siempre serás mi niña

Al levantarme papá me detuvo

- ¿Qué pasa?

- Quiero mostrarte algo

Papá quitó los seguros de su silla y apoyó con cuidado los pies en el suelo, le extendí las manos y él poco a poco y sosteniéndose de mí se levantó

- Papi... estás....

- Aún no puedo caminar, pero estoy poniendo de mi parte para poder entregarte de pie en la ceremonia

Abracé a mi papá mientras el dejaba un beso en mi cabeza, la comida estaba segura de que ya iba a estar fría pero este momento jamás lo iba a olvidar

CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora