Una Simple Humana (Thomas Lucitor)

Capítulo 37: Una cita de amigos

Ruedo los ojos, cuando eramos pequeños, Marco y yo veíamos una película todos los días despues de hacer nuestra tarea, y por lo menos una vez cada dos semanas Marco elegía Titanic, estoy segura de que no lleva la cuenta de las veces que la ha visto, en cambio, yo me quedaba dormida pocos minutos antes de la mitad, y nunca en mi vida la he visto por completo, aunque tampoco es como si quisiera.

Star tiene sus ojos llenos de lágrimas y por la televisión se ve a una pareja sostenida por una tabla.

-Aburridos- murmuro.

Mis padres nunca han sido los más estrictos o los más atentos, así que no les importaba mucho que Marco viera Titanic una y otra vez, pero tampoco les importaba cuando yo miraba Hannibal o JigSaw (aunque tiempo después me di cuenta de que solo me permitían ver las versiones censuradas), ¿Trampa de oso inversa? Una obra maestra.

Me acerqué a Tom tratando de averiguar si de verdad estaba dormido. Piqué su mejilla.

-Tom...- lo llamé- ¿Thomas?- a cada sobrenombre le picaba su mejilla- ¿Tommie? ¿Lucifer? ¿Satanito?...

Oh, bueno. Sus padres no mintieron cuando dijeron que su hijo tenía el sueño pesado.

-¡THOMAS LUCITOR!- grité, pero este apenas y giró su cabeza.

Entrecerre los ojos, esto se pondra feo.

Corrí a la cocina para tomar un vaso con agua fría, incluso aún tenia unos pequeños fragmentos de hielo.

Lo habría vaciado sobre Tom, pero me quedé quieta. Tom estaba abrazando tranquilamente un pequeño cojín, con un leve sonrojo y su cabello despeinado, a los segundos me arrepentí por pensar en tirar agua sobre él. Lucía adorable. Pero segundos después me confundí al ver a Tom sonreír y murmurar entre sueños.

Oh, esto si es raro.

¿Pero que soñaba Tom? ¿Los demonios sueñan al igual que los humanos?

Tom comenzó a hacer muecas extrañas, mientras se giraba en su lugar, un cachorrito de ojos láser brincó hasta el sillón donde Tom estaba dormido, segundos después Tom se despertó de golpe con un sonoro "¡No!", mandando a volar al pobre cachorrito al cual logré capturar, agradecí haber dejado el vaso en la mesa de centro.

Tom estaba alterado, mirando hacia todas las direcciones confundido, cuando me vio solamente soltó un quejido a la vez que su rostro se ponía más rojo y él volvía a acostarse, tapando su rostro con el cojin que usaba de almohada.

-Arriba, bello durmiente- comenté sentandome en un espacio libre.

Tom solo se quejó.

Lo miré aburrida, retiré el cojin de su rostro y lo aventé, luego acerqué el cachorrito al rostro de Tom, el cachorro comenzó a lamerlo, obligándole a cubrirse con sus manos, pero al ver que esto era inútil, se levantó.

Oh, creo que se enojó.

Pero la verdad es su enojo usual, así que no importa.

Es su cara de "si a continuación respiras cerca de mi te quemaré vivo", pero la verdad es que solo es un "deja de molestar porque mi perfecto cabello se eriza".

Solo sonreí mientras dejaba al cachorro en el suelo.

-Tengo una propuesta- comenté.

Tom alzó una ceja.

-Ya te dije que aún no puedo crear un ejercito de zombies- comentó aburrido.

-No es eso, bueno, si quiero un ejercito zombie, pero no era lo que iba a decirte. Quería proponerte algo: hoy saldremos a divertirnos, solo tú y yo. Podemos ir a un restaurante, una dimensión nueva, al inframundo, al cine, ¡a donde quieras!