– ¡ASPEN! –grité emocionada al abrir la puerta y envolviéndolo en un abrazo.
– ¡Ames! –gritó el imitando mi voz. – ¿Me invitas a pasar? –preguntó riendo y soltándose de mi agarre.
–Oh, claro…–dije extasiada, ¡no lo podría creer!
–Cuanto tiempo, ¿cierto? –dijo al sentarse en uno de los sillones.
–Ni que lo digas–dije recordando la última vez que lo vi, algo doloroso debo admitir. –Pero, cuéntame, ¿cómo estás, qué ha sido de ti y Lucy? –lo solté ansiosa, sin esperar respuesta alguna.
–Mejor de lo que esperaba debo admitir, es decir, pensé que me harían algo después de lo sucedido ese día…bueno, tú sabes–explico algo incómodo. –Y, bueno, con Lucy–prosiguió, –muy bien. Es el amor de mi vida, Ames–dijo con todo soñador. Me alegraba que al menos él hubiera encontrado su amor en todo esto.
–Oh, vaya. Realmente me alegro muchísimo, por ambos–dije sonriendo.
–Bueno sí….
–Luego nos vemos, América–gruño un Jackson enojado y azotando la puerta.
– ¡Adiós, Ames! –gritó Coraline corriendo tras su hermano.
Con la visita de Aspen había olvidado su presencia. Pero, ¿por qué estaba molesto?, no creo que haya sucedido algo arriba o… no sé, realmente no entendía.
– ¿Tu novio es un muy gruñón, eh? –Aspen preguntó sacándome de mis pensamientos, sólo pude escuchar la mitad de su pregunta.
–No, él no es así. Un poco sobreprotector quizá, pero no gruñón, me preguntó que lo habrá hecho enojar–dije aún confusa. –Pero bueno, en fin, ¿en qué estábamos? –pregunté.
– ¿Cómo has estado?, ¿qué ha pasado en estos meses, Ames? –preguntó con el ceño fruncido.
–Bien, a pesar de todo, muy bien. Digo es difícil, si que lo fue, superar lo de….bueno, pero creo que lo hice, a pesar de todo, lo logré–susurré con una sonrisa triste. –No puedo negarte que al principio no fue fácil, pero tenía que hacerlo por mi familia, por May, no podía estar así toda la vida. Gran parte de todo esto se lo debo a Jackson, me ayudo demasiado y no sabes cuán agradecida estoy–dije más tranquila.
–No sabes cuánto lo siento, Ames, en serio–susurró apenado.
–Paso lo que tenía que pasar–dije con un intento de sonrisa. No podía volver a hundirme, no otra vez. –Habría destruido a la población si hubiera sido la reina–intenté bromear.
–Probablemente–sonrió. –Pero estarías feliz con…
–No–lo interrumpí. –Por favor, Aspen, ya no. Quizá fue lo mejor que pudo pasar––dije bloqueando cualquier pensamiento o ilusión de un futuro con Maxon.
– ¿Tan rápido lo haz olvidado, Ames? –preguntó entre confuso y ¿molesto?, ¿esperanzado? Era imposible descifrar su tono.
–No, no es eso. Bueno, no del todo–conteste torpemente.
– ¿Es por él, por Jackson?
–Sí, no, es decir, no puedo seguir haciéndome ilusiones, Aspen–susurré dejando caer las manos. –Él tiene a Kriss, se va a casar, es el rey. No puedo ir a pedirle todo eso por mí, no puedo, sería muy injusto de mi parte–continúe derrotada, mientras mi corazón se hacía pedazos una vez más. –Una vez Maxon me dijo que si no estuviera yo Kriss sería su mejor opción y aunque me duele admitirlo creo que, conmigo o sin mí, ella lo es–dije recordando la primera vez que estuve a punto de irme. –Y, sinceramente, espero sean felices, espero que Maxon sea feliz…–<aunque sea sin mi> agregué para mí.
–América yo…yo, Maxon...–pude notar algo raro en su actitud, como si se debatiera entre decirme algo o no. – ¿Ahora qué le diré? –siseó entre dientes, lo más bajo posible intentando que no lo escuchará, pero, desgraciadamente, lo hice, lo escuche.
De pronto todo encajaba, su visita inesperada, sus preguntas, todo. Repentinamente sentí nauseas, asco por todo, no sé qué sentía realmente. ¿¡CÓMO SE ATREVÍA, CÓMO!? Sentía la adrenalina inundar todo mi cuerpo, estaba furiosa con todos, con Jackson por dejarme así, con Aspen por venir a sacar información fingiendo interés y sobre todo con Maxon.
¿Por qué ahora, por qué?, ¿por qué así? ¡Él no podía solo ordenarle a alguien que viniera hacer esto, a conseguir información, él no podía! Bien pudo venir, pero no lo hizo, sólo obligo a Aspen para que me sacara información.
–Podrías decirle que soy feliz, por ejemplo–sisee entre dientes, furiosa. –O que todavía no lo superó, si así lo prefieres, –continúe soltando las primeras lágrimas. –O, mejor aún, ¿por qué no le dices que estoy muerta? –grité llorando.
–Sabes que eso no es justo, América–me reprendió Aspen.
– ¿Por qué de pronto estás de su lado, Aspen?
–Porque lo amas, porque él te…
–Oh, por favor, no me vengas con esto ahora. Si me amará lo suficiente hubiese pedido explicaciones aquella vez, hubiera dejado que le explicara lo que paso, me hubiera buscado después, pero ¿qué crees? No lo hizo. No puede, no puedes, simplemente venir y decirme que me ama y esperar que con eso se arregle todo. Sabes que no es justo, al menos no para mí. Y lo siento, siento si es tu amigo ahora o te amenazo con algo, lo siento mucho, pero yo no puedo, no puedo–dije casi histérica. –Tampoco puedo decirte que ya no lo amo porque eso sería mentirte, pero tampoco puedo decirte que soy infeliz porque no lo es.
–América yo…
–No te preocupes, ahora ve y dile lo que quieras. Lo que más disfrute y, ¡mejor aún!, puedes contárselo mientras toman té y esta con su amada Kriss así ambos pueden burlarse de mí–sonreí fingidamente, no pensando muy bien lo que decía.
–Él no… ¡América escúchate! No puedes hablar en serio–soltó sorprendido.
–Tienes razón, ¿demasiado fácil, no? También podrías decirle que todo lo que piensa de mí es cierto, que no lo amo, amé o amaba. Dile que sólo me burle a sus costillas y que ahora estoy a punto de casarme–solté sollozando.
–Lo lamento, Ames, no quería que esto sucediera así–susurro contra mis cabellos y envolviéndome en un abrazo. –No era mi intención…
–Vete, por favor, Aspen–susurré contra su pecho.
–América yo…
–No, Aspen. Lo lamento. No es nada contra ti, ni contigo, pero…ahora no, por favor–dije soltándome de su agarre.
–Está bien, pequeña–dijo caminando hacia la puerta.
–Aspen–llamé.
– ¿Sí?
–Te quiero, me dio gusto verte–dije con una sonrisa triste.
–Yo también, pequeña, yo también…–y después se esfumo tal y cómo había llegado.
¿Cuántas veces puede romper tu corazón la misma persona?
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Perdón, perdón, perdón. No actualizamos por unos problemas, lo lamento muchísimo, en serio.
Bueno, además, como ya les dije no podremos actualizar más que los fines de semana y así.
Bueno, creo que es todo. Sigan comentando y votado, se los ruego *pone carita del gato con botas*. ¡Saludos y besitos!
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La Elección.
Fanfiction«Sonríe y no dejes de hacerlo hasta el último segundo.» me decía mentalmente. Y así lo hice. Porque ningún ataque impidió que Maxon hiciera su elección. Pero no sólo el príncipe puede hacerla.