Quédate conmigo...

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"Supongo que es verdad, no soy bueno con eso de 'una aventura de noche'
Pero sigo necesitando amor, porque soy sólo un hombre
Estas noches parecen que nunca van acorde al plan
No quiero que te vayas, ¿tomarás mi mano? 

Oh, ¿por qué no te quedas conmigo?
Porque eres todo lo que necesito
Esto no es amor, es fácil de ver
Pero querida, quédate conmigo...—Stay with me, Sam Smith.  

AMÉRICA PVO.

Las pesadillas me despertaron, sentía como sí hubiera dormido una eternidad. Aún faltaban dos horas para que comenzara el desayuno, así que decidí levantarme de la cama y comenzar a prepararme yo sola, para después buscar a Celeste.

Estaba terminando de peinarme, cuando la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a una Celeste muy sonriente.

—Vaya, creí que vendría a despertarte. Que bueno que ya estas despierta—dijo con una gran sonrisa en su rostro.

—Y parece que alguien está demasiado contenta aunque no se haya presentado ayer en ningún momento—solté un poco molesta.

—Vamos, Ames, ya verás que todo es por una buena causa. Ahora no hagas preguntas y vamos a desayunar que me muero de hambre— terminó Celeste y me tomo de la mano para arrastrarme con ella al comedor.

Al parecer fuimos las primeras en llegar al comedor, tomamos asiento en donde nos sentábamos habitualmente, nos quedamos conservando un poco tiempo y después empezaron a llegar las demás ex-seleccionadas. Uno de los últimos en llegar fue Maxon que se veía especialmente guapo en su traje azul marino.

Estaba mirando a Maxon cuando volteo a verme, sobresaltándome y haciendo que diera pequeño brinco, que casi me tira de la silla, él sonrió hacia mí y se quedó mirándome, no aparte la mirada y le sonreí de vuelta. Después de una eternidad mirándonos, Maxon parecía pensar algo y después se tiró del lóbulo de la oreja derecha, lo cual me sorprendió e hizo que algo dentro de mí se emocionara mucho, al parecer el esperaba una respuesta e inconscientemente hice el mismo gesto que el acababa de hacer, él sonrió de vuelta y se volteó a ver hacia las puertas del comedor que en ese momento se abrían y dejaban pasar a una muy molesta Kriss, que entraba con las últimas ex-seleccionadas por detrás.

— ¿Qué fue todo eso?, parecía que los dos se estaban comiendo con la mirada—susurró Celeste a mi oído con una sonrisa burlona.

—Shh, ¿no tenías demasiada hambre? —pregunté en un susurro de vuelta, pero con una inevitable sonrisa.

En ese instante comenzaron a servir el desayuno.

Celeste solo rodó los ojos y se dedicó a comer su fruta, yo apenas toque mi desayuno porque en mi mente revivía el momento que había sucedido apenas hace unos minutos.

Salí del comedor sola, antes de que las preguntas de Celeste comenzaran, así que en cuando termine mi jugo de naranja, me encamine a las grandes puertas del comedor.

En el pasillo deje salir un gran y profundo suspiro que había estado contendiendo durante todo el desayuno.

Después de tomarme unos minutos a solas, comencé a caminar sobre el largo pasillo que tenía delante de mí, llevaba escasos diez pasos cuando una voz pronunciando mi nombre me detuvo.

—Lady América, que bueno que la encuentro—pronunció la doncella.

—Llámame América, ya no estamos en la selección para que me sigas llamando así—trate de sonar lo más tranquila posible.

—Oh, perdón señorita, supongo que ya es la costumbre, pero en fin, la estaba buscando para entregarle esto—pronunció estirando su brazo derecho para entregarme una pequeña carta.

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