Encuentro (13)

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Pasó una larga semana, ya habíamos entrado en septiembre, para ser exactos la primera semana de dicho mes.

Myeong se encontraba en estos momentos viendo un dorama en su cama. Ella se encontraba aburrida ya que su amiga Hee Sook en el mejor momento se había ido de viaje con su novio y su amigo cercano Jongsuk trabajaba en la tarde.

Respecto al trabajo de Myeong, a ella le cambiaron el horario y ahora trabajaba en la mañana.

De pronto su teléfono se quedó sin batería.

«Conchales, ¿Ahora que hago?», pensó.

Lo primero que hizo es poner a cagar el móvil, luego se asomó al balcón dejando caer su peso en la barandilla.

De un segundo a otro echó una ojeada por el rabillo del ojo al balcón de Bambam.

«¿Cuándo vendrá?», se preguntaba a si misma algo cansada de estar aburrida.

Se metió dentro de su piso y fue a encender el móvil el cual no tenía ni el 5% de batería, pero aún así lo usó.

Primer pitido.

Segundo pitido.

—¿Si? —dijo la voz del chico.

—Hola Bambam.

—¡Hola Myeong! Tengo buenas noticias para ti —comentó en tono alegre.

—¿El qué?

—¡Regreso a Corea la semana que viene! —dijo con alegría.

—¡Bien! —Se alegró.

—Tengo ganas de volver.

—Ya me estás echando de menos, tss. —Se las dio de importante.

—Sí, te echo de menos.

Myeong no se esperó esa respuesta ya que pensó que le diría alguna tontería así que está vez se sorpendió.

—Yo también.

—¿No será por el dorama? —preguntó de una forma que no se sabía bien si era en vacilón o en serio.

—Mitad y mitad, quiero seguir el drama, pero no veas lo aburrida que estoy desde que te fuiste. —Myeong fue sincera.

—¿Y Hee Sook, y tu amigo el salta-balcones?

Myeong dejó escapar una risa ante el apodo que le había puesto a Jongsuk.

—Hee Sook de viaje y Jongsuk está trabajando —contestó.

—Pues aguanta amiga, aguanta —dijo animando y añadió—: La semana que viene nos vemos, por cierto me gustaría que vinieras al aeropuerto.

—¿Día y hora?

—El martes sobre las 17:00.

—Está bien.

—Ahora me tengo que ir, más tarde hablamos. Bye. —Se despidió.

—Okay, bye. —Myeong colgó la llamada.

Pasaban los días a un ritmo muy lento para Myeong. Finalmente llegó el esperado día en el que Bambam llegaba a Corea, sólo le quedaba esperar hasta las 17:00 para poder verlo.

Por una parte la chica se encontraba emocionada ya que era su amigo y tenía ganas de verlo después de unas semanas.

Cuando por fin se hizo la hora Myeong pidió un taxi para ir hacia el aeropuerto.

La chica se encontraba muy emocionada aunque no se le notaba apenas.

Nada más pisar en suelo del aeropuerto se dirigió hacia la puerta de salida para los viajeros y se disponía a esperar, después miró la hora y quedaban unos pocos minutos para que Bambam y todos los del vuelo vinieran.

Después de unos minutos comienza a sonar un sonido como de gente caminando, eso quería decir que ya los pasajeros estaban detrás de la puerta.

Ante eso a Myeong le empezó a correr el corazón de los nervios.

De un momento a otro la gran puerta se abrió y un montón de personas empezaron a salir.

Myeong comenzó a buscar con la mirada a Bambam, pero no daba con él.

En unos segundo la chica logró encontrar al chico, ambos hicieron contacto visual y al verse una amplia sonrisa salió de la boca de Bambam mientras este sin pensarlo dos veces se dirigió con velocidad a Myeong.

—¡Myeong! —dijo alegremente.

—¡Bambam! —dijo la chica mientras también se acercaba.

Ambos se dieron un gran abrazo de esos de los encuentros. Myeong tenía su cabeza apoyada en el hombro del chico por la barbilla y este también ya que ambos eran de estatura parecida.

—¿Cómo has estado? —Myeong escuchó la voz del chico muy cerca ya que este estaba practicamente pegado a ella.

—Aburrida, pero bueno —contestó indiferente, como si fuera un tema secundario y preguntó—: Y tu madre ¿Cómo está? —preguntó interesada.

—Genial, ahora está con mi hermana, ya le dieron el alta, gracias por preguntar. —Se separó del abrazo y le sonrió.

—Pues que bien. —Mostró alegría por su parte.

—¿Nos vamos? —preguntó.

—Sí.

Ambos salieron del aeropuerto en dirección al bloque de pisos en el que vivían ellos, pero se dirigían al piso de Bambam.

[En el piso]

—¿Te ayudo a desempaquetar? —preguntó Myeong a Bambam.

—Está bien, pero antes toma.

Bambam abrió la maleta y sacó una caja de un tamaño pequeño y se la extendió a Myeong.

—Esto es para ti. —El chico sonrió y le extendió la caja con ambas manos.

—¡Oh! Gracias. —Myeong aceptó el regalo.

La chica abrió la caja y lo que sacó de ella fue una pequeña figura, al parecer un recuerdo de Tailandia.

—Muchas gracias Bambam. —Myeong le sonrió agradecida.

—De nada. —Le acarició la cabeza siendo agradable.

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