Sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴛᴇ ᴠᴏʏ ᴀ ϙᴜᴇʀᴇʀ ♛

Prólogo.

Clarke.

Flashback.

Estaba terminando uno de mis tantos dibujo en el suelo de mi celda, era un hermoso bosque con árboles gigantes y un cielo estrellado, es tan... Imposible.

Vivo en una estación espacial que orbita alrededor de la Tierra desde hace 97 años, después de que unos idiotas lanzarán unas bombas y dejarán al planeta inundado de radiación.

Pero antes de que lo termine, la puerta se abre y entran 2 guardias.

— Prisionera 319, a la pared.— ordenó el guardia.

— ¿Qué sucede?.— pregunté fría pero a la vez asustada.

— Silencio.— me di vuelta disimuladamente para ver lo que estaban haciendo y vi una caja con pulseras metálicas.

— No, no. Estáis equivocados, no cumplo los 18 hasta dentro de un mes.— intenté explicar, pensando en que iban a flotarme.

En el arca todo aquel que cometa un delito es sentenciado a muerte a menos que sea menor de 18 años, en ese caso te arrestan y el día antes de cumplir los dieciocho hacen un juicio para ver si eres inocente y te liberan, o si eres culpable y te flotan.

— Silencio.— me cogió fuertemente de la muñeca y señaló el reloj.
— Quítatelo.—

— No.—

— ¡Quítatelo!.— ordenó nuevamente.

— ¡No! ¡Era de mi padre!.— grité, y acto seguido el guardia quiso quitarme el reloj por la fuerza pero yo fui más rápida. Le di un golpe en la mandíbula y cayó al suelo. El que custodiaba la puerta fue a detenerme con el bastón eléctrico, pero se lo arrebaté de las manos y le di una descarga eléctrica.

Salí de mi celda y cerré la puerta para que no me siguieran, pero, al ver ese panorama, me paralice.

Casi todos lo prisioneros estaban caminando con esas pulseras en la muñeca derecha, guiados por guardias.

— Clarke.— esa voz me era muy familiar.

— ¿Mamá?.— pregunté y seguidamente corrí a abrazarla.

— Cariño, no te preocupes vas a estar bien, vas a ir a la tierra.— explicó tranquilamente mientras apartaba unos mechones de mi cara.

— No, no puede ser, no mamá. La tierra es inhabitable.— dije, intentando no sonar alterada.

— Cariño, esto te da la oportunidad de vivir. Usa tu instinto, te hará cuidar de los demás primero... Pero ten cuidado, no puedo perderte a ti también.— susurró con lágrimas en los ojos.

Pero, antes de que pudiera decirle algo, una inyección se clavó en mi espalda, haciéndome caer a los brazos de mi madre.

Observé unos segundos sus hermosos ojos, llenos de dolor.

Intenté brindarle una sonrisa, pero el sueño me ganó.

Fin del flashback.

Me sentía mareada y confundida.

— Hola Clarke, al fin despiertas.— dijo alguien a mi lado derecho, sabía quien era...

— ¡Octavia! ¿Como has estado? Te he echado mucho de menos.— dije rápidamente.

Llevaba más de 6 meses sin verla, había sido mi compañera de celda hasta que un día me dejaron en aislamiento.

— Yo también.— siguió con una sonrisa de oreja a oreja.

Estaba por responder pero vi a un chico con traje de guardia y, era demasiado joven para ser guardia.

-O, mira a ese chi...- pero un fuerte sonido me interrumpió, seguido de un brusco movimiento.

— Hemos despegado.— informó un chico del otro lado de la nave que creo que se llama Jasper.

Todas las pantallas de la antigua nave comenzaron a emitir un video.

Era el traidor del Canciller Jaha.

Lo único que escuché fue que teníamos que ir a Monte Weather.

Estuvimos unos 10 minutos en paz sin movimientos ni sonidos fuertes, lo único que se escuchaba en toda la nave era el murmullo de los chicos hablando.

Octavia estaba hablando con un chico a su lado y yo solo rezaba para que no murieramos quemados.

Unas turbulencias muy fuertes estuvieron presentes los siguientes 5 minutos hasta que el techo de la nave se desprendió.

Solo se escuchaba un sonido irritante y fuerte y el grito de algunos chicos.

Todo pareció calmarse de un momento a otro.

— Escuchad, ya no hay ruido.— habló un chico de rasgos asiáticos.

— Hemos aterrizado.— habló Octavia con entusiasmo.

Todos estaban bajando a la planta de abajo, quería quedarme viendo a un chico herido hasta que escuché a alguien en la planta de abajo hablar.

— Vale chicos, mantened la calma, abriré la compuerta.— dijo aquel desconocido.

— ¡Alto! El aire podría ser tóxico.-a dije abriéndome paso entre la multitud para llegar a la compuerta.

Cuando estuve cara a cara con aquel chico, noté que era el mismo chico con traje de guardia. Tenía bastantes pecas repartidas por la cara, y unos profundos ojos color avellana. Nos quedamos mirando un par de segundos hasta que Octavia salió de la nada.

— ¿Bellamy?.— preguntó anonadada.

— ¿Octavia?.— la nombrada corrió hacia él, abrazándolo.

Definitivamente estaba a punto de morir de ternura.

Éste es el prólogo, espero les haya gustado.

Los amoo <3

~May we meet again~