S I E T E

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Lincoln.

Octavia y yo íbamos corriendo por el bosque hacia mi madriguera. Cuando llegamos entré yo primero, la tomé en brazos para que no forzase la rodilla.

La llevé hasta mi cama y la dejé con cuidado, pero me jaló un poco del brazo, por lo que quedé encima de ella y, solo observé sus lindos ojos color verde. Pero de un momento a otro, se le llenaron de lágrimas y apartó la vista.

— Eh, eh, eh, ¿qué sucede?.— no quería que llorará.

— Yo lo siento tanto...— habló entre sollozos.
— Lincoln... Me acosté con Clarke...— ¿de verdad estaba llorando por eso?

— Tranquila, todo el mundo tiene derecho de acostarse con quien qui...— me interrumpió alterada.

— Me tiré a la novia de mi hermano, quien es mi mejor amiga mientras a ti te torturaban.— pensé un par de segundos las palabras adecuadas y hablé.

— Sabes.— ambos nos sentamos en el bordillo de la cama.
— Me siento un poco mal que lo hayas hecho, pero no somos nada, y es muy valiente el hecho de que me lo hayas dicho.—

Ella me miró con los ojos brillosos, se acercó a mi despacio, quedaban menos de 5 centímetros entre nosotros y la besé, puse su cara en mis manos, nos besamos apasionadamente, nunca me había enamorado realmente, siempre fue un par de chicas y eso.

Octavia era diferente, era especial, era linda, fuerte, determinada, independiente, y tenía espíritu guerrero, es fuerte aunque no lo sepa.

Fue rápida y se sentó en mi regazo, comencé a levantar su camiseta y la saqué. Nos apartamos y yo observé su hermosa figura desnuda.

Comencé a besarla más fuerte, me puse delicadamente encima de ella y me quité la camiseta. Mientras ella tocaba mi abdomen, yo le bajaba los pantalones, me bajé los pantalones y ella ágilmente se coloco encima mio, me dio un beso superficial y luego se acomodó y yo comencé la penetracion, ella solo se quedó en mi pecho mientras yo me movía, esto no iba solo de tener sexo, yo la quiero, no tenía ni idea si ella a mi pero vale la pena.

Me coloqué nuevamente encima de ella y comencé a moverme más rápido, ambos soltamos un suspiro ahogado. Estuvimos así un par de minutos, hasta que nos vinimos a la vez.

Empecé a besar su cuello, seguí bajando hasta sus senos y lamí uno, ella gimió, seguí bajando, probando cada centímetro de su cuerpo, pero ambos queríamos más.

Llegué a su abdomen y lamí hasta el último centímetro de este.

Cuando llegué abajo del todo, cogió con fuerza la manta, pero le di mi mano, nos miramos y comencé a lamer. Con una mano agarraba la mía y con la otra mi cabeza.

Luego subí y ella se sentó en mi regazo, y solo lo hicimos una vez más.

(...)

Ambos despertamos con un grito de auxilio, nos miramos y nos levantamos, nos vestimos, y antes de salir le pedí algo.

— Octavia, quedate aquí.—

— ¿Qué? ¿Por qué haría eso?.— habló desafiante.

Sabía que quería ir conmigo pero era muy peligroso con los míos cazando a los celestes.

— Sí es alguien que necesita ayuda necesito que te quedes aquí para curarle, por favor. Además, con esa rodilla así de hinchada solo serías un estorbo ahora mismo.— frunció el ceño algo ofendida, pero me besó y me marché.

Sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴛᴇ ᴠᴏʏ ᴀ ϙᴜᴇʀᴇʀ ♛ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora