Epílogo.

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Clarke.

Salí hacia fuera y estaban todos desesperados.

— ¡Miller! ¿Qué sucede?.— pregunté.

— Están asustados, se ha filtrado la información, saben que los terrestres vienen a por nosotros.—

— ¡Escuchad! ¡Tenemos que huir!.— grité y todos se voltearon a verme.

Comenzaron una serie de murmullos que claramente eran de chicos asustados.

— Tranquilos. Conozco un lugar. Hacia el este, hay un clan pacífico. El clan de Luna, Lincoln dice que nos ayudará.—

— ¡¿Y por qué deberíamos confiar en un terrestre?!.— gritó una chica de entre la multitud. Los demás comenzaron a afirmar lo que Fox había dicho.

— ¡Porque ese terrestre fue quien te salvó de morir desangrada o asesinara por un terrestre!.— gritó Finn que estaba junto a mi.

— ¡Sé que tenéis miedo! ¡Per.— antes de que siguiera hablando, una voz que hizo que mis músculos se pusieran rígidos, me dieran escalofríos, y que provocó que mis manos y piernas comenzarán de temblar, como si de un terremoto se tratase.

— ¡No, de eso nada!.— me giré y vi a un Bellamy muy débil saliendo del transbordador, seguido de una hermana muy preocupada pidiéndole que parase.
— Ya sabíamos que vendrían.—

— Bellamy, vuelve dentro.— dije con voz fría.

— Aún no están aquí, tenemos tiempo para prepararnos. Además, ¿a donde iríamos? ¿Qué sitio es mas seguro que dentro de estos muros?.— dijo hablando para todos.

— Hay un mar al este, y gente que nos ayudará.— mencionó Finn.

— ¿Habéis visto a Lincoln?.— Finn y yo nos miramos entre nosotros pero antes de responder, Bell siguió hablando.
— ¿Esperas que confiemos en un terrestre? ¡Este es nuestro hogar! ¡Lo levantamos de la nada con nuestras propias manos! ¡Nuestros muertos yacen tras ese muro, en esta tierra, NUESTRA tierra. Los terrestres creen que nos la pueden quitar, creen que porque llegamos del cielo somos forasteros. Pues van a tener que entender una realidad muy importante: ahora estamos en la Tierra, ¡AHORA TODOS SOMOS TERRESTRES!. Que vengan si quieren.— dijo alentando a los chicos. Me tocaba intervenir para convencer ya que no quería que ellos murieran.

— Bellamy tiene razón. Si nos vamos, puede que no encontremos otro lugar tan seguro como este, y puede ser que en este mundo... Nos enfrentemos a algo aún peor mañana. Pero eso no cambia el hecho de que si nos quedamos, moriremos esta noche. Coged vuestras cosas, solo lo que podáis llevar. Ahora.— lo pensaron unos segundos y comenzaron a movilizarse.

Me alivié un poco aunque teníamos que hacerlo rápido.

— Morirán.— habló Bellamy con enfado dirigido a mi.

— Morirán si nos quedamos. Es mejor intentarlo.— exclamé.

— ¡A la mierda!.— pateó un cubo de metal pero con lo débil que estaba, cayó al suelo desmayado.

— ¡Bellamy!.— grité con preocupación, me movilicé rápidamente a él igual que su hermana y lo revisé.

— Está bien, llevémosle dentro.— sugerí y con ayuda de Murphy y Miller lo recostamos en una camilla.

Me dediqué a guardar la poca ropa que tenía y comida para un viaje un tanto largo. Después fui a la tienda de Bellamy en la que estaba Octavia guardando las cosas de su hermano.

— O, ¿necesitas ayuda?.— pregunté.

— No, ya casi estoy.— asentí y salí de allí, dirigiéndome a la fogata que había sido el corazón del campamento en esos 2 meses.

Sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴛᴇ ᴠᴏʏ ᴀ ϙᴜᴇʀᴇʀ ♛ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora