—Quieren que elijamos un representante.
—De acuerdo ¿quién será?
Eran una veintena de muchachos, ya que las hembras se encontraban en otro edificio, con los niños.
Lyon suspiró y observó a sus compañeros, él ni ganas tenía de estar allí, le daba lo mismo a quien eligieran. Sólo quería volver a su habitación, y estar con Cassandra.
—Lyon ¿Estás de acuerdo?
—Sí, lo que quieran ¿Terminamos ya? Debo volver.
—¿En serio estás con la médica? ¿Cómo puedes proteger a la misma mujer que es parte de ellos?
—Ella no es así, y ustedes deberían saberlo —gruñó.
—Lo único que sabemos, es que esa mujer fue parte de ellos. Trabajó para ese laboratorio.
—Y ahora es parte de nosotros, porque está conmigo.
—Estará contigo, será tu pareja, pero jamás será uno de nosotros —pronunció serio un muchacho—. Ella es humana.
Lyon se puso de pie, y se fue de la sala donde estaban reunidos, sólo para evitar un enfrentamiento innecesario.
Él sabía como era Cassandra realmente, la conocía. Y no importaba los comentarios negativos de los demás, ambos se habían elegido, y sólo eso le importaba.
-o-o-o-o-
—Hola —Saludó—. ¿Cómo te sientes?
La mujer frente a ella, con ojos felinos, la miró con molestia.
—¿Qué haces tú aquí? Se supone que éste ahora es un lugar seguro para nosotros.
—Y lo es, yo no les haría daño.
—Claro, como si fuera a creerte. Hablaré con Dean, tú no deberías estar suelta en nuestro refugio, en contacto con nuestros niños.
—415-
—Lira, es mi nombre ahora.
—De acuerdo, Lira, yo jamás quise dañarlos ¿de acuerdo? Fui obligada a estar allí, a trabajar para ellos, a-
La mujer la tomó por sorpresa, empujándola contra la pared, y gruñéndole muy cerca del rostro, intimidándola.
—¿Sabes qué, Doctora C? Ahora yo también soy libre, y puedo hacer lo que quiera. Aquí nadie te quiere, no sé porque aún no te has ido, o porque te permitieron quedarte. Pero en tu lugar, dormiría con un ojo abierto.
—Lo siento —susurró Cassandra con los ojos cerrados—. Jamás... Los hubiese dañado.
Lira la miró con rabia, y luego se alejó unos pasos de ella.
—Vete de aquí, no eres bienvenida en el edificio de hembras y niños. Tú no perteneces a este lugar.
La médica asintió con la cabeza, y apenas puso un pie afuera, comenzó a sollozar. Ya no quería estar allí, quería volver a su casa.
Sabía que no había sido buena idea salir sola, sin escolta, pero se estaba aburriendo de estar sola, encerrada en aquella pequeña habitación.
—¿Pueden oler eso? Se siente olor a mierda en el aire.
—Un pequeño trozo de mierda que ni debería estar aquí.
No quería levantar la cabeza, ni mirarlos, pero se sintió rodeada por cuatro tipos.
—¿Así qué seduciste al estúpido de 83 para librarte de la cárcel? Que puta resultó ser, doctora C.
—¿Y qué más se podía esperar de ella? Si todos hablaban que se folló al viejo médico, para entrar a trabajar.
Cassandra prefirió no decir nada, para no seguir provocándolos, porque sabía que sería peor.
Intentó pasar entre ellos, pero uno de los tipos, la tomó del hombro, tirándola hacia atrás con fuerza.
—¿A dónde crees que vas, zorra? Todos los hijos de putas de tus compañeros, están ahora resguardados, pero tú, te quedaste aquí. Les darás un mensaje.
—¿Q-Qué? —preguntó asustada.
La sujetó con fuerza de la cintura, pasando uno de sus anchos brazos por su vientre, para que no se moviera.
—¿Le resultaba divertido ver como violaban a nuestras compañeras, doctora C? —preguntó en un tono grave contra su oído, descendiendo una de sus manos hacia su entrepierna.
—¡Suéltame! ¡Detent-!
Le cubrió la boca con una de sus grandes, manos, asustándola aún más.
—Shh, shh, silencio, que aquí pueden oírnos —sonrió con burla—. Iremos a un lugar más privado, doctora. Ahí quizás entendamos porqué 83 la eligió.
-o-o-o-o-
Llegó a su habitación, y la encontró vacía, hecho que no le gustó para nada.
Cassandra no podía salir sola, y le había asegurado que lo iba a esperar, sin contar que aquel día, no tenían permiso tampoco para llevarla a declarar.
Salió de la habitación, y buscó a uno de los oficiales de la SACHar.
—Oye ¿has visto a mi compañera?
—Lo siento Lyon, pero no la vi, mi turno comenzó hace quince minutos.
—Comprendo, gracias igual —pronunció preocupado, antes de bajar las escaleras.
A ella le gustaba pasar tiempo en el buffet, y hablar con los mozos o cocineros. Algo que a él no le molestaba realmente.
Pero al llegar al gran salón, ella no estaba allí. Se acercó hasta el muchacho que trabaja como mozo, y le preguntó esperanzado, si sabía algo de su compañera, si la había visto.
—No, ella vino esta mañana. Pero recuerdo que me contó que quería salir a dar un paseo, tal vez salió.
—No puede ser —exclamó saliendo rápidamente de allí, hacia el exterior—. ¡Ey! ¿No viste a una humana por aquí? La doctora Meyer.
El oficial lo pensó por un momento, y luego asintió con la cabeza.
—Sí, me saludó antes de irse hacia el edificio de las hembras. Quería ver al bebé que salvó la noche que fueron rescatados.
—¿Y por qué demonios la dejaste irse sola? —le preguntó con rabia—. Ella no puede salir sin un oficial a cargo.
Se fue corriendo hacia el edificio, y golpeó impaciente la puerta, esperando que Canssandra estuviera allí.
—83 ¿Qué haces aquí? —preguntó una mujer, recibiéndolo.
—Cassandra estuvo aquí ¿Está adentro?
—No, la zorra no está adentro.
Hizo el intentó de cerrar la puerta, pero el puño de Lyon se lo impidió.
—¿Cómo la llamaste?
—Zorra —Repitió con el ceño frucido.
El rubio gruñó de rabia, revelando sus filosos dientes.
—¿Dónde está Cassandra? —le preguntó en un tono gutural, haciéndola retroceder.
—No lo sé —gruñó, antes de mirar hacia abajo—. Le dije que se fuera, y... Luego la vi hablando con 943, 765, 442 y 201.
Le dio un puñetazo a la pared junto al rostro de la mujer, asustándola.
—Si le hicieron algo a mi mujer, tú pagarás junto a ellos.
...
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83/Lyon -Rebelión #1-
Science FictionLuego de la gran era de creación de inteligencia artificial, y el primer hombre artificial, las investigaciones e inventos de los científicos de la Synthetic's Life, se salieron de control. Ya no bastaba solo con crear androides, cyborgs, o humanos...