XIII

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Se despertó asustada, en mitad de la noche, y su corazón retomó suavemente sus pulsaciones, al ver que se encontraba en su habitación, y a su lado, Lyon.

Sus labios comenzaron a temblar, y las lágrimas amenazaron con volver a salir. Tenía miedo, no lo negaría.

No se sentía segura viviendo allí, ni siquiera con Lyon a su lado. Lo había pensado, y quería irse, volver a la casa de sus padres, hasta lograr estabilizar su vida, y encontrar un nuevo trabajo.

—¿Estás bien? —preguntó el rubio despertándose, reincorporándose en la cama—. ¿Necesitas algo?

—Q-Quiero irme, Lyon —le dijo en un tono tembloroso—. Me quiero ir de aquí.

—Cassie, aún no podemos irnos. Pero Dean me aseguró que ese hijo de puta ya no está aquí. No podrá ya acercarse a ti.

—No lo entiendes —le dijo comenzando a sollozar—. Ya no quiero estar aquí, nadie quiere que lo esté. Me odian, me culpan por las cosas que le hicieron. Y es cuestión de tiempo, para que alguno más quiera herirme, o matarme.

—Cassie.

—Me iré, mañana a primera hora viajaré a casa de mis padres. Esto no es para mi.

—¿Y qué hay de mi? ¿No te importó?

—Lo nuestro nunca fue posible, real.

—Mis sentimientos son reales... M-Mis ganas de estar contigo lo son. ¿Qué debo hacer para que te quedes?

—No hay nada que puedas hacer. Lo siento.

—Quiero estar contigo, por favor, dame una oportunidad, tú... Eres lo único que tengo, que quiero.

—Eres libre, ahora tienes cientas de oportunidades, para continuar con tu vida. Lo siento, Lyon, yo lo intenté, quise que esto funcionara, pero no me siento bien aquí. No estoy segura.

-o-o-o-o-

Subió a la azotea, y observó la ciudad de la SACHar, sintiéndose tan vacío por dentro. Ella se había ido, y sabía que no volvería, era su decisión.

Su vida recién comenzaba, y de ahora en adelante, era él sólo, aprendiendo y afrontando todo lo que vendría. Era él sólo, en un mundo que no comprendía, en donde había mucho por entender.

—Lyon.

—Vete, Lira, no quiero verte —gruñó el muchacho, escuchando a la mujer detrás de él.

—Lo siento —le dijo en un tono bajo—. Realmente, no quería que tú resultaras lastimado. Pero ya lo ves, esa mujer no era buena para ti. No es como nosotros, es una humana, una de ellos.

—Cassandra jamás fue como ellos, en ella había bondad. Fue obligada a trabajar allí, no la compares.

—Está bien —asintió, sin querer seguir discutiendo—. Sólo creo... Que si ella se fue, tal vez haya sido lo mejor para ambos, tú tienes una nueva familia ahora.

—Lira, vete, no estoy de humor para hablar con nadie.

—Si en algún momento quieres hablar, búscame, sabes donde encontrarme.

—Claro —le dijo desintereado, continuando dándole la espalda.

Sólo habían pasado horas desde que Cassandra se había ido, y ya sentía que eran semanas.

-o-o-o-o-

-Meses después-

—Es un honor inmenso, un orgullo, poder presentar éstas tierras, como nuestro nuevo hogar —sonrió el joven líder de la SHuM—. Por ahora sólo contamos con el edificio central, dos edificios habitables, y una clínica de salud. Pero pronto retomaremos las obras para expandir, y mejorar la calidad de vida para todos. Somos una familia, y sólo trabajando en equipo, saldremos adelante.

Sonrió observando a sus compañeros, y luego se hizo hacia un lado, para presentar a un grupo selecto.

—Antes de continuar, quiero agradecer al líder de la SACHar, ya que sin ellos, nada de esto sería posible. Gracias a su compromiso de igualdad, y lucha desinteresada, nosotros somos libres hoy. En su representación, tenemos a la señorita Ximena Bourne, quien estará trabajando con nosotros, ayudándonos a gestionar nuestra pueblo. La señorita Bourne, se desempeñaba como consejal en su sociedad, y hoy está aquí, para cumplir con la misma tarea.

La joven androide sonrió, haciendo un leve saludo con la palma de su mano, antes de que Stein continuara presentando al resto de los integrantes de su consejo. Jóvenes de su especie, que habían sido seleccionados por su desempeño y crecimiento personal.

En cuanto el acto terminó, Ximena se acercó a Stein, prácticamente se la pasaba todo el día con él.

—Lo has hecho fabuloso, Stein. Has dicho todo como lo planeamos, y luciste genial. Felicidades —sonrió ampliamente.

—Gracias, todo ha sido gracias a ti. Aunque debo admitir, que estaba nervioso —sonrió tímidamente—. Aún no me acostumbro a todo esto de las cámaras.

—Es normal, eres el representante de la SHuM, en otras palabras, como el presidente de tu nación. Siempre que hayan actos de ésta índole, habrán muchos reporteros.

—Comprendo, de todos modos, creo que me llevará tiempo acostumbrarme.

—Tomémonos¹ un descanso —propuso sonriendo, sacándole una carpeta de las manos—. Yo propongo ir por un helado.

—Pero creí que-

—Confía en mi —le dijo guiñándole un ojo.

No podía admitirlo, ni demostrarlo, pero ese hombre, cada día le gustaba más. Era ver su mirada, y encontrar tanta inocencia en ella.

Y era imposible no sentir ternura, cada vez que lucía confundido, molesto, enojado, o feliz. Tenía un rostro tan expresivo, que cada vez que lo miraba, lo único que quería... Era saltar a su boca y devorarla.

—Ximena.

—¿Sí? —le preguntó saliendo de sus pensamientos.

—¿Quieres ir por el helado o no? —sonrió.

—Claro, lo siento, me quedé pensando en otras cosas...

—Si estás ocupada, podemos posponerlo.

—Por supuesto que no, andando —sonrió pasando junto a él, para que la siguiera.

Stein respiró profundo, y cerró los ojos por un momento. Debía... Simplemente comportarse, ella era la mano derecha de Dean, no podía propasarse con la muchacha.

Pero era imposibles acallar sus instintos, cuando ella olía tan bien. Y había algo innegable, a Ximena también le pasaban cosas con él, y Stein podía olerlo.

-o-o-o-o-

—¿Sabes qué me sorprende? Que de la lista de médicos, y personal del laboratorio 115, sólo la doctora Cassandra Meyer no aparece como cautiva, o asesinada el día del atentado.

—Sólo era una pasante, quizás ese día no estaba.

—No, yo creo que ella tuvo algo que ver —pronunció con el ceño fruncido un muchacho—. Trabajé con ella durante un mes, antes de que me transferieran al laboratorio 78, y su comportamiento era sospechoso. Sin contar con el trato que tenía con los animales, especialmente con uno de tipo felino. Entre los superiores, se había llegado a especular que tenía un cierto apego emocional con él.

—Entonces tal vez fue una infiltrada. Hay que encontrarla.

—Si está en la nueva central de esos seudos humanos primitivos, no podremos hacerlo.

—Sé que encontrarán la forma de hacerlo. Busquen en su familia primero, ellos deben conocer su verdadero paradero.

...

¿Adivinen de quién será el libro 2?🙊❤💞

¹: la verdad, esa me aparece que es la forma correcta de la palabra 🤔 jajaja no sé, para mí, no suena bien 😂❤

83/Lyon -Rebelión #1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora