XVIII

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—Basta, Stark —se quejó sintiendo como el bebé le metía el dedo dentro de la nariz, y luego le picaba el ojo para que lo abriera—. Hablo en serio, basta.

Pero el pequeño en lugar de obedecer a su padre, alejó su manito, sólo para darle una fuerte cachetada en la frente.

—¡Stark! —gruñó el rubio realmente enojado, asustándolo.

Se acercó a su hermanito, que también se había despertado por el grito de su progenitor, y se abrazó a él, sollozando.

Lyon se sintió rápidamente un estúpido, no quería asustarlo, sólo estaba muy cansado, y quería seguir durmiendo.

—Lo siento bebé, ven —le dijo agotado, extendiendo uno de sus brazos para tomarlo.

Y con algo de temor, gateó hasta su papá, y Lyon lo abrazó a su pecho, acunándolo con su brazo, junto a Rein que lo pasó a su otro brazo.

—No quise asustarlos, pero su padre está muy cansado.

—Pa, pa, pa —sonrió el pequeño castaño, tomándolo de la punta de la nariz.

—Sí, papá es un idiota a veces. Pero los amo —le dijo dándole un beso en la frente a Stark, y luego otro Rein—. Supongo que ya no seguirán durmiendo, vayamos a preparar el desayuno —suspiró resignado.

Y así eran todas sus mañanas con esos pequeños inquietos.

-o-o-o-o-

—Oye Val, ¿Cuáles son los requisitos para adoptar a un niño?

—Simplemente querer adoptar al niño, y comprometerte que lo cuidarás. Si ya estás viviendo aquí, no necesitas más nada.

—Y si yo tuviera el permiso permanente para quedarme, ¿Podría adoptar a Tyler?

—Supongo que sí ¿En serio planeas quedarte? —preguntó con una gran sonrisa a la muchacha.

—Si Stein lo aprueba, sí, quiero quedarme aquí.

—¡Por supuesto que lo aprobará! Es más, ahora mismo iré a buscar la solicitud por ti.

—Pero-

—Te veo en la casa de Lyon —le dijo antes de irse rápidamente.

Cassandra sonrió, y negó con la cabeza. Ella no necesitaba que fuera Val, después de todo, Ximena iba a hablar con Stein.

Observó la zona donde la había dejado, y reconoció a lo lejos la casa de Lyon. No sabía si el muchacho estaría allí, pero esperaba que así fuera, ya que quería ver a los bebés.

Caminó con una gran sonrisa hasta la casa, y no llegó a golpear la puerta, que escuchó a uno de los pequeños llorando.

Se debatió internamente que debía hacer, si entrar sin permiso, o golpear y esperar que él le abriera.

Pero el llanto del bebé, pudo más, y terminó por pasar.

—Lyon, soy Cassandra —pronunció caminando lentamente por la sala—. Pasaba a saludar, y escuché llorando a uno de los bebés ¿Necesitas ayuda?

—Estoy en la cocina —le dijo el muchacho.

La castaña no sabía donde estaba, pero se guió por los llantos del niño, y ahí los encontró a los tres. Lyon sólo con un pantalón pijama, Rein dentro de un corral para bebés, jugando con unos peluches, y Stark llorando en su silla de comer.

—Amor ¿Por qué lloras? —le preguntó al niño preocupada, al ver lo rojo que estaba de tanto llorar.

El bebé le estiró los bracitos, pidiéndole que lo tomara, y Cassandra no lo dudó ni por un segundo de hacerlo, ni siquiera le pidió permiso a su padre.

83/Lyon -Rebelión #1-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora