Infierno Helado (TERMINADA en edición)

XVII.

Este capítulo tiene: 3734 palabras

Veo que en los comentarios a veces descifráis un poco el fin del capítulo, por favor, ¡no hagáis spoilers! y dejar disfrutar a los nuevos lectores. ♡

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XVII.

''Se acabó el descanso, te quiero en una hora en el puerto''

El sonido de la llegada del mensaje al desechable me había despertado. Creo que este era el único ruido al que me había hecho sensible. Leí y releí el mensaje unas veinte veces haciendo que mi furia aumentara por tres con cada lectura del mismo. Me moví en la cama encontrando a Jodie a mi otro lado. Sonreí tranquilamente y acaricié su mejilla haciendo que su nariz se arrugara ante mi tacto. Como mi madre no apareció durante el resto de la noche, pensamos que sería buena idea dormir juntos. Más bien pensó ella pues para mí era una acción de la que no era especialmente fan. Dormir con alguien lo veía de una manera tan íntima que me costaba conciliar del todo el sueño.

-Jodie -susurré repetidas veces hasta que ella comenzó a abrir los ojos-. Mi madre viene en unos minutos, voy a llevarte a casa -mentí y sonreí de manera que no parecía que yo la estuviera echando a patadas de mi casa. Asintió y se dio la vuelta en la cama. Reí y me acerqué un poco a su espalda desnuda para depositar besos por su cuello.

-Mmm -se quejó a la vez que tapaba su cabeza con la sábana. Volví a reír y finalmente ella se destapó entera y me miró directa a los ojos-. Enserio, tienes que dejar de reírte me provocas dolor de cabeza -bufó a la vez que se levantaba de la cama. Agarró mi camiseta que aún seguía en el suelo de la noche anterior y se adentró al baño. Volví a reír, esta vez más fuerte, pues su despertar era el que más le pegaba a su actitud. Cansado, de pocas palabras y huracán. Salió del baño con su pelo recogido en una coleta y con el puño cerrado acariciaba sus ojos. Se cruzó de brazos viendo mi expresión divertida y abrí los míos para que ella viniera a mí. Negó.

-Mueve tu precioso culo hasta aquí -obligué dando palmadas en el colchón. Sonrió, me enseñó su dedo corazón y comenzó a vestirse bajo mi intensa mirada. Orgullo debería ser su segundo nombre. Finalmente repetí su acción, pues no tenía tanto tiempo como para perderlo.

-Gracias -dijo dejando un casto beso en mis labios antes de bajarse de la moto. Envolví su muñeca con mis manos y la atraje a mí.

-¿Eso es un beso? -pregunté segundos antes de que nuestras lenguas volvieran a estar entrelazadas.

-¡Suficiente! -gritó una grave voz. Levanté mi mirada por encima del hombro de Jodie encontrando a mi padre. Jodie rió suavemente y recuperó su camino, no sin antes dejar otro casto beso en mis labios llevándonos un gruñido por parte de Mark.

-No es como si te hubiera tocado el timbre y luego vuelto a la moto para besarla -me burlé en dirección a Mark, quien había acortado nuestra distancia. Mi relación con mi padre parecía mejorar, pero sin confiarme ni ilusionarme, seguía intentando mantener las distancias, había algo que no me cuadraba y apuesto a que mi intuición no se equivocaba-. Lo haré a la próxima -vacilé.

-Exhibicionistas es vuestra palabra -bromeó Mark, a veces parecía que hablaba con alguien de mi edad.

-¿Vas a trabajar? -pregunté pues era terriblemente temprano. Pensaba que él estaría en baja durante, al menos, un mes pues Mark se movía con una muleta. Asintió- ¿Quieres que te lleve? No puedes conducir así -me ofrecí y Mark no pudo evitar una sincera sonrisa. Imité su acción y llevé la mano a mi nuca un tanto incómodo, yo mismo me había sorprendido.