Me habéis pedido que ponga al principio de los capítulos el número de palabras para saber si leerlo en un momento o en otro, me parece buena idea.
Este capítulo tiene: 2926 palabras
═══════✿═══════
VIII.
-Pensé que no vendrías –admitió Michael cuando aparecí en el mismo solitario puerto de la noche anterior con una expresión fría, desganada y bastante cansada.
Encogí de hombros y le eché la mano a ambos. Kaya ni siquiera sabía que me había ido de casa, y me preocupaba que ella despertara y se encontrara sola en la cama donde ambos nos habíamos acostado a dormir horas antes. A la hora de cenar ella se quedó dormida en el sofá y la llevé a mi habitación. Apenas abrió los ojos pero sé que notó com el colchón se hundía cuando yo me posicioné a su lado. Esperé una hora más para que ella cayera en un sueño profundo y fue entonces cuando salí de la casa rezando porque mi amiga no despertara hasta la semana siguiente. Y es que, por mucho que quisiera, no podía fallar esto. No cuando sentía que las cosas irán a peor, tanto con mis amigos como conmigo, en caso de yo desobedecer. Era exasperando actuar, asociarse y mentir todo el tiempo, pues se trataba de crear otra vida, haciendo que cada mínimo detalle tuviera concordancia con el anterior.
-¿No estabas con una chica? –preguntó Harry, hablando por primera vez desde que llegué. Mi mirada buscó la suya, mis ojos penetraron los suyos. ¿Cómo él sabía algo acerca de Kaya?- ¿Qué? ¿Pensabas que habría secretos entre nosotros? –vaciló y ahorré las ganas de partirle la mandíbula. Él no era mi persona favorita en estos momentos y no me daba ninguna buena sensación, al contrario de Michael, con el que anoche tuve la oportunidad de hablar un poco más.
Agarré de mi pelo y lo eché hacía atrás, todos sabían de la existencia de mi mejor amiga. No había secretos entre nosotros. Pero yo no sabía nada de esos chicos. Observé a Michael, él no parecía estar de acuerdo con la pregunta que su amigo había hecho segundos antes. El moreno se me quedó mirando intrigando.
-No es como si te importase –zanjé el tema y anduve hacía unos bloques donde me senté. Saqué un cigarro y ofrecí a Michael, quien se sentó a mi lado a fumarlo.
En su contrario, Harry se marchó. Sus músculos estaban tensos y no lograba descubrir el por qué de ello. Volví mi vista al chico rubio y este encogió de hombros dando por inexplicada la situación. Harry era el típico que actuaba de una forma extraña, fuera de lo común. En un momento podía parecer que realmente él quería protegerte, pero su mirada afirmaba que si pudiera te mataría con sus propias manos. Supongo que son cambios de humor que yo acabaría experimentando tras años en algo así.
-Es habitual de él –espetó Michael dando las primeras caladas al cigarro. Lo miré sin saber a qué se refería-. A veces simplemente se marcha sin decir a dónde va. Es como si desapareciera.
-¿Por qué lo ha hecho ahora?
-Normalmente los novatos no aguantan a la primera noche, esto de vender droga es demasiado fácil pero, algunos no soportan ese peso. Harry se encarga de ellos, y no de la mejor manera.
-¿Qué quieres decir con que se encarga de ellos? –pregunté, no muy seguro de querer saber la respuesta pues me temía lo peor. Recordé la imagen de Chris desangrándose en mi habitación. Cerré los ojos, debía cancelar ese recuerdo o me torturaría a cada segundo.
-Depende del chico –espetó y encarné una ceja-. Maldita sea, ya te estoy contando demasiado. En resumidas cuentas; tú eres un novato y actúas como si no lo fueras. Se ha sentido amenazado.

ESTÁS LEYENDO
Infierno Helado (TERMINADA en edición)
Teen FictionMe mandaste al infierno, y es por eso por lo que ahora te beso. Tu lengua quema pero, seguro la herida duele menos que la cicatriz de este corazón roto. Hablo del mío, porque apuesto a que tú helaste el tuyo. --------- Un grupo de edades entre 17 y...