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Jimin me agarró de la mano y sentí como si mi corazón fuera a explotar, mi ritmo cardíaco aumentó y intenté por todas las formas posibles no temblar, pero por su pícara sonrisa descubrí que no me fue posible.

Odiaba ser tocada, siempre lo había odiado. Me ponía nerviosa, hacía que mis manos sudaran y no podía con ello, era como una descarga eléctrica que corría por todo mi cuerpo y me incomodaba. Pero siempre me había obligado a mi misma a pasar por ello, incluso cuando tenía amigos, incluso cuando salía con Yoongi, incluso antes de desarrollar o empeorar ciertos problemas. Quizá esto siempre estuvo dentro de mi, quizá yo estaba destinada a ser diferente, a sentirme incomoda con la presencia de los demás, a ser antisocial. Por eso me obligaba a mi misma a ir contra mi propia naturaleza, porque no quería ese destino para mi.

Intenté soltarme de su agarre disimuladamente sin que se sintiera ofendido, pero como si supiera mis intenciones, se aferró aún más a mi sonriéndome y desarmandome por completo y es que, aún sintiéndome incómoda, Jimin era como una luz brillante que no podía evitar mirar, alguien de quien no puedes evitar enamorarte.

Sin embargo, mientras caminabamos por el largo paseo del río Han, en mi mente sólo tenía a Joon. No quería asustar a Jimin, pero sin Namjoon no sabía cómo actuar. Me preguntaba a mi misma "¿qué haria Namjoon?".

Llevaba días muy saturada y Jimin no paraba de ocupar gran parte de mi tiempo. Sentía que había dejado de lado a Joon, tanto así que ni le había contado que Jimin me había pedido salir...y que yo había aceptado.

Creía que todo iría bien, pero nada era fácil para mi. Hasta pequeños actos como el contestar las llamadas de Jimin a la madrugada donde me hablaba de diferentes cosas me parecían difícil. Sabía que salir con alguien representaba dar tu tiempo a la otra persona y recibir el suyo. Pero en todas las citas que había tenido con Jimin hasta ahora, sólo pensaba en estar en mi habitación, escondida, cómoda.

Sin embargo, una vez estando en mi habitación echaba de menos a Jimin y a sus ansias de ir rápido, de saber más  sobre mi y de hacerme correr.

Como estaba haciendo ahora, literalmente. Jimin me hizo correr hasta una heladería. El sonreía de una manera tan bonita que no podía parar de fijarme en ello.

Hasta que se fue al lavabo dejándome sola y con la misión de pedir los helados. Había mucha gente y aunque quizá no lo hicieran, podía sentir la mirada de ellos en mi. No sabía como colocar mis manos, ni que postura poner mientras esperaba a mi turno en la larga fila.

"Nadie te está mirando".

"Todos ellos también están aquí por un helado".

"La gente está ocupada haciendo otras cosas, todos ellos tienen sus problemas, ahora mismo no se están fijando en mi".

Repetí en mi cabeza palabras que Namjoon me decía para cuando me quedaba sola ante una gran multitud. La diferencia era que Namjoon realmente nunca me había dejado sola.

A medida que la gente que tenía delante de mi se retiraba ya con el pedido en mano, comencé a ponerme más nerviosa. Podía sentir que ahí venía, otro más, otro ataque.

Mi respiración se volvió agitada y quería llorar. Me sentía como una estúpida porque sabía que Jimin se había ido tan sólo hacía un minuto, que tampoco había sido mucho tiempo, pero yo no podía siquiera con ello. La responsabilidad de pedir los helados a la cajera que me miraba expectante era demasiado para mi. Eso sólo me hizo huir del lugar sin importarme si Jimin seguía dentro o no.

Corrí hasta el callejón que había al lado de la heladería e intenté calmarme ahí.

Pasé unos segundos en busca de mi respiración perdida, hasta que vi a Jimin pasar aturdido buscándome sin saber bien por qué cuando había salido del baño, yo ya no estaba ahí.

—Ey...Jiwon— dijo él con un tono dulce y tranquilizador acercándose a mi. Había adivinado la situación.—Lo siento mucho por dejarte sola, perdóname, ¿has tenido otro ataque?—preguntó aún sabiendo la respuesta, poniendo ambas manos en mis mejillas y levantando asi mi cabeza para que lo mirara a los ojos.

Asentí intentando calmarme pero mis lágrimas comenzaron a caer nada más salir de la heladería y no había quien las detuviera. Al menos no aquí.

—Es mi culpa, no debí dejarte sola—dijo disculpándose de nuevo haciendo una mueca que me hacía ver que se sentía mal por mi, que sentía pena. Aquello solo me hizo sentir como una fracasada.— Yo estoy contigo...—soltó justo antes de besar mis labios robándome de nuevo otro beso.

Aquello sólo me puso más nerviosa y me odié a mi misma porque se supone que era algo que me tenía que agradar, cualquiera mataría por un beso de Park Jimin. Sólo yo era la rara.

Lo aparté de mi empujándolo con todas mis fuerzas haciendo que su espalda chocara con la otra pared del callejón. Vi su mirada confusa y con la voz algo más fuerte le dije: — ¡No puedes seguir robándome besos Park Jimin!

Sabiendo así que había cagado otra cita más con mi supuesto nuevo novio al que seguramente había asustado por completo, huí de aquel lugar odiándome aún más a mi misma, a mi actitud infantil, a mis lágrimas que no paraban de salir, a mis problemas, a mi ansiedad y a mi incomodidad.










Este capítulo es más largo y narrado por Oh Jiwon 🙂

Estaba pensando que podría hacer esto; ¿Ustedes tienen alguna pregunta para mi? Sobre el fic o lo que quieran, asi puedo responderlas y quitar algunas dudas(?)

En fin, seguire viendo videos de ikon bye.

Have a good day,

Sandy.

Blue.》Kim Namjoon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora