Regresaba de mi hora de almuerzo cuando vi que alguien me esperaba frente a la oficina… era Mariano, tan fachero como siempre y con un ramo de flores
-Ey, Florencia- me dijo feliz fingiendo acento italiano. No sé por qué lo hacía
-Mariano, hola- dije dándole un beso –¿Y eso?- dije señalando las flores
-Ah, claro, son para vos- entregándomelas
-¿Para mí?- sorprendida
-Sí, es que escuché que van a sacar un artículo tuyo. Felicidades- me dijo abrazándome
-Bueno, gracias- correspondiendo al abrazo
En ese momento el ascensor se abrió y como era esperarse, debido a mi mala suerte era Jazmín. Ella se nos quedó mirando sorprendida, y algo confusa a la vez. Miré a Mariano, el cual tenía sus ojos fijos en ella
-Hola, Jazmín- le dijo con un tono muy bajo… triste quizás
Ella tomó aire y me miró como avergonzada –Hola- comenzó a acercarse -¿Cómo estás?- dijo tocándole el brazo a Mariano
Se notaba que estaba nerviosa ante él, y tal vez tímida
-Bien-
-¿Volviste?- preguntó
-No, no… estoy de vacaciones. Solo pasé por acá para dejarle esto a Flor- dijo indicándole las flores que estaba ahora sobre mi mesa ¡Mierda!
Ella las miró atenta y arqueó sus cejas antes de mirarme a los ojos.
-Vaya, no sabía que eran tan íntimos- dijo fingiendo una sonrisa
-No, no… bueno, solo somos nuevos amigos… de hace muy poquito- interrumpí nerviosa
-La conocí en una fiesta, hace unas semanas- le dijo Mariano con una sonrisa divertida –Fiesta a la que vos también fuiste… solo que sería un milagro que te acordases-
Ella tragó en seco y miró al suelo
-Sí, bueno… me alegra verte, Mariano… Flor- despidiéndose
Entró en su despacho y cerró la puerta, cosa que me alivio y solté una bocanada de aire. Miré hacia mi lado y Mariano estaba bastante serio. Tenía su mirada apagada
-Ey, ¿Estás bien?- le pregunté tocando su hombro
-¿Eh? Sí, sí… es solo que me duele un poco-
-¿Verla?-
-No, que estemos así de distantes… yo la quería mucho, no solo como novia, sino como amiga-
-Entiendo-
-Entonces, después de lo que sucedió ella se alejó… y desde aquel día casi ni nos vemos. La extraño a veces- dijo apagado
-¿Vos? ¿Vos sabes algo de la chica con la que sale ahora?- curiosa
-¿Sale con alguien? Me entero por vos… como te dije, hace años que no hablamos así de unidos-
Hubo un silencio para nada incómodo, hasta que el hizo un gesto como si se acordara de algo
-Ah, Flor. A parte de venir a felicitarte, vengo a pedirte un favor-
-¿Qué favor?- sonriendo al ver su cara pícara
-Que me ayudes con tu amiga-
-¿Lucía?-
-Sí- contestó de inmediato
-¿Te gusto? ¿Eh?-
-Es hermosa-
-Sí, sí lo eso… pero complicada. Ándate con ojo con ella. Es peor que Jazmín- le dije entre risas. Debido a que conocía muy bien el carácter de mi amiga
-Bueno, eso lo dudo- riéndose
Luego de un rato Mariano se fue y yo seguí trabajando. Estaba muy concentrada en mis cosas, debido a que ahora que estaba trabajando con Vir esta me permitía tener más libertad e investigar.
No sé en qué momento la gente se comenzó a ir, pero cuando por fin terminé en lo que estaba trabajando, ya la oficina estaba prácticamente vacía. Solo quedaba Fede, el chico de los mandados, quien daba vuelta en su carrito.
-Ey, Fede- le dije al verlo y este se acercó
-¿Tan tarde, Estrella? Miru tiene razón. Sos una adicta al trabajo- me dijo riéndose
-Ah, eso lo dice ella que es una vaga- me reí
-Ahí tienes razón. ¿Sabes a qué hora se fue hoy? A las dos. Esa sí que vive la vida- reímos coincidiendo en su argumento. Si algo no tenía mi amiga era espíritu de trabajo
De pronto los ojos del chico se posaron en otra de las puertas del lugar. Justo la que daba al despacho de Jazmín
-Pero no te preocupes que no eres la única que es adicta al trabajo. Tienes una compañera- dijo señalando la puerta –Del Río todavía está ahí-
Miré hacia la puerta y vi como la luz estaba encendida. Ni siquiera lo había notado antes. Me encogí de hombros y simulé estar guardando mis cosas, para que Fede siguiera con su camino.
Una vez sola de nuevo no pude evitar acercarme a la oficina. Estaba a punto de tocar cuando la puerta se abrió de golpe y quedamos frente a frente. Ambas con caras de sorpresa
-¿Hola?- fue lo único que me salió
Ella aún me miraba sorprendida. Se notaba que no sabía que estaba ahí
-¿Qué haces acá tan tarde, Estrella?- me preguntó mientras acomodaba los papeles que tenía en la mano
-Trabajando ¿Y vos?- se notaba el nerviosismo en mi voz
-Lo mismo ¿No ves?- me dijo con ironía y caminó hacia la fotocopiadora
Me quedé observándola por un segundo, hasta que vi cómo le pegaba a la máquina. No tenía mucha paciencia. Sonreí ante la esta escena tan tierna, Jazmín con el ceño fruncido y murmurando cosas a la pobre máquina era la cosa más adorable que había visto en mi vida
-Está medio rota- le dije acercándome –Pero hay que cogerle el truco- hice un gesto para que me dejara a mí y ella se alejó
Le di una patada en el lugar justo. Lo sé, no soy lo más delicada, pero el único modo
-Ya está- dije enseñándole como ahora sí que funcionaba
Ella arqueó sus cejas sorprendida y se acercó nuevamente con los papeles
-Mírate. Ya eres todo una experta en esta oficina. Te has adaptado bien- comentó sin tan siquiera mirarme a los ojos
-Bueno, hago lo que puedo- murmuré
Iba a alejarme para dejarla con sus cosas, cuando su voz me detuvo
-Che, felicidades por lo del artículo… es muy bueno-
-¿Lo leíste?- debo confesar que me emocionó mucho este hecho
-Sí… no podía dejar de leerlo-
-Gracias-
-Eres muy buena, Florencia, no me equivoqué contigo… solo lamento no tenerte a mi lado… como ayudante, quiero decir- aclaró
-Sí, lo sé. Éramos un buen equipo ¿No?-
-El mejor- aseguró y su mirada se clavó en la mía
Otro momento de tensión con ella. Ya era algo habitual. Era casi como una ley, en el momento en que nuestros ojos se cruzaban… ahí estaba el flechazo
-Será… será mejor que me vaya- murmuró tomando sus papeles con rapidez
-No, tranquila. Yo me voy- le dije dando un paso atrás
-Bonitas flores ¿No?- me dijo mirando hacia mi mesa
Yo miré y recordé las flores que me había dado Mariano
-Sí, lo son-
-Se ve que Mariano tiene buen gusto- me dijo bajando la cabeza -¿Sales con él?- preguntó de una y yo la miré confundida ¿Eran celos?
-No, no. Solo somos amigos-
-Ah, ¿Amigos? Qué bien- murmuró y en ese momento sonó su móvil
-Sí- afirmé
Hubo otro silencio incómodo que ella decidió romper
-Oye, ¿Quieres un café o algo? Voy a buscar uno abajo-
-¿Sí?- dudé
-Sí, por mí ni hay problema-
-Bueno, dale- sonreí ante su propuesta
Tomé mi bolso y vi como ella cerraba su despacho, para luego bajar juntas por el ascensor. Debo confesar que a pesar de saber que no iba a pasar nada, me daba alegría estar de nuevo a su lado. Hablar con ella y compartir esos pequeños momentos que antes teníamos.
POV Jazmín
No sé por qué la invité. ¿Quería mantener distancia y la invitaba a un café? Debo tener problemas mentales o a lo mejor soy masoquista… algo así.
Pero no pude evitarlo. No quería que se fuera, no tan rápido, la quería a mi lado un ratito más e ir a por un café era la mejor idea. Iba haber mucha gente, por lo cual me iba impedir cometer una locura.
Finalmente llegamos a la cafetería, donde elegimos una mesa en el fondo
-¿Te gusta aquí?- le pregunté antes de sentarme y ella asintió con una sonrisa
Pedimos la orden, y durante la espera ninguna habló. Era como si hubiera una pared enorme entre nosotras… y bueno, en cierta forma la había. Una pared que era yo la que la había creado.
-¿Y vos? ¿Cómo estás?- le pregunté. Sé que sonaba ridículo
-Bien- dijo simplemente concentrándose en la servilleta, pero de pronto me miró a los ojos como si se acordara de algo -¿Cómo terminó en lo que estabas trabajando?-
-¿El lago?- ella asintió –Pues bien, logré retrasar que abrieran la fábrica con el artículo que hice-
-¡Bien por ti!- dijo alzando su vaso de café para brindar
Le correspondí al brindis y tomé un sorbo
-No te creas, aun no es una victoria. Ya sabes cómo son estos tipos de dinero. Se creen que pueden con todo. Sé que no se van a rendir- le expliqué y tenía razón. Ya me había enterado de que el dueño de la constructora estaba haciendo uno que otros trámites sucios para continuar con el proyecto. Y eso me hervía la sangre
-Igual, estoy segura que no los vas a dejar- dijo Flor sonriéndome
-¿Tan segura estás de mí?- pregunté incrédula
-Sí, obvio. Sos la mejor en el periódico y sé que cuando te propones algo lo logras- me dijo mirándome a los ojos
Me quedé un poco en blanco. Quizás era la primera vez que alguien ajeno a mi jefe me hacía ese tipo de elogios. Y sé que era sincero
-Gracias, es lindo que te alaguen de vez en cuando- murmuré tomando otro poco de café
-Siempre- me dijo y no pude evitar quedarme embobada mirándola
Casi inconsciente mi mano se trasladó a la suya y la sujetó levemente, dejando delicadas caricias sobre ella. Sabía que me iba a arrepentir, pero no pude evitar hacerlo.
POV Flor
Cerré los ojos ante el contacto de su mano. Parecía que quemaba sobre la mía. Su calor, su piel… todo era demasiado para mí. Sinceramente no me entiendo, ¿Cómo con un beso y alguna miradas esta chica entró tanto en mi ser?
¿Y una chica? No era que fuera homófoba ni nada, de hecho, me había enrollado con varias chicas en el instituto, pero solo había sido cosa de adolescentes… en alguna que otra fiesta. Pero ahora, con ella… era diferente. No me importaba que fuera una chica o un chico, la quería, la quería mucho y deseaba que fuera mía… aunque sabía que era imposible.
No quise hablar nada, no quise ni siquiera moverme, no quería arruinar este momento. Sentirla así, tan cerca, tan hermosa… era único para mí. Abrí mis ojos de a poco y pude ver cómo ella me miraba de una forma muy intensa.
Ambas sabíamos lo que pasaba entre nosotras, era algo que ni siquiera podíamos controlar. La atracción aunque la negáramos cada vez se hacía más fuerte. Noté cómo se inclinó un poco hacia adelante y mi cuerpo se heló ¡Me iba a besar!
Cerré mis ojos como acto reflejo, esperando ansiosa a que esos labios volvieran a posarse en los míos. Quería hacerlo, deseaba que lo hiciera…
Comenzó a sonar un maldito móvil
Abrí mis ojos de golpe, para ver cómo se había alejado y miraba la pantalla de su móvil
-Mierda- murmuró colgando y guardándolo en su bolsillo.
Luego me miró y abrió la boca para decir algo, pero las palabras se hicieron mudas. Hizo una pequeña mueca de confusión y se levantó sin decir nada, para salir de aquel lugar sin mirar más atrás.
Dejé caer mi cabeza sobre mis manos. ¡Dios, que angustia! No tenía explicación para lo que sentía en estos momentos. ¿Ella me deseaba o no? ¿Me quería? ¿Por qué todo tiene que ser todo tan complicado?
Miré cómo se montaba en su auto y desparecía en aquella carretera, dejándome con la angustia más grande en el pecho.
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Labios Compartidos (Flozmín)
FanfictionEl amor es el sentimiento más loco del mundo. Hace que comentamos locuras y nos olvidemos de lo qué es correcto o lo que no. Cuando encontramos a esa persona que nos hace perder la cabeza lo sabemos en el instante, pero... Qué pasa cuando esa person...